Jugando al amor
Este título puede despertar controversias, seguro muchos pensarán ¿es que acaso el amor es un juego? ¡Vaya locura! El amor es algo serio pero ¿sabes qué? la vida es tan corta que cuando caminamos por ella con tanta seriedad nos olvidamos de divertirnos, de pasarla bien y probablemente de eso se trata porque incluso en términos de aprendizaje es mucho más fácil asimilar desde el humor y las risas.
Es amor el comprender, el aceptar, el confiar ( sin garantía) , superar situaciones que nos enfrentan con nuestras sombras, el esperar, el reconocer que tenemos maneras distintas de manejar situaciones, el saber hasta dónde estoy dispuesto y hasta donde no estoy dispuesto, con la convicción que eso no es lo que me merezco y vivirlo así, con más ligereza que rollos mentales, esperando que las cosas se den y sí no se dan, van a caer por su propio peso hasta que llegue la persona que se está preparando para ti…a eso me refiero con jugar con el amor, significa divertirte, disfrutar, sentirte bien, elevar tu autoestima, sentirte deseado y querido por ti y por otros hasta que llegue ese alguien que vaya ganando cada vez más espacio en tu corazón y que tú le des un lugar privilegiado( sin garantía) para seguir jugando al amor.
Sin garantía porque no la hay, por eso dentro del disfrute del amor es necesario entender que se trata de un día a la vez, nadie puede dar garantía del amor para siempre, lo que si podemos es hacer de cada día una oportunidad para amarnos, conquistarnos y hacer lo mismo con la otra persona.
Cuando eres capaz de conocer a esa persona especial sin visualizar la continuidad de la relación, sin pensar en el futuro con la casita, las flores y el perrito y te centras en el presente, en el hecho que es tu derecho y tu deber darte tiempo por una parte de conocer y que te conozcan y por la otra parte de entender que nunca es un asunto de tiempo o de normas sociales basadas en el que dirán o miedo a la soledad, solo entonces podrás jugar a vivir desde el milagro del amor sin mayores expectativas que las que observar lo que vaya ocurriendo y si se corresponde o no con lo que esperas y sientes que mereces.
No es un tema de dejarse deslumbrar por una apariencia, por una cara bonita o por un cuerpo espectacular, eso es totalmente pasajero, ni es un tema de poner subtítulos o apostar a que por amor puedes cambiar al otro para que se ajuste al ideal de pareja que tienes en mente (grave error), en jugar con dignidad para pedir, para valorar nuestro sentir y sobre todo, para reconocer lo que te deseas.
Cada día y cada relación nos regala la oportunidad para elegir entre lo que considero correcto y lo que es fácil, todo dependerá de lo que haya en tu interior y de tus vivencias y forma de percibir la vida, se trata de no estar desde la ingenuidad pero tampoco desde la desconfianza y rigidez. Que en tus pensamientos y tus acciones esté más presente el disfrutarte el momento con alguien o sin alguien, agradecer que tienes una persona o varios que están pensando en ti, o incluso a nadie externo pero si a ti pensando en ti, eso es fantástico. La clave es jugar limpio… ¡pero jugar!
El compartir tu intimidad, es una elección que debes asumir, si para ti está bien, eso está bien; si hay alguien que poco a poco ocupe un lugar especial en tu corazón, ese alguien tendrá el privilegio de ser invitado para estar contigo.
Jugar a vivir el amor es amarte y mantener viva la esperanza que te ocurran cosas buenas aunque en principio puedas considerarlas no tan positivas, el orgullo de ser quien eres, y mantenerte siempre apostando a ti.
Autora del libro "Amores en tiempos de Internet"
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