VICTORIA CON SABOR A DERROTA

Por Felipe Vallejos
 
elecciones-venezuela-2013-nicolas-maduro-henrique-capriles-campana-defaultNicolás Maduro hizo lo imposible: reducir una ventaja de 14% a un ínfimo 1%, separado por poco más de 300 mil votos de Henrique Capriles, que rozó la hazaña de llegar a Miraflores contra todo el aparato estatal al servicio del chavismo.
 
La noche de este domingo fue histórica. La demora del Consejo Nacional Electoral (CNE) en entregar el cómputo, fue sinónimo del estrecho resultado que se avecinaba, con una rara sensación de amargura entre los seguidores del oficialismo.
 
El discurso de Maduro fue para el olvido. Quizás, de lo peor que se le ha visto a un presidente encargado  y hasta ahora, electo. Sin emoción, incoherente y repitiendo hasta el cansancio la palabra Chávez, como único garante de los pocos aplausos espontáneos que salieron de un público decepcionado por el resultado.
 
Más tarde habló Capriles. Conciso, enfático y sobre todo, radicalmente distinto al Capriles de octubre pasado, cuando salió a reconocer su derrota ante el imbatible Hugo Chávez.
 
Esta vez, el gobernador de Miranda tuvo motivos para cuestionar los resultados, con un 1% de diferencia, miles de irregularidades registradas y con el chavismo más debilitado que nunca.
 
Los próximos días serán importantes para el futuro de Venezuela. Si finalmente se concreta la victoria de Maduro, todo indica que será la última estancia del chavismo en Miraflores. 
 
Con su líder fallecido, la Revolución Bolivariana agoniza, envenenada por una profunda crisis económica que se refleja en la escasez de productos de consumo y sobre todo, en el hartazgo de la población que ayer luchó por un camino diferente para Venezuela.  
 
Más temprano que tarde, la senda de ese camino abrirá sus puertas, porque hoy más que nunca, Venezuela se lo merece. 
 
 
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