Carta abierta al señor presidente
Por Mariana Zambrano
@zam_ mariana
Señor Presidente Nicolás Maduro, quisiera comenzar estas letras contándole una pequeña anécdota:
Cuando mi hermano contaba con tan solo cuatro años de edad le asignaron, a él y a sus compañeritos, realizar exposiciones con respecto a los valores humanos. A Arturito le tocó el valor de la DIGNIDAD. Entre todos en la casa estábamos bastante emocionados y lo ayudamos buscando información de este valor. Motivamos a mi hermano, no solo a aprenderse cada frase, sino también a comprender, a pesar de su corta edad, lo que significaba. Recuerdo que una de las frases que aprendió fue “la dignidad es el respeto que cada uno se tiene a sí mismos”. Hasta hoy en día, con más de 9 años, mi hermano sigue repitiendo las palabras que dijo en su exposición y es hermoso ver que ha sabido aplicar y enseñarle a otros lo que significa. Como familia, aprendimos que no hay nada que nos impida aprender, todo es cuestión de valor y dedicación.
Quizá, si está leyendo esta carta, Sr Presidente, se pregunte ¿qué me está diciendo esta niña? ¿será que me dice que no tengo dignidad? Y no es así. Yo no lo estoy criticando a usted. Con todo el respeto que se merece le digo que los venezolanos, en la situación en la que vivimos hoy día, estamos perdiendo la nuestra dignidad ¿Cómo es eso posible?
No quiero sonar molesta, pero la crisis por la que estamos pasando ha llegado demasiado lejos. Es inaudito e inhumano que nuestros hermanos, nuestras madres y nuestros amigos deban realizar colas que pasan 5 cuadras para comprar dos harina pan y salir corriendo a otro mercado y rezarle a Dios para que alcance el papel y el jabón que estén vendiendo ¿Se puede aceptar esto?
Ya han pasado dos años desde que se inició esta pesadilla. Tal vez usted piense que no es su problema, Sr Presidente, pero usted asumió el cargo, usted es la imagen y nuestro representante y en la calle nos sentimos cada vez más humillados.
Cuando digo que estamos perdiendo la dignidad lo hago pensando también en las miles de personas que han tenido que irse a las manos por comprar una bolsa de leche o un paquete de pañales para sus hijos ¿Es su problema? Tal vez no, pero usted es el representante y no se está viendo que se haga algo para mejorar esto. Cada día es peor.
Afiches en el metro inundan los andenes y mezzaninas aludiendo a una sana y balanceada alimentación ¿pero cómo? Si las verduras sobre pasan los 500Bs y el ciudadanos común gana no más de 5000Bs quincenales, los alimentos de primera necesidad son escasos y, al conseguirlos, eres denigrado como persona cada vez que haces una cola o terminamos pagando sumas elevadas porque nuestros hijos deben comer.
Se comenta también (y pareciera que ustedes en sus elevadas posiciones vivieran en un mundo paralelo al nuestro) que existen más de 200 módulos a nivel nacional, pero de qué sirve todo esto si los alimentos no se consiguen y día a día venezolanos mueren a causa de esto ¿Es su problema? Tal vez no, pero usted es nuestro representante.
Si nuestras calles fueran seguras, ustedes mismos como líderes políticos, deambularían por ellas sin escoltas, sin carros blindados y con la mirada en alto. A su vez, harían alardes de haber pasado sus vacaciones en territorio nacional, siendo ejemplo para el resto del mundo. Pero esto no es más que una tontería, porque saben cómo está Venezuela y es hora de que se hable con responsabilidad.
Me llama inmensamente la atención que se hable del pobre y se le haga casi un tributo a su imagen ¿esto es realmente bueno? El pobre merece dejar de ser catalogado como tal. El pobre no quiere ser pobre, él quiere tener las herramientas y los medios para comenzar a superarme, Sr Presidente ¿Esto es de su incumbencia? Es bastante probable que no sea así, pero sigue siendo la imagen de millones de venezolanos que están cansados y que se sienten irrespetados. Nuestra dignidad está por el suelo. La esperanza parece secarse con más rapidez cada vez que pasan, no los días, sino las horas. Venezuela está crítica.
Sé que no he estudiado carreras como derecho o economía, pero si así como yo hay hombres y mujeres en el parlamento o asumiendo cargos en el gobierno, yo tengo todo el derecho de alzar mi voz, usar mis letras para que el mensaje llegue a todo el que pueda, porque lo más importante que debo ser para que me escuchen es ser venezolana y por eso le escribo. Escribo por todas aquellas personas (que son millones), de cada ciudad y pueblito, que están agotados con esta situación y aun así, tenemos el valor de salir a la calle a trabajar y ser ejemplo de constancia ¿Y usted de qué es ejemplo, Sr Presidente? Seamos honestos y, lo más importante, vamos a convertirnos en personas con dignidad. Sea valiente.
Caracas, 27 de enero de 2016.
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