DEL MITO VIVIENTE AL MITO INMORTAL. POR GABRIELA AMORÍN

Por Gabriela Amorín

 

Muchos estamos casi paralizados, en especie de shock luego de ver la multitud de gente que ha ido a visitar los restos mortales del Presidente Chávez. Aún más impactante que eso, ha sido las muestras de dolor y manifestaciones de extrema pérdida que han expresado sus seguidores, que más que seguidores, perecieran haberse convertido en devotos, creyentes, de la religión Chavista, peor aún, del “dios Chávez”.

 

Aunque este descarado intento de convertir al Presidente en un ser inmortal y casi una figura de adoración ha alcanzado su máximo apogeo tras su muerte, no es algo reciente; la imagen idealizada de Chávez se ha venido construyendo poco a poco desde los inicios de su carrera presidencial. Ni es nueva esta estrategia en el Chavismo, ni tampoco lo es en la historia de la política.

 

Los mitos y el inconsciente colectivo

inconciente colectivoLos mitos y las leyendas pueden ser piezas decisivas del poder persuasivo de un político y tienen una enorme importancia en las sociedades y en su estructura de creencias pues son factores que la cohesionan, como la cultura misma, le dan valor a los pueblos y naciones, crean un sentido de pertenencia.

 

Inevitablemente, los mitos de las sociedades están asentados en el inconsciente colectivo de los pueblos. De ahí que tengan tanta importancia y fuerza.

 

De este modo, conectar al político emocionalmente con el pueblo, utilizando figuras míticas de la cultura genera gran adhesión, porque se estaría ingresando al inconsciente colectivo de la comunidad. Esta, sin duda, es una de las mejores formas de persuadir.

 

El inconsciente colectivo fue un término introducido en la psicología por Jung. Se trata de una especie de memoria ancestral, hereditaria e inherente, que explica muchas de los fenómenos  conductuales humanos.

 

Si usar estos elementos resulta tan poderoso, imagínense la fuerza que tiene convertir al mismísimo líder en una figura mítica, en una deidad, en una leyenda, a la par de aquellas que nos acompañan desde nuestros orígenes.

 

Es esta una práctica clásica en los gobernantes autoritarios, narcisistas y megalómanos. Y es común también la reacción desorbitada, fanática y radical de los pueblos que logran manipular. Incluso es típica, en los gobernantes criollos, la utilización del imaginario patriótico (por ejemplo) y su exaltación.

 

El inconsciente colectivo se manifiesta mucho en fantasías y revela su presencia por medio de imágenes simbólicas o arquetipales. En el caso de la construcción mítica de la imagen del presidente Chávez, valdría la pena describir tres símbolos o arquetipos específicos: el Mesías o Dios, el héroe y el padre. Es frecuente el uso de estos arquetipos en la historia de política.

 

Algunos expertos aseguran que una de las características de este tipo de mitos es la conjugación entre lo profano y lo sagrado, lo humano y lo divino; así mismo el juego entre el amor y el temor, la admiración y la identificación. Este juego ambiguo es lo que resulta más efectivo en la consolidación del mito.

 

El Mesías

chavez-religion“Después de Chávez, Dios”, “Chávez es eterno”, “Uno como él no vuelve a nacer”, “está enfermo porque entregó toda su vida por los que no tienen nada”, “Chávez es amor”, “el hombre del futuro se llama Chávez”, “Chávez no murió, vive en nuestros corazones”… Hemos visto y oído como el Presidente se ha convertido tras su muerte en una especie de mártir que sacrificó su vida terrenal por ayudar a otros, que era identificado tanto con el amor, como con el todo poderoso a quien se le teme y respeta. El que ama pero que también castiga. La transformación del ser humano de carne y hueso, en alma y espíritu divino, omnipresente, eterno. El que está en los corazones de quienes creen en él y el ejemplo a seguir. Y el más evidente esfuerzo por lograr esta transformación: “Chávez es el Cristo de los pobres”.

 

Los símbolos con connotaciones religiosas tienen un enorme poder, dentro del mismo mundo religioso como también dentro del político. Se ejerce un “gobierno de las mentes” y es así como se logra controlar a las masas a placer. El elemento emotivo viene a ser el principal actor.

 

Para realizar esta construcción es siempre necesario crear un enemigo, pues si existe el Bien, el Mal también existe. Para salvarnos, tiene que haber quien nos haga daño. Todos los “dioses” de las otras religiones son falsos, el que no tenga fe y no crea no será salvado, es rechazado, no es digno. Es así como se le ha ido sacando punta a las diferencias que existían y se ha ido erigiendo el mito de Chávez.

 

El manejo de este tipo de símbolos, obliga a entender la realidad por medio de la fe, la explicación lógica no tiene cabida, pero tampoco la duda, porque no existen medias tintas, quien duda de Dios, cae en desgracia. Se mantienen ignorantes las mentes y son así más fáciles de manipular.

 

Se crean leyes y modos de comportamiento, de vestir, de actuar, grupos para la protección del líder, para identificar a quienes lo siguen y para diferenciarse y atacar a quienes le adversan. Es ocultado cualquier error de este personaje, debe mostrarse “infalible”. No se puede mostrar a Chávez como vencido por la enfermedad, porque él es inmortal e invencible, por esto nuca se muestran fotos y se pretende embalsamar, para mantener su imagen intacta y sembrar el culto eterno. “El hombre providencial no fue vencido por las fuerzas impersonales del cáncer, sino, como corresponde a una verdadera epopeya, por el veneno del enemigo” (Fernando Molina).

 

El Héroe

chavez-liderAsí mismo, se utiliza el arquetipo de El Héroe en la construcción de la imagen de este líder latinoamericano. Los héroes se convierten en modelos a seguir. A partir de ellos derivan los valores y atributos percibidos como buenos, bellos y la verdad. Por lo general, los héroes vienen de orígenes humildes, sencillos o milagrosos. Poseen cualidades sobrehumanas. Emergen en momentos relacionados con la muerte y el mal. Chávez es el héroe de quienes lograron identificarse con esta ideología, rescata a los más necesitados de las garras de la oligarquía y el imperio. Los héroes se sacrifican por el bien y son capaces de soportar cualquier cosa. “Gracias a Chávez, hoy tenemos Patria”, “no descansaré mientras viva para hacer realidad la Patria Socialista”, “Hemos salvado a la Patria de la pobreza (…) Hemos sacado a Venezuela del pantano donde estaba”.

 

Finalmente, es importante explicar como se exalta también el arquetipo del Padre en la construcción del mito de Chávez.

 

El Padre

“Chávez es nuestro padre”. Chávez siempre fue percibido como un padre para sus seguidores. Este tipo de símbolo es común en líderes que asumen poderes ilimitados y generan dependencia en los pueblos. Adicionalmente viene acompañado de una personalidad carismática, cariñosa, pero también punitiva y autoritaria. El padre protege a la familia “Después de Chávez, el caos”.

 

chavez-padre1La muerte del líder da paso a la orfandad. En la psicología, esta representa la pérdida  de la posibilidad de maduración del YO, esto nos mantiene en una especie de regresión a la edad infantil.

 

A raíz de la construcción de estos tras símbolos en torno a la figura del Presidente Chávez, se transfirió su poder al pueblo que los guía diciéndoles “Tú eres Chávez”. Éste se convierte en su reflejo, y con su pérdida, él también desaparece. Llora porque Chávez ha fallecido, pero también llora por sí mismo. “El pueblo se vio a sí mismo reflejado en todas sus virtudes y defectos” (Fernando Mires). Se sienten solos sin el espejo de Chávez, sin su protector, sin aquel que les quería, pero también, sin ese que se parecía a mí.

 

El mito inmortal

Con la muerte de Chávez el “Mito viviente” se convierte en un “Mito inmortal” y aunque, personalmente, creo que esto es insostenible por demasiado tiempo, pues como dice Fernando Mires, Ningún endiosado resiste el paso del tiempo, no debemos subestimar el poder de estos elementos. Chávez murió, pero seguirá presente por mucho.

 

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