LA GASOLINA MÁS BARATA CON LAS PÉRDIDAS MÁS ALTAS
Por Andrés Abreu U
@andresabreu
aabreu@guayoyoenletras.com
A 27 asciende la cifra de fallecidos en las protestas en Sudán para el momento del cierre de este artículo. Desde hace algunos días este país se ha visto envuelto en distintas protestas en respuesta a la eliminación de subsidios a la gasolina. Según las nuevas medidas económicas el galón de gasolina aumentará de 12,5 libras sudanesas, equivalentes a 2,84 dólares, a 21 libras sudanesas, 3,18 dólares. Diversos analistas han declarado que esta medida de eliminación de subsidios afectará a los más pobres.
Vale la pena analizar un poco el subsidio a la gasolina, tomando en cuenta que en nuestro país existe el mismo. Como primer punto es necesario definir que el precio del combustible en la mayoría de los países es de 50 centavos de dólar aproximadamente por litro, en Venezuela es de 2,3 centavos; precio que no ha cambiado en al menos 17 años. Es decir, Venezuela se encuentra entre los países con más bajo precio de la gasolina gracias a que el ser un país petrolero hace «inmoral» el siquiera pensar en que la gasolina pueda tener un precio razonable en lugar de ser un regalo a cambio de una cantidad de dinero que puede ser hasta simbólica muchas veces.
Icónico es el caso del «Caracazo» que fue desatado por un aumento en los precios de la gasolina. Gracias a este hecho histórico, el aumento de precio del combustible se ha tratado de una forma extremadamente cuidadosa, hasta el punto de que el último aumento fue hecho en el segundo gobierno de Rafael Caldera, hace al menos 17 años.
No se debe ver el subsidio como algo negativo, hasta cierto punto. Puede considerarse dentro de los límites de la normalidad que en un país productor y exportador de petróleo las personas paguen menos por combustible que en un país, por el contrario, importador de petróleo o combustible directamente. Pero nos encontramos con otra carta; Venezuela en los últimos años ha estado importando gasolina, vendiéndola al mismo precio que como si fuera producida dentro del país.
Además de Venezuela, los países con los precios más bajos de gasolina son Arabia Saudita, Libia, Kuwait y Qatar, todos comparten el ser naciones petroleras al igual que Venezuela. Sin embargo, a pesar de mantener un precio notablemente bajo en comparación a otros países, es un precio que cambia constantemente; cosa que no ocurre en nuestro país.
A partir del año 2005, los costos de producción del combustible son mayores al precio de venta en el país; es decir que ni siquiera se cubren los costos de producción.
Desde ese año 2005 hasta 2012 se han perdido alrededor de 2200 millones de dólares por la venta de gasolina a un precio menor a los costos de producción. Solo en el año 2008, el costo del subsidio fue de 439 millones de dólares, cuatro veces mayor al del año anterior. Esto se suma a que la exportación de gasolina sufrió un descenso de 70% pasando de 226 mil barriles en 1998 a 47 mil barriles en 2011. Esto representa pérdidas desde el punto de vista que se vea la situación.
¿Cómo contrarrestar esto? La respuesta puede parecer simple: recortar los subsidios. Sin embargo, en la práctica esto no es tan sencillo como parece. Tal y como se sabe, los recortes a los subsidios de combustible afectan a los más pobres debido a que con el aumento de los precios en la gasolina aumentaría también el precio del transporte público, por ejemplo.
Una realidad inminente es que no se pueden recortar los subsidios de una manera abrupta debido a que las protestas no tardarían en llegar, tal y como sucede en Sudán. Es necesario compensar el aumento del precio del combustible con ayudas directas a la población, medida que siguió la nación iraní. Reducir el subsidio a la gasolina debe traer consigo necesariamente un aumento en beneficios a la población, es decir, ahorrando costos en gasolina el Estado puede invertir directamente en vialidad y transporte público, por ejemplo. Además de saldar los costos de producción se puede invertir en cultura, educación y en ayudas sociales para el beneficio de toda la nación.
Por supuesto es necesario que el aumento del precio de la gasolina se haga de manera paulatina, y éste no debe ser necesariamente elevado, simplemente debe saldar los costos de producción para así utilizar esos 400 millones de dólares en sectores en donde se necesita inversión inmediata.
Nos sirve de muy poco -o de nada- tener la gasolina más barata del mundo cuando esto implica la inversión de gran cantidad de dinero que se hace necesario en otros sectores. Disfrutar de la bonanza petrolera implica un disfrute en todo sentido, implica contar con una mejor calidad de vida ofrecida por el Estado y no una calidad de vida deteriorada y una pérdida de millones de dólares.
«Ya es una grosería vender la gasolina como lo estamos haciendo»
Hugo Chávez, 2007
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