EL TÉRMINO “PASTELERO”: CÁNCER DEL FÚTBOL VENEZOLANO

Por Juan Carlos Fernández

  

Si existe algo que afecta directamente al desarrollo de la cultura futbolística venezolana es sin duda el término “pastelero”. Desde que la selección Vinotinto revolucionara el deporte nacional en 2004, los autodenominados “verdaderos fanáticos” del fútbol venezolano han utilizado esta palabra para referirse (y descalificar) a quienes no se unen aún al sentir futbolístico criollo.

 

Es necesario aclarar: ¿Qué significa ser “pastelero”? Pues bien, este término es usado para referirse peyorativamente bien sea a personas que brindan su apoyo, por conveniencia, a muchos equipos o simplemente a aquel que elige respaldar a un club distinto de los existentes dentro de las fronteras del país.

 

El asunto, además de ser adaptado por moda, ha recibido el respaldo de distintos medios de comunicación e incluso de personas involucradas en el fútbol nacional. El propio defensor de CD Lara y ex capitán vinotinto, José Manuel Rey, confirmó que apoya el término: “Pastelero, me gusta esa palabra. Yo soy un antipastelero”

 

Inmediatamente surgen las preguntas ¿Vale la pena insultar a quienes no apoyan al sentir vinotinto? ¿Es correcto? Sin duda alguna la respuesta es no. En un fútbol como el venezolano, en pleno crecimiento, la segmentación de fanáticos significa una verdadera locura. Si se desea que el deporte rey en Venezuela siga creciendo lo principal es sumar, nunca restar, y descalificar a una persona no solo atenta contra la cultura deportiva sino fomenta la violencia.

 

Una violencia que ya se ha empezado a ver en los estadios. Seguidores de la selección de España declararon haber sido atacados cuando fueron a ver el encuentro de La Roja contra Venezuela en Puerto La Cruz. Casos alarmantes si prestamos atención a como sufren otros países por la violencia que se genera por los partidos de fútbol.

 

Quizás el caso más representativo sea el argentino. Desde que se disputan torneos oficiales en Argentina, la violencia en los estadios ha generado un total de ¡267! muertos. Una cifra impresionante y más aún si se considera que el problema está lejos de erradicarse. Cómo empezó la ola de violencia no se sabe, lo único cierto es que lo más sano en Venezuela sería no darle pie a esas semillas de violencia que pueden convertirse en algo serio.

 

obretodo si se aprecia el crecimiento que ha tenido el fútbol nacional en los últimos años. Para muestra un dato, la pasada campaña del balompié venezolano obtuvo un récord de asistencia, con cerca de 650 mil aficionados en total (300 mil más que el año anterior) y con un promedio que ronda los 12 mil espectadores por encuentro. Cifras esperanzadoras para un fútbol que si lo comparamos con el de otras naciones, apenas está en pañales.

 

Y no es dicho para menospreciar, sino que el crecimiento deportivo implica años de trabajo y apoyo. Si se ve a España ganando prácticamente todo y con la gente rendida a sus pies se podría pensar que siempre fue así, pero resulta todo lo contrario. En algún momento su selección no era exitosa y la gente no se identificaba, el propio periodista Alfredo Relaño afirmó: “En los años 70s le íbamos a Brasil”. ¿Y qué pasó? ¿Se crucificó a quienes querían sentirse parte de algo exitoso? No. Se trabajó en pro de la selección, del país y de los aficionados, y ahora son una potencia futbolística mundial.

 

El asunto es sencillamente ese, apoyar al fútbol venezolano sin descalificar, se trata de sumar y no de restar. ¿Tienes algún amigo/familiar que no se interesa por el torneo local o por la selección? Invítalo a ir al estadio, a ver un partido, a disfrutar del balompié hecho en Venezuela. Hagamos del fútbol un espectáculo sano y divertido para todos, seas seguidor del Barcelona o seas fanático “de verdad”. El deporte rey cada día se gana más el corazón de los medios y de más aficionados. El objetivo es erradicar el término “Pastelero” del hablar venezolano y generar un ambiente más propicio para el crecimiento del fútbol criollo. El resultado, como la selección, será de todos.