Plymouth Barracuda, definición de personalidad
Chrysler en los años 60 era de las 3 grandes de Detroit la más pequeña, por eso, mientras Chevrolet y Ford se mataban en los diferentes segmentos de mercados en los que tenían presencia, Chrysler procuraba producir a su ritmo con lo que tenía, porque el Dpto. de desarrollo e investigación era más pequeño que los de General Motors y Ford. Pero ese pequeño departamento creó un ícono automotriz que aunque en ése momento fue opacado por otras marcas de Chrysler, hoy en día es una pieza obligatoria en una colección decente y respetable de muscle cars. Nos referimos al Plymouth Barracuda.
Gran Turismo y 1er Pony Car
No, el Barracuda no siempre fue un muscle car, las primeras generaciones del Plymouth Barracuda, de hecho cuando aparece, lo hace como un automóvil de Gran Turismo, un concepto que en Estados Unidos no estaba tan bien desarrollado y es Plymouth quien la desarrolla. El Barracuda nace del Plymouth Valiant, un sedán compacto que competía directamente con el Ford Falcon y que cuando Ford presenta el Falcon con la versión 2 puertas, Plymouth decide responder con su versión 2 puertas diseñada por John Samsen y a la que sólo en 1964 llama Plymouth Valiant Barracuda (se iba a llamar Panda, pero gracias a la intervención de Dios y del diseñador del carro, esto no pasó).
Una de las características de éstos 1eros Barracudas es su vidrio trasero de 1.34 mts2 creado por la PPG y Chrysler, es sin duda uno de los vidrios más grandes hechos para un carro de producción, si no ha sido destronado por otros carros. Su interior es refinado, cómodo, tanto como para poder viajar por Estados Unidos de costa a costa sin perder la espina dorsal en el proceso.
No era un carro con uno de esos potentes V8 que al acelerarlo te hunde en el espaldar del asiento, no tenía más bien varias opciones de motor más refinados, motores de 6 cilindros de 2.8 (170ci) y 3.7lts (270ci) y un V8 de 4.5lts (273) que lo pone, al salir 16 días antes que el Mustang como el 1er Pony Car de la Historia. El Mustang figura con éste mérito porque tuvo más publicidad, motores similares de 6 y 8 cil. y un plan de mercadeo con mayor fuerza económica que Chrysler. Su posición como pony car se consolida en
1965 con la introducción del paquete Fórmula S, que incluía un motor V8 “Comando” de 5.9lts (361ci), suspensión reforzada, ruedas más grandes, tacómetro, aire acondicionado, entre otras cosas, es decir un Pony-Gran Turismo. Su aspecto se mantuvo con ligeros cambios, más notorios en 1966, porque entre el 64 y 65 no hay casi diferencias estéticas.
La Transición (1967-1969)
En éste período, podemos decir que el Barracuda está en ese proceso de transición entre dejar de ser un carro GT y pasar a ser un Muscle Car, las líneas en ésta generación son más refinadas obras de John Samsen y John Herlitz, aunque todavía tienen a grosso modo volúmenes similares a los 1eros barracudas y todavía se ofrecen algunas comodidades que un Muscle Car “stricto sensu” no debería de tener, por ejemplo la opción Fórmula S todavía se ofrecía con mejoras en el interior, suspensión y equipamiento interno. Otras versiones se ofrecían con techo de vinil y una con “Mod Top” un techo de vinil con artes psicodélicos que además hacían juego con la tapicería, además ésta la 1era generación del Barracuda que se ofrece con una carrocería convertible.
Ésta generación poco a poco va renunciando a los bloques más pequeños antes ofrecidos y que van en aumento, por ejemplo, en 1968 se desecha el V8 de 4.5lts (273ci) por uno de 5.2lts (318ci) como el V8 más pequeño, los bloques grandes ofrecidos en éste carro aumentan, con motores de 5.6 (340ci) y 6.3 lts (383ci) y hasta motores de 7lts (426ci) y 7.2lts (440ci), el motor más grande instalado en pony car alguno. 1969 es el año de nacimiento del famoso “Cuda”, un paquete basado en el Fórmula S que además de ofrecer las mejoras en la suspensión y en el interior, se ofrecían solamente con motores de bloque más grande como el de 6.3lts (383ci) y el de 7.2lts (440ci), aunque éste último dio problemas en la conducción, porque era un motor tan grande que no había forma de colocarle dirección asistida al carro.
Ahora sí… todo un Muscle Car
A partir de 1970 las cosas cambian definitivamente, el carro renuncia totalmente a las líneas de las 1eras 2 generaciones y pasa a tener una carrocería más grande, diseñada por John Herlitz, compartiendo líneas con su hermano el Dodge Challenger, aunque los guardafangos exteriores de éste último son más pronunciados y con una ligera extensión hacia afuera de la carrocería que el Barracuda no tiene. En éste sentido uno de los modelos más peculiares del Barracuda/Cuda es el de 1971, el único modelo que se produjo con doble faro, de ése modelo la versión convertible es hoy en día uno de los muscle car mejor cotizados que existe, sólo 11 Cuda convertibles se produjeron en 1971. Además de las líneas están la gama de colores que Chrysler ofrecía, colores extravagantes y escandalosos como el “Bahama Yellow”, “Moulin Rouge” o “Crazy Purple”.
Pero además era un carro más completo para ofrecerlo a diferentes segmentos, desde los paquetes más básicos, pasando por el Grand Coupe más lujoso y el modelo deportivo y adicionalmente estaba el Cuda. Sin embargo, aunque los paquetes de opciones parecían “encasillar” al mercado, en esencia se podían elegir opciones de motor lo suficientemente divertidos, los 6cil de 3.2lts (198ci) y 3.7lts (225ci) se ofrecían por formalidad, pero la mayoría de las opciones ofrecían motores desde 5.2lts (318ci) hasta un motor de 6.3lts (383ci), mientras que el Cuda se ofrecía sólo con motores de 7lts (426ci) y 7.2 lts (440ci) y a todas esas opciones se suman por 1era vez una caja manual de 4 velocidades. Otro gran punto a resaltar es que los Cuda comienzan a figurar no sólo en las pistas de 4to de milla, sino también en pistas de circuito en competencias como la carrera All American y la carrera Trans Am.
Un triste final
1972-73 marca el final del muscle car como lo conocemos, ya los motores de bloque grande, (383ci, 426ci y 440ci) desaparecen y lo más grande que se ofrece es el V8 de 5.9lts (360) con diversas opciones de equipamiento para hacerlo más atractivo, pero cuando se acostumbra a un mercado a estándares más altos, ofrecer algo inferior casi siempre es letal y eso pasó con el Barracuda, que desaparece del mercado en 1974. Al menos, eso si, tuvo un final menos humillante que el del Challenger, que resucitó entre 1978 y 1983 como un aburrido Mitsubishi con motor de 4 cil… una de tantas pésimas decisiones de Chrysler.
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