I love communism!
¡Comunismo querido! No sé cómo agradecerte tantos beneficios que le das a mi Venezuela querida y que próximamente le darás a tantos países que desean conocerte.
Comunismo querido… no sé cómo agradecerte los constante racionamientos de agua potable. Son una genial forma de ceder el agua que usamos a países africanos que la necesitan mucho más que nosotros. Además, me hiciste entender lo mucho que reseca la piel el bañarse en exceso. Gracias a ti ya no gasto la poca agua que tengo en casa para bebérmela. Ahora hago cualquier esfuerzo y salgo a compraré una cerveza. Es mucho más rica y me nutre la barriguita.
Comunismo querido… no sé cómo agradecerte los extendidos cortes de luz que haces todos los días. Yo, que era adicto al trabajo, que estaba perdiendo mi vista a causa del monitor de la computadora, ahora aprendí a tomar pausas activas. La vida sin luz me ha hecho parte del beneficioso movimiento lento o “slow life movement”.
Comunismo querido… no sé cómo agradecerte el internet lento e intermitente. ¡Ahora ya no uso celular! ¡Converso con mis amistades viéndolas a los ojos! Ay, comunismo, vas de la mano con ese estudio de Harvard en donde dice que se envejece mejor teniendo tiempo de calidad con nuestros seres queridos. ¡Gracias a ti, lo estoy logrando! Además, no sabes cuánto te agradezco que mi hijo no tenga acceso a ver esos peligrosos retos de internet, como el juego de la “Ballena Azul”.
Comunismo querido… no sé cómo agradecerte el poco transporte público que hay en Venezuela. Ahora mi salud mejoró enormemente pues hago cardiovasculares todos los días caminando muchísimos kilómetros a todos lados.
Comunismo querido… no sé cómo agradecerte la falta de medicamentos en las farmacias y la precaria condición de nuestros hospitales públicos. Definitivamente es mejor la medicina preventiva, no la curativa. Como son tan caros la carne, el pan con gluten y las golosinas, ya no comemos porquería y por eso nunca nos enfermamos.
Comunismo querido… no sé cómo agradecerte que nuestros jóvenes ya no tengan profesores de física o química en sus liceos a causa de la fuga de cerebros. Gracias a ello estamos contribuyendo a la paz. Cualquiera sabe que fueron esas dos ciencias las causantes de la peor bomba conocida por la raza humana.
Comunismo querido… no sé cómo agradecerte la poca gasolina que hay en Venezuela. Gracias a ti estamos reduciendo la quema de combustibles fósiles y muy pronto lograremos revertir los efectos del calentamiento global. ¡Seguramente, muy pronto la activista Greta Thunberg emigre de Suecia para vivir en el ejemplar barrio de la Cota 905!
Comunismo querido, tras mucho pensarlo, ya sé cómo agradecerte. Lo haré viajando a otros países. ¡Pero, ojo!, no será para vivir en ellos. Será para contarle a todo aquel que conozca, lo rico que se vive contigo.
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