Lo que fue alguna vez el camino de un Parque Nacional

Por María Victoria Chirinos R.

@mvictoriachr

 

 

Aquí se asoma lo que fue alguna vez el camino de un Parque Nacional

 

De niña lo visitamos. Los recuerdos son pocos y fugaces, pero no dejan de ser nítidos y perdurables. Lo imaginaba inmenso. Un parque de calidad, que hablaba de la riqueza natural que tenemos.  Boscoso y con unas instalaciones que recibían a sus visitantes. Recuerdo haber dejando mi firma con mis primeras letras entre una fila de otros tantos visitantes. Firmamos como un gran evento nuestra visita al “Parque Nacional Quebrada del Toro”. Recuerdo un Parque con vida y lleno de gente.

 

Parte de mi identidad falconiana me permitía hablar del él con gran orgullo. Unas cuevas con una importante reserva forestal e hídrica de referencia para el estado y para el país. Compartía mi pequeña experiencia con los foráneos que lo conocían y con quienes tenían el deseo de conocerla. De esas cosas que te tocan la identidad y la expresas con orgullo.

 

Hoy sólo puedo decir con mucha tristeza el estado de abandono en que está.  De escasa, por no decir anulada presencia humana. Un parque que pareciera haber muerto. Un parque que pareciera que quisieran borrarlo. Un Parque Olvidado.

 

Pienso en el estado de los 43 Parques Nacionales que equivalen al 21 (y pico) % del territorio venezolano, de ecosistemas que deben protegerse por su alta  reserva de la fauna y flora que tiene el país; así con el resto de decretos patrimoniales que se van  muriendo con el tiempo, más que preservarlos en él.

 

Me pregunto si la preservación se ha vuelto sinónimo de “no hacer nada”. De anular cualquier intervención digna. De in-humanizar espacios e in-habitarlos.

 

Pareciera que estos Parques están muy lejos de ser expuestos en cualquier consigna de “revolución”. Lejos de muchos votos o de cualquier campaña política.

 

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