ESCASEZ E INFLACIÓN: SOCIALISMO PARA TODOS POR IGUAL

Por Luis Rodríguez

@Luisert

 

 

 

 

Nicolás Maduro, al frente del Gobierno nacional, anunció otro 10% de aumento salarial para el mes de noviembre. Asegurando que de esta forma el salario mínimo venezolano se ubica como el más alto de Latinoamérica alcanzando los  Bs. 4.110, si se le suma el ingreso por bono alimenticio.

 

Este sería el tercer incremento del año al sueldo mínimo, luego de que creciera 20% en mayo y 10% en septiembre. Pero, aunque la cifra suene amigable, cada nuevo bolívar que circula debe enfrentar su acentuada devaluación ante el dólar, que dispara la inflación y se sostiene en la escasez de productos.

 

El Ejecutivo ensalza sus logros cada vez que tiene oportunidad, mientras el BCV retrasa las publicaciones de las cifras que tienen una real incidencia en el poder adquisitivo de los venezolanos, en picada desde principio de 2013.

 

Inflación, el número que más crecerá en 2013

 

El aumento salarial representa mayor cantidad de bolívares en circulación, el credo del crecimiento inflacionario sobre un escenario con aumento de demanda y caída de producción. La falta de divisas que experimenta el mercado ha colocado en jaque a los productores que importan gran parte de la materia prima para producir, estancando a la nación en un círculo que no ven fin con las políticas económicas que implementa el Estado.

 

Agosto, el último mes del que se conocen cifras inflacionarias oficiales, registró 3% de crecimiento en el Índice nacional de precios al consumidor (INPC), 0,2 % menos que en julio. Sin embargo, hay meses con una inflación tradicionalmente un poco más baja y éste es uno de ellos. En contraste, la inflación interanual -la cifra registrada entre agosto de 2012 y el mismo mes de 2013- creció 45,4%. El acumulativo en los primeros ocho meses del año, 32,9%, es un mejor reflejo de lo que enfrentarán los venezolanos a final de año.

 

La distorsión que sufre la economía nacional es producto de las decisiones económicas que ha tomado el Ejecutivo: control de precios, la expansión monetaria del pasado año y las ineficientes políticas para la administración de divisas, teniendo en cuenta que el Sicad, organismo que no transa desde hace más de 40 días, no ha podido satisfacer la demanda de dólares ni disminuir la brecha de precios entre el oficial y el paralelo.

 

Venezuela se ha convertido en un país con producción interna extremadamente limitada y ahora sin moneda para importar. Economistas expertos señalan que sin verdaderos cambios en las políticas cambiarias, no es posible esperar una inflación menor al 40% en 2013, mientras que otros aseguran que la cifra llegará a ser la más alta del mundo.

 

La escasez se acentúa cada vez más

 

En una economía importadora, mientras escasean los dólares, escasean los productos, incluyendo los de la cesta básica. El informe del Banco Central de Venezuela para reportar la escasez en Caracas durante el mes de agosto señala 17 alimentos con falta superior al 41%, lo que los lleva a la categoría con serios problemas de abastecimiento.

 

Durante ese mes 85,8 de cada 100 establecimientos visitados por el BCV no disponían de leche en polvo y en 85,3 de ellos no se encontró azúcar. Otros productos básicos, como aceites mezclados y harina de maíz precocida, faltaron en más del 71,4 de las tiendas. En la lista también destaca la mantequilla, las arvejas, leche completa o descremada líquida, queso blanco y amarillo, café molido y harina de trigo.

 

Las cifras generales señalan que, en promedio falta un 19,2% de los artículos de la canasta básica, casi el doble que en la misma fecha del 2012 cuando faltó 10%. Estos números indican la falta de varios productos a mediano plazo. La regulación de precios hace que muchas veces los empresarios obten por disminuir la producción antes de vender por debajo de los costos y afectar la rentabilidad.

 

Aunque la liberación del valor de productos básicos representaría un claro golpe al poder adquisitivo del salario mínimo, la fuerza artificial de éste disminuye cada vez más junto a la estabilidad financiera del país.

 

Beneficiados a costa de todos

 

Y si bien la escasez es un dolor de cabeza para la mayoría de la población, para unos pocos puede convertirse en ganancias. Aquellos que tienen acceso a un precio artificial de dólar hacen negocios y sacan provecho importando por un costo menor al de la venta final.  

 

Las políticas draconianas implementadas por el Gobierno venezolano han convertido a la economía nacional en un juego en el que triunfa quien manipule mejor los billetes verdes, pero es la macroeconomía la que cae por un precipicio y se vuelve menos controlable cada día que pasa sin cambios en las reglas del mercado de consumo en Venezuela.

 

También destaca la situación de Pdvsa y su imposibilidad para mantener el modelo populista, porque han gastado hasta las divisas que no poseen y el nivel producción sigue estancado, sin poder brindar un “colchón” de rescate. La estabilidad permanecerá lejos mientras no se ejecuten planes que permitan la sana producción e incentiven la inversión.

 

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