LA ECONOMÍA DESPUÉS DE CHÁVEZ

Por Luis Edgardo Rodríguez

 

 

El nuevo gobierno tendrá la misión de enfrentar el legado populista

 economia sin chavez

Luego de la muerte del presidente Hugo Chávez, miles de personas han salido a las calles para darle el último adiós al líder del Socialismo del siglo XXI y a defender los espacios que el modelo político populista ha creado en los últimos 14 años de gobierno. Sin embargo, colocando los pies en la realidad, hay que preguntarse cuál es el camino que deparan los números para Venezuela, porque en economía no hay almuerzo gratis.

 

El legado económico que dejó Chávez tiene altos y bajos; intenciones y ejecuciones; beneficios y deudas, sobre todo, deudas. Antes de llegar al Palacio de Miraflores en su primer mandato, en el año 1999, la promesa del personaje de izquierda fue disminuir los altos índices de pobreza y desigualdad social a través de la redistribución de las riquezas. Sin embargo, solo consiguió darle mayores ingresos a los pobres, devolviéndoles la esperanza, pero sin acabar con los principales problemas como vivienda y urbanismo. Los estratos D y E viven aún en condiciones precarias y sus ingresos están sujetos al gasto público.

 

Hoy Venezuela enfrenta un complicado trecho económico marcado por el amplio déficit fiscal, caída de la producción, aumento de la inflación y una creciente deuda externa. Las decisiones para controlar la crisis se postergan  hasta el próximo 14 de abril del año en curso, fecha en la que los venezolanos escogerán a un nuevo Primer Mandatario.

 

Sin importar quién gane las próximas elecciones, tendrá que decidir si seguir por el camino rentista y populista de la última década o impulsar nuevamente la potencia productiva del país.

 

Del socialismo utópico a lo correcto

hecho en socialismoLa base del sector oficialista han sido los sectores más bajos de la sociedad venezolana, beneficiados por el populismo del modelo socialista. Pero para poder controlar el déficit fiscal, que aumento en 2012 entre bajas tasas de producción, alta importación y aumento del gasto público, el nuevo Gobierno deberá reducir los subsidios a los que se ha acostumbrado la sociedad venezolana. Entre esos gastos destaca la subvención de la gasolina, que deja el costo del litro por debajo del valor de una botella de agua. Aunque Venezuela cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo, en la actualidad la producción de crudo en la nación está muy por debajo de los niveles normales; el Ejecutivo se ha visto en la necesidad de importar gasolina desde los Estados Unidos con un precio internacional, pero vendiéndola por el monto congelado desde 1996, con un máximo de Bs. 0,097 por litro.

 

A pesar de la devaluación hecha a principio de año, que sirve para financiar en buena parte las misiones, el Estado tiene la necesidad de tomar otras medidas que puedan inyectar más ingresos a las arcas nacionales. Son muchos los expertos que coinciden en que la gasolina podría ser el siguiente producto que experimente un aumento de costo, que en la medida de lo racional podría elevar su valor entre cinco y diez veces. Si se evalúa detenidamente, es un precio razonable, pero que terminaría por aumentar también el valor del transporte público y la comida, entre otros sectores.

 

Representantes del sector oficialista han dado en diversas ocasiones el visto bueno al aumento del costo de la gasolina, pero la acción nunca ha sido tomada por temor a la reacción social.

 

La situación de Pdvsa, primer motor de la economía

pdvsaLa central petrolera genera más del 90% de los ingresos por importación, 50% de ingresos del Estado y 30% del PIB nacional, pero actualmente solo produce aproximadamente 2,5 millones de barriles diarios, frente a los 3,5 que ofertaba en el mercado del 2008. La Pdvsa actual cuenta con una nómina de 120.000 personas, Chávez la recibió con 30.000 empleados, pero que a su vez no representan el bienestar y control de la empresa; en los últimos años la mayor industria nacional ha sufrido severos daños en sus tres principales refinerías, disminuyendo así los índices de producción.

 

Pdvsa requiere una renovación urgente, pero la reparación del motor actual y la creación de nuevas refinerías tardará al menos tres años. Durante este tiempo, deberá hacer magia con su estructura actual para satisfacer los contratos internacionales, mientras importa gasolina desde EE.UU. con altos costos y sin dejar de subsidiar la venta, lo que cuesta al Estado, de acuerdo a cifras oficiales, 8.000 millones de dólares. La devaluación de la moneda no es suficiente para solventar el problema, si el Ejecutivo desea salvar a la emisora de petrodólares, tendrá que imponer mayor restricción en la emisión de capital para el financiamiento público.

 

En el 2012, por ser año de elección presidencial, la estatal aumentó la emisión de bonos para apoyar al sector administrativo público, que controló la inflación, la escasez e hizo grandes inversiones para sustentar planes como la Misión Vivienda. La acción elevó la deuda consolidada de Pdvsa hasta los 40.026 millones de dólares, 14% más que la registrada en 2011.

 

Es muy posible que, con la intención de generar sensación de bienestar social ante las venideras elecciones, la petrolera deba entrar en los próximos días en delicados gastos de financiación para frenar problemas como la escasez, pero que seguirán comprometiendo la sostenibilidad de la empresa y no serán beneficiosos a largo plazo.

 

El futuro del sector privado

control cambioEn el año 2003 el presidente Hugo Chávez inició una serie de expropiaciones y nacionalizaciones alegando que eran sectores estratégicos para la economía de la nación, pero con el pasar de los años empresas de distintos tipos –cuya importancia estratégica no está muy clara- pasaron al control del Estado. Productores de distintos sectores, desde fábricas de vidrio, fertilizantes, ferretería y hasta hotelería tuvieron que entregar sus bienes al Gobierno. A lo largo de los años Chávez estatizó 1.087 negocios.

 

Esta política infligió serios daños al sector privado del país, bajando los niveles de producción, alejando a los inversionistas extranjeros y haciendo a la nación cada vez más dependiente de las importaciones en sectores básicos como el alimentario.

 

La eliminación del Sitme complica aún más el panorama futuro, al dejar a los productores sin acceso a los petrodólares necesarios para la importación de materia prima. Se espera la creación de un nuevo ente que transe los montos necesarios para satisfacer la demanda de divisas, eso sí, con un mayor: Bs. 9 por dólar, para poder corregir una parte de la sobrevaluación de la moneda.

 

Ese tipo de acciones solventaría el problema de forma breve, pero no perduraría a largo plazo. Para poder generar verdadero bienestar, el  Gobierno central debe trabajar de la mano con los productores nacionales y tratar de captar inversión extranjera. Es necesario un cambio en la política de negociación con el sector privado.

 

Expertos señalan que en el 2013 la inflación venezolana podría alcanzar el 30%, fijándose como la más alta del mundo. Sin importar qué acciones tome el próximo Presidente, deberá enfrentarse a una economía volátil y a la mayor revolución del país, la de los precios.

 

@Luisert

Lrodriguez@guayoyoenletras.com

 

Fuentes:

www.elmundo.com.ve

www.eluniversal.com

www.analitica.com

www.entornointeligente.com

 

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