EDITORIAL #153: LUCHAR VOTANDO

 

luchar2El domingo los venezolanos tienen una nueva cita electoral. Será la décima octava en la que acudirán a las urnas desde que el fallecido expresidente Hugo Chávez llegara al poder en 1998. Para cualquiera que no conozca la realidad venezolana, esta cifra podría ser la prueba más evidente de que su democracia goza de buena salud. Sin embargo la realidad es diferente.

 

En los últimos 14 años, cada nueva elección ha servido para proyectar  la apariencia de un sistema democrático fortalecido cuando en realidad ha existido un evidente deterioro en el poder de elección de la gente. No es lo mismo votar que elegir, y para que el proceso electoral sea libre, justo y transparente  -como la Constitución lo manda- existen muchas condiciones que deben cumplirse antes y durante el día de las elecciones que, evidentemente, no se han cumplido. A pesar de que diferentes sectores políticos y de la sociedad civil vienen exigiendo la implementación de ciertas condiciones electorales básicas para que garantizar la imparcialidad en los comicios, el Consejo Nacional Electoral-que cada vez se muestra menos imparcial- ha ignorado esas demandas.

 

Es importante reflexionar sobre esto porque creemos que algunas premisas deben estar muy claras para encarar de manera responsable los próximos días. La elección del 14 de abril se dará en condiciones absolutamente desiguales entre los candidatos que buscan la Presidencia de Venezuela. Todo el proceso que nos lleva a esta contienda electoral ha estado caracterizado por un evidente ventajismo por parte del “presidente-encargado-candidato” del oficialismo que debilita enormemente el espíritu democrático de esta cita electoral.

 

No vale la pena, a tan pocos días, entrar en consideraciones de si la estrategia de cara a esta legitimación electoral -que tanto necesita el gobierno de Nicolás Maduro- es la correcta o no. Sin embargo, lo que sí es necesario es que el mensaje esté claro: hay que luchar votando y, después, seguir luchando. Como advertíamos en un anterior editorial, muy posiblemente la lucha no termine el domingo, sino ese día mas bien comience.

 

La peor pelea es la que no se da. Históricamente, las fuerzas democráticas de nuestras naciones se han caracterizado por su valentía en dar luchas incluso en condiciones muy desiguales e injustas. Esta vez no es diferente, pero son justamente esas condiciones tan adversas que hacen que las derrotas no sean definitivas y que las victorias sean heroicas.

 

Venezuela necesita hoy más que nunca del inquebrantable espíritu democrático de sus ciudadanos. No tenemos duda de que cada uno de ellos estará a la altura de lo que las circunstancias lo exigen.

 

Miguel Velarde

 Editor en Jefe

 @MiguelVelarde

 mvelarde@guayoyoenletras.com

 

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