Teatro clásico e improvisación: Obra Entramados

Por Desiree González

@Morenaluna_

 

 

 

 

El teatro es, sin duda, una de las opciones predilectas por los caraqueños cuando hablamos de recreación y entretenimiento. Cada vez son más las personas que asisten a las salas para disfrutar del talento y genialidad de los nuevos actores y funciones que nos ofrece la variada cartelera teatral de nuestro país.

 

En busca de dar a conocer nuevas propuestas y despojarnos de la rutina diaria Guayoyo en Letras asistió a Entramados: espectáculo que bajo la producción de SImproducción y la dirección de Gerardo Núñez, nos adentra en un fascinante mundo donde confluyen el teatro clásico y la improvisación.

 

Esta fusión hace que el público no tenga absolutamente ninguna idea de lo que verá en las tablas. Lo que hace todo más interesante a la hora de abrirse el telón.

 

Antes de ingresar a la sala a los asistentes se les entrega un papelito en el que deberán escribir una palabra –la que quieran– y elegir una trama entre varias que hay. Así, con la palabra, los actores descubren cuales son los temas que desean los espectadores ver en escena, y la trama escogida –hombre vs sí mismo; hombre vs sociedad; hombre vs Dios; hombre vs no Dios– es la que da estructura y rumbo a la obra.

 

Esto hace que la participación del público sea uno de los elementos primordiales dentro de la creación y desarrollo de cada una de las historias que presentan.

 

Seguramente se preguntaran como se desenvuelve todo esto… Bueno, al abrirse el telón, la obra inicia con una primera pareja de actores, cada uno elige –al azar– uno de los papelitos entregados por los asistentes. Posteriormente proceden a leer la palabra escrita y la trama seleccionada por la persona cuyo papelito ha sido seleccionado: al primer actor le corresponde la palabra “King Kong” y la trama seleccionada es “Hombre vs sociedad” y a su compañera, la palabra “sadomasoquismo” y la trama es “Hombre vs no Dios”. De inmediato, la imaginación e inventiva de los actores emerge para introducirnos en una historia totalmente improvisada. Con una palmada culmina el primer acto y entran las siguientes dos parejas, quienes conforman dos historias más.

 

A través de seis palabras y tres tramas elegidas por el público e interpretadas por los actores se van erigiendo tres historias, que posteriormente se entrelazarán en una sola, dando pie a una cuarta y última, en donde se desenlaza cada una de las piezas anteriores. El incontrolable hombre mono del primer acto termina siendo padre de la joven sifrina de la tercera escena; el joven amargado resulta ser sobrino de la esposa del hombre mono y así, todos los personajes se reúnen, mostrándonos el fin de cada historia.

 

Durante todo el transcurso de la obra, cada trama va acompañada del ritmo del tenue y grácil sonido de una guitarra, lo que le aporta a las escenas mayor drama y amenidad. Resulta atractivo como un sonido misterioso y tenebroso aparece cuando se trata de una escena de miedo, un ritmo rápido y jocoso se desplaza por la sala cuando es una escena cómica o como un sonido melancólico y fugitivo hace conmover a los asistentes cuando es una escena nostálgica.

 

Las historias escenificadas por los artistas abordan una infinidad de temas que van desde lo más cotidiano y corriente –como una pelea habitual entre hermanos–, pasando por temas más complejos –como el enamoramiento platónico de un hombre hacía una mujer o la guerra interna con nuestro ego–,  hasta llegar a lo que puede parecer lo más inusual y exagerado –como la inclusión de prácticas sadomasoquistas en una relación marital– todo esto a preferencia del público, cuya imaginación es la principal protagonista para el desarrollo de la obra.

 

Así, cada función es inédita, siempre única e irrepetible. Los asistentes no saben qué van a ver, no saben si sus papelitos serán seleccionados. Los actores juegan con el tiempo, creatividad e imaginación para regalarle al público historias en las que pueden verse reflejados, historias que los hacen llorar, reír y hasta reflexionar.

 

El impecable trabajo de los chicos al momento de concebir toda una historia a través de una simple palabra y trama seleccionada es admirable.

 

Esa complicidad entre el teatro clásico y lo improvisado, convierte a la obra en una fresca y moderna propuesta que, sin duda, hará disfrutar tanto a los jóvenes como a los más adultos.

 

Por ahora presentarán solo cuatro funciones. La última será el 10 de octubre a las 5:00 pm en Teatrex El Bosque.

 

¡Anímate y asiste!

 

Twitter: @TEATREX

           @Simproduccion

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Guayoyo en Letras