La hija del cacique: la princesa indígena que enfrentó su destino

Por Orianna Robles

@Sra_Chiguira

 

 

 

La literatura venezolana es muy vasta y variada, pero dentro de sus temáticas, se encuentran contenidas las diversas problemáticas sociales que han estado presentes en  las diferentes etapas que ha vivido nuestro país. La hija del cacique o La conquista de Valencia, es una novela histórica escrita por Tulio Febres-Cordero, publicada por primera vez en el año 1.911.

 

Desarrollada en el contexto colonial de 1.555, esta novela ocurre en la ciudad de Valencia y sus alrededores, cuando los españoles y los indígenas originarios de esta región, estaban en constantes conflictos por la propiedad de esas tierras.

 

Tibaire, la princesa indígena de la tribu de los Jirajaras, queda huérfana y es adoptada por una familia española de clase alta, razón por la cual es criada como una dama blanca con todos los privilegios que puede llegar a tener dada su condición social, quedando destinada a vivir en un entorno que se encuentra en conflicto con su origen, del cual la princesa tiene plena consciencia, por lo que se siente llamada  cumplir con las tradiciones de su pueblo y, como hija del cacique, velar por la seguridad y bienestar de los mismos, aunque esto pueda causar dolor a sus padres adoptivos y conmoción a la comunidad española.

 

Esta novela, a pesar de su contenido histórico, puede considerarse ligera y bastante amable para el lector, pero no por eso hay que despreciarla ya que, presenta varios modismos del castellano que se usaba en la época, lo cual hace la experiencia de la lectura mucho más rica. Así mismo, está inspirada en la leyenda de la fundación de la ciudad de Valencia, presentando el esfuerzo del autor por darle forma a Tibaire y a los demás personajes que respaldan la historia, pero esta vez humanizándolos y haciéndolos cercanos a los lectores, utilizando sentimientos tales como el amor, la compasión, la ira, entre otros.

 

Además de esto, puede considerarse esta novela como innovadora en su época, pues presenta a una figura femenina como protagonista y heroína, que engloba dentro de sí el conocimiento del mundo “racional” europeo, junto con los conocimientos místicos y naturaleza guerrera de los indígenas. Todo esto en un contexto histórico donde la autoridad masculina se impone a través de la figura del caudillo y la dominación española. Un contexto en que las mujeres, a pesar de las diferencias sociales (clase alta, baja, esclavas) se veían obligadas a cumplir un papel pasivo dentro del hogar y cuya mayor aventura era ir a misa los domingos.

 

Junto a esto,  Febres-Cordero toca un tema que hasta el día de hoy tiene vigencia: el mestizaje, no solo entre las diferentes clases sociales que existían para la época, sino también el mestizaje cultural que nos identifica como venezolanos. Tal como Tibaire en sí misma es una fusión de dos mundos, la cultura venezolana es una fusión de las diferentes corrientes migratorias que llegaron al país a través del tiempo, y los pueblos indígenas originarios que se encontraban en el territorio mucho antes de la época de la colonia.

 

En mi opinión, este es un libro que plasma una realidad histórica pero aún así no deja de ser tierno, ya que, aunque tiene elementos que considero un poco cursis (pues se da un exceso de sentimentalismo por parte de los personajes principales), ilustra la naturaleza de las relaciones humanas y cómo las mismas se manejan a partir de lo que pasa en el exterior. Mi única crítica al autor, sería considerar a Tibaire como una “varonil doncella”, frase en la cual puede interpretarse que para ser una mujer independiente, era necesario tener cualidades que se le atribuyen a los hombres.

 

Por todas estas razones, novelas como La hija del cacique, son tan importantes para entender un poco mejor nuestra identidad como venezolanos, nuestras debilidades y nuestras fortalezas, algunas de las cuales se han mantenido a través del tiempo, solo que adecuándose a las necesidades de cada época, y por supuesto, sin dejar de lado que la literatura venezolana es un mundo de posibilidades para los lectores, la cual nos brinda un respiro dentro de la ajetreada vida cotidiana, y ¿por qué no? Nos facilita las lecciones de historia.

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