EDITORIAL #162: HACIENDO HISTERIA
La semana pasada el país recibió otro duro golpe a su bolsillo. El Banco Central anunció que la inflación en el mes de mayo alcanzó 6,1%, la segunda más alta en un solo mes en la historia de Venezuela, solo superada en 1996, año en el que la inflación cerró en el nivel más alto alguna vez alcanzado en el país: 103%.
Si comparamos esos números con los de la región, el resultado es aún más desmoralizante. La inflación en Latinoamérica tuvo un desempeño aceptable para el año 2012, con ejemplos como Brasil (5,8%), Honduras (5,4%), Panamá (4,6%), Costa Rica (4,6%), Bolivia (4,5%), Ecuador (4,2%), Paraguay (4,0%), México (3,6%), Guatemala (3,5%), Perú (2,7%), Colombia (2,4%), Chile (1,5%) y El Salvador (0,8%). Es decir, en Venezuela los precios subieron en mayo en UN solo mes más de lo que lo hicieron en TODO el año 2012 en estos países.
Hace pocas semanas, mencionábamos que para finales de este año era predecible una crisis económica a la que, debido a la controversia por los resultados electorales del 14 de abril, se le había adelantado una crisis política. Sin embargo, revisando los datos económicos en la actualidad, también podemos afirmar que la crisis económica está mostrando su lado más oscuro incluso antes de lo que se estimaba.
La inflación es una de las variables económicas de impacto más directo en los ciudadanos. Esto, sumado a la evidente escasez de productos que los venezolanos ya viven a diario y al insuficiente aumento de salarios decretado para este año, hacen del manejo económico de los hogares casi un acto de fe.
Es importante tener claro que la inflación, aquí como en cualquier país del mundo, la producen las políticas del gobierno. En el caso venezolano, el resultado que hoy vivimos no podía ser diferente cuando observamos que en los últimos tres años, el circulante en la economía aumentó en un 70%.
Las consecuencias de números inflacionarios tan altos son igual de preocupantes. Lo primero que se puede prever es que la capacidad adquisitiva de los venezolanos caiga aún más, es decir, que cada mes el salario alcance para comprar menos. Lo segundo, es que la capacidad de ahorro también se desmorone, y cualquier ciudadano que con mucho esfuerzo haya logrado acumular algunos bolívares como ahorro, verá como éstos se “evaporan”. Así mismo, un sector ya muy golpeado como lo es el de los pensionados, será nuevamente víctima de estas circunstancias teniendo muy poca capacidad de resistencia.
La situación económica en el país es crítica y debe revisarse con urgencia. Será muy difícil que una crisis como la que vivimos se pueda resolver sin la participación de un sector privado y productivo que en los últimos años ha sido excluido y destruido. Las secuelas de muchas malas decisiones ya se sienten en las calles y en las casas venezolanas.
Una vez más, un gobierno que dice estar haciendo historia, lo único que consigue es hacer histeria.
Miguel Velarde
Editor en Jefe
@MiguelVelarde
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