Reseña “Jack Ryan”

El pasado 01 de noviembre se estrenó por la plataforma Amazon Prime la segunda temporada de la serie “Jack Ryan”. La trama de la temporada se encuentra ambientada en Venezuela, mostrando el lado corrupto de la política venezolana, la relación de nuestro país con Rusia y China, así como también presenta la ambición de poder existente desde las altas esferas del gobierno nacional. 

Por esa misma razón, la serie ha sido criticada por el gobierno venezolano, en especial por el Ministro de Cultura Ernesto Villegas, quien la calificó como un producto que incita a la invasión norteamericana dentro del territorio venezolano. 

Apartando la polémica que ha creado la serie dentro de la esfera gubernamental venezolana, en términos generales la misma como un producto de entretenimiento cumple su cometido, es un buen producto, bien realizado, con buenas escenas de acción y con intriga desde el primero hasta el último capítulo. 

En este punto es importante advertir que en lo personal no soy un crítico de cine, soy un simple cinéfilo que tuvo la oportunidad de ver la serie, así pues hecha la respectiva aclaratoria comparto mis opiniones de la misma comenzando por los aspectos que considero que la serie merece una calificación sobresaliente, siendo la trama, las actuaciones y el vestuario lo que amerita una ponderación de 20 puntos sobre 20. 

En cuanto a la trama la misma es digna de las películas de espías, siguiendo la tradición de los films del mítico agente británico James Bond, la trama está llena de giros, algunos muy ingeniosos otros no tanto, pero todos entretenidos, y que en definitiva es lo que busca este tipo de producto cinematográfico. Si no han visto la serie véanla antes de continuar leyendo el presente artículo, así que “Alerta de Spoiler”

El argumento principal de la serie sigue la investigación de los agentes Ryan y Greer, el primero busca a los responsables de la muerte del Senador Jimmy Moreno e indaga sobre la posible venta de armas hecha por los rusos al gobierno venezolano, situación que en la realidad es un hecho público notorio y comunicacional las tan criticadas y deplorables relaciones armamentistas entre el gobierno de Maduro y el de Putin. La segunda línea investigativa es llevada a cabo por el Agente Greer, quien busca información sobre el lanzamiento de un satélite en el mar del sur de China el cual apunta hacia territorio venezolano, ambas tramas se entrelazan con otras como lo son la del Presidente Nicolás Reyes quien busca la reelección presidencial a toda costa, realizando un fraude electoral al más puro estilo boliviano, y la de la candidata opositora Gloria Bonalde quien busca frenar mediante un proceso electoral las aspiraciones de Reyes.

El segundo aspecto destacable de la serie son las actuaciones. El grupo actoral está encabezado por John Krasinski, quien da vida al protagonista Jack Ryan. Este actor ha demostrado con sus últimos trabajos en la industria el gran rango actoral que posee, dejando de lado sus conocidos papeles cómicos para adentrarse al mundo de la acción. Mención especial merece el actor Wendell Pierce, quien interpreta al Agente James Greer, quien hace un gran trabajo con la línea argumental que desarrolla más adentrada a sus conflictos personales vinculados a afecciones de salud. También son destacables las actuaciones del español Jordi Molla, como el Presidente Nicolás Reyes – giño directo a Nicolás Maduro –, la colombiana Cristina Umaña interpretando a Gloria Bonalde – personaje inspirado en María Corina Machado –, el venezolano Francisco Denis quien interpreta al General Miguel Ubarri, – tomando inspiración de Hugo “El Pollo” Carvajal – y el norteamericano Michael Kelly como Mike November.   

Un tercer aspecto sobresaliente es el vestuario, en especial el usado por los cuerpos policiales venezolanos en la serie, son una copia fiel y exacta de los originales, en particular el uniforme que utilizan varios actores que interpretan a funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, excelente puesta en escena con una precisión en el detalle muy destacada. 

Sin embargo, la serie no es perfecta. Existen aspectos que la serie puede mejorar como lo es la continuidad en las escenas, por ejemplo, en el capítulo 2 se muestra al jefe de seguridad del Presidente Reyes en la selva torturando a unos paramilitares, y una escena después el mismo personaje está en Petare jugando un partido de futbolito, esa situación me sacó completamente de la experiencia por la falta de cuidado en esos detalles, pero quizás el público no note ese fallo o no le parezca relevante. 

La serie también presenta aspectos ambivalentes que a gusto personal no están mal pero pueden mejorar, ejemplifico esta situación, la serie no se enfoca en la trama política, ni en la tragedia venezolana, su enfoque principal no es ese, su objetivo es contar una historia de espionaje y de intriga internacional, sin embargo, en algunas escenas exponen la situación venezolana, presentan a Venezuela como un país sumergido en una crisis humanitaria que afecta áreas como la alimentación, la medicina y los servicios públicos pero los realizadores no muestran ni desarrollan una línea argumental con relación a las carencias propias del venezolano, haber hecho eso hubiese elevado la calidad de la serie y la crítica social que la misma podía aportar.

Otra situación que como venezolano creo que los realizadores no tomaron en consideración fue la contratación de actores y actrices venezolanos, si bien es cierto que el español Jordi Molla y la colombiana Cristina Umaña hacen un buen trabajo, no es menos cierto que los actores y actrices venezolanos están esparcidos por el mundo gracias a la profunda migración de los connacionales, entonces pudieron darle oportunidad a más talento nacional que conoce la idiosincrasia propia del venezolano, solamente puedo contar dos casos de venezolanos con interpretaciones dentro de la serie, Francisco Denis, como el General Ubarri, y la querida y recordada Kassandra, Coraima Torres, en un pequeño rol como parte de la familia del Presidente Reyes.    

Por último, para los venezolanos que hemos recorrido la capital de nuestro país, vemos que se presenta una ciudad que no es Caracas, y es que la serie fue grabada casi en su totalidad en Bogotá, por lo tanto presentan varias zonas de la capital colombiana como si fuese la venezolana, obviamente este es un aspecto que atañe únicamente a los que conocemos Caracas, y que obviamente no tiene incidencia en el producto final, pero la verdad al ver esas tomas los venezolanos sabemos que esa no es Caracas. 

En conclusión la segunda temporada de la serie Jack Ryan es un buen producto de entretenimiento, con aciertos y errores, pero un material disfrutable que en estos tiempos de limitaciones a la libertad de expresión que existen en Venezuela producto de la implantación de la Ley Resorte, es importante ver y sobre todo mostrar al mundo como es una aproximación ficticia de la realidad venezolana.     

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