UN TRABAJO ARTÍSTICO TEJIDO CON «HILOS DE HADAS»

Por Viviana Cusi 

 

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“Direnik ez da sinistu behar, ez direnik ez da esan behar» (no debes creer que no existen, ni debes decir que no son). Con esta frase de tradición vasca, que sería lo equivalente a decir “de que vuelan, vuelan”, el bailarín y director, Armando Díaz, desarrolla una puesta en escena, en la que demuestra que la magia es mucho más real y tangible de lo que se piensa.

Y es que, tanto la concepción, como el proceso de montaje de “Hilo de Hadas”, parece literalmente, tejido por algo mágico, que ha permitido la unión de todos los elementos necesarios, para completar este montaje.

 

Una Lamia Inspiradora

Todo empieza con la iniciativa del joven bailarín y director, Armando Díaz, licenciado en Danza por el Instituto Universitario de Danza de Caracas (IUDANZA), ahora UNEARTE, mención Intérprete en Danza Contemporánea, ganador del Certamen Mayor de las Artes y las Letras de Venezuela 2005, Capitulo Danza y fundador de la Compañía de Danza Sieteocho.

Este reconocido artista, atraído por el trabajo de Alberto Grau (fundador de la Schola Cantorum), asiste a uno de sus espectáculos musicales. El mencionado compositor, de origen catalán y venezolano y con una amplia carrera en la creación de melodías para coros, ha venido desarrollando una nueva propuesta, en la que plantea que dichos coros deben evolucionar, agregando sonidos corporales y movimientos. Esta tendencia se conoce como “euritmia”.

Díaz, movido tanto por la modernidad de la música de Grau, como por su propuesta escénica, decide hacer una lectura propia y desarrollar un trabajo en el que se conjugaran las artes. Díaz confiesa, “siempre me ha llamado la atención la música de Alberto Grau. Me gusta como vincula voz y movimiento. Su trabajo es muy orgánico y es muy interesante cómo quiere romper con el coro convencional, cómo quiere hacer música con el cuerpo, cómo busca una propuesta nueva”.

Llevado por el elemento mágico que, según el propio director, está presente en la temática de la música del maestro Grau, Díaz fue seleccionando las canciones que compondrían su obra. Ya sea por magia o por casualidad, durante su investigación descubre un trabajo eurítmico inédito, del que quedó prendado. Según nos cuenta, “un día, nos fuimos Karen y yo (Karen Díaz, Presidente de la compañía Sieteocho y hermana del director) a la Fundación Schola Cantorum y buscando la música para la pieza, descubrimos “La Suite de las Lamias”, unas partituras de 5 movimientos. Yo nunca la había visto. La agarramos y empezamos a trabajar. Resulta que esta Suite era una obra que había compuesto “por encargo”, pero que nunca había sido utilizada. Pues nosotros la trabajamos y la estrenamos aquí, en Venezuela”.

 

“La Suite de las Lamias” (2009), se convirtió en el tema central del montaje, al que se agregaron otras canciones, todas con música original de Alberto Grau: “La flor de la miel” (1983), poesía de Manuel Felipe Rugeles; “Dolorosa” (1998), textos religiosos en latín; “Cruje-Silba” (1994), poesía de Andrés Bello; “¡Si en este momento te duermes, querube!” (1999), poesía de Jesús Rosas Marcano.

 

11La Creación del Bosque

Es a partir de las historias que rodean a las lamias y su significado en la cultura vasca, que Díaz empieza a darle forma al montaje escénico. Para ello, se adentra en el mundo de las hadas, los bosques y cómo han sido representados por otros artistas.

Toma como referencia una colección de libros infantiles, escritos por Philippe Lechermeier e ilustrados por Aurelia Fronty, de los que, además, extrae el título de la pieza, “Hilo de Hadas”: “El nombre del libro me llamó mucho la atención, es muy hermosos y encajaba con el discurso… A partir de los libros hice un proceso creativo, con la participación de mi sobrina (Victoria Díaz, quien interpreta a la Niña). Leíamos los libros, ella dibujaba y hablábamos de las hadas, de las lamias, de la magia”.

Paralelamente, Armando contacta con su amiga y colega Anaísa Castillo, artista plástico y diseñadora, quien termina de dar forma a la tormenta creativa y lleva a la realidad las ideas de Díaz, transformándolas en vestuarios, maquillaje, peinados y escenografía.

Para las coreografías, el bailarín contemporáneo se inspira, especialmente en la expresión corporal, los bailes y las líneas predominantes del “expresionismo alemán”, fijándose, sobre todo, en la sobresaliente figura de Pina Bausch. De igual manera, confiesa estar muy influenciado por su maestro, Orlando Arocha: “tengo una fuerte influencia de mi maestro Orlando Arocha, tanto en “Hilo de Hadas” como en todo mi trabajo. Fui su alumno, luego trabajé con él en su compañía y he tenido la oportunidad de dirigir a su lado. Ha sido un proceso de crecimiento y ya el trato era otro. Para mí, él es un genio”.

 

Las Hadas y sus Hilos

Si bien “Hilo de Hadas”, no es el primer montaje de Armando Díaz, sí se trata de su primera experiencia dirigiendo cantantes, a las que, no solo les pide cantar, sino también, bailar y actuar.

 

En un principio, le plantea el proyecto a la directora musical Elizabeth Garaicoechea. Según nos cuenta Díaz, “decidí hablar con ella, porque ya había participado en trabajos de Alberto Grau. Así que le llegué con las partituras, le pareció una locura, pero aceptó el reto”.

 

Poco a poco, fueron apareciendo el resto de las cantantes, quienes se han sometido a un proceso de aprendizaje y exploración de otras artes en las que, normalmente, no se desenvuelven.

 

2Comenta Díaz “ha sido un proceso interesante. Los músicos y los cantantes tienen otra visión de lo que es trabajo escénico… tuve que darles mini clases de danza y baile. Lo que hice con ellas fue tomar las acotaciones que Grau pone en la partitura y exploté ese movimiento, llevándolo más allá, hasta coreografiarlo. Para mí era algo posible, porque siento que el arte no está desvinculado. El artista es un ser integral y yo quise fusionar estos tres elementos (cante, baile y actuación)”.

 

La magia también se hizo presente en la escogencia de la pianista Selene Quiroga. Según el director, ningún pianista había querido participar, por considerar las partituras “poco clásicas”. Sin embargo, al acudir a Quiroga, se da un encuentro especial, pues ella estuvo dispuesta a tocar las partituras, a cantar y a actuar.

 

Nos cuenta la pianista/cantante/actriz “decidí participar porque conozco al director. Trabajamos juntos en musicales anteriores y tuvimos un primer acercamiento. Con “Hilo de Hadas”, él estaba trabajando con las cantantes y necesitaba un pianista clásico, que leyera partituras complicadas. Me contactó y me entusiasmó la idea de trabajar en un proyecto de danza. Pero a mí no me gusta trabajar sólo como pianista, y tenía intenciones de pedirle que me dejara cantar y actuar. Y se dio la casualidad que él tenía pensado que bailara y cantara”.

 

Bajo esta atmósfera, Díaz logra “hilar” todo su elenco: Pianista, Selene Quiroga; Niña: Victoria Díaz; Sopranos: Karen Díaz, Ana Rodríguez, Selene Quiroga; Mezzosopranos: Elizabeth Garaicoechea, Alejandra Márquez, Geraldine Ruiz; Contraltos: Adela Garcés, Adriana Melendez, Cristina Vogeler.

 

Cada una de estas intérpretes, ha venido trabajando en la construcción de su personaje, basado en el compartir grupal, las investigaciones de los que son las “lamias” y las exploraciones e improvisaciones con Armando Díaz. Quiroga comenta “personajes con nombres, no existen. Cada una tenía una voz y a partir de allí y de lo que leíamos, junto al trabajo actoral, fuimos desarrollando las lamias, que son personajes ambiguos: ni malos, ni buenos”.

 

A Través de las Lamias

“Hilo de Hadas” ya cuenta con dos temporadas en los escenarios caraqueños. Sin embargo, tiene una función especial el próximo 8 de noviembre en la sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño, en el marco de la celebración de los 45 años de la Schola Cantorum.

 

Para esta función, se ha coreografiado el último movimiento de “La Suite de las Lamias”, completando los 5 que compuso Grau. Además de ello, como todo proceso creativo, ha ido en evolución, permitiendo una depuración de elementos y una lectura mucho más profunda, tanto por parte de Armando Díaz, como por parte de su elenco.

 

Según Quiroga, “el montaje tiene algo especial, la gente queda fascinada. Llegan y entran en esa atmósfera de bosque y no sabe si existen o no, si son buenas o malas (refiriéndose a las lamias)”.

 

Por su parte, Díaz tiene muy claro el mensaje que quiere transmitir a través de sus lamias y su hilo de hadas: “es un montaje que intenta demostrar fragilidad. Quería hacer un espectáculo que conmoviera. Estamos en un mundo hostil, lleno de problemas y yo quise crear una obra que regocijara a la gente, que saliera conmovida, enamorada, con una sonrisa en la cara”.

 

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Pero toda la magia que ha rodeado, tanto el proceso de realización, como el montaje final de “Hilo de Hadas”, es derivado, indudablemente, del trabajo y el esfuerzo de sus artistas involucrados, empezando por Armando Díaz. Según Quiroga “se trata de un trabajo muy serio, desde el punto de vista investigativo y de esfuerzo. No es lo más común pero sí es un muy atractivo, por todos sus elementos. Es producto de un músico venezolano, pero que está escrito en otro idioma, dirigido por un bailarín con trayectoria más allá de nuestras fronteras. Eso la hace una obra “internacional”, si se quiere. Definitivamente, es un trabajo muy bonito y bien hecho”.

 

“Direnik ez da sinistu behar, ez direnik ez da esan behar» (no debes creer que no existen, ni debes decir que no son), es lo que repiten las lamias, a lo largo de los cinco movimientos. Y, después de ver este trabajo, es imposible no pensar que fue precisamente un “Hilo de Hadas”, lo que permitió “hilar” la música de una pieza eurítmica, un coro, la actuación y el baile, en esta puesta en escena conmovedora, que demuestra que la magia surge y se anida en el alma del artista, llegando, inevitablemente, al alma del espectador.

 

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