Igualdad entre venezolanos

Por Francisco Alfonzo

@FranciscoAlfonz

 

 

 

Uno de los principales postulados del socialismo –supuestamente- es la igualdad entre las personas. El gobierno actual, desde hace 15 años ha realizado múltiples campañas propagandísticas en las que ha destacado la búsqueda de la igualdad social entre los venezolanos. En pocas palabras, esa pretendida igualdad persigue supuestamente que los pobres sean iguales que los ricos, mejor dicho, que no haya ni pobres ni ricos, sino que seamos una sociedad compuesta por una sola clase social (lo que no sabemos es, si esa única clase social que pretenden lograr sería de pobres o de ricos).

 

Existen diferentes conceptos y acepciones de lo que es la “igualdad”. Por un lado encontramos la igualdad formal, que es aquella que se refiere a la igualdad de oportunidades entre las personas, igualdad de derechos, no discriminación, etc.; es una igualdad que no se fija en las características de las personas, sino solo en su condición de ciudadano o ser humano (por ejemplo: todos tienen derecho a la vida, a la libertad, seguridad, justicia, de acceder a la propiedad, etc.).

 

Por otro lado está la igualdad material, que busca la equiparación de beneficios, bienes y recursos entre las personas, ese tipo de igualdad persigue que, sin importar el pasado, los esfuerzos, destrezas y labores de los individuos, todos tengamos la misma cantidad de beneficios materiales para satisfacer nuestras necesidades básicas; esa igualdad trata de equiparar a los ricos con los pobres, a veces incluso quitándole a los primeros para darle a los segundos, sin tomar en cuenta lo merecido, o no, que tengan los ricos de gozar su propia fortuna (por ejemplo: los ricos pagan más impuestos, pero los pobres son los que obtienen casas gratuitas, así como otros beneficios del Papá-Estado).

 

Como bien podrá advertir el lector, los regímenes socialistas persiguen en mayor grado (a veces exclusivamente) la igualdad material, a través de lo que comúnmente llaman “justicia social” (o justicia distributiva). Nuestro gobierno de turno no es la excepción, la igualdad de los pobres con los ricos es una consigna constante, en el discurso de sus voceros, se hacen llamar un gobierno obrerista. En la práctica, por ejemplo, durante los últimos años han aumentado las expropiaciones de bienes a particulares para –supuestamente– ponerlos a la disposición y servicio del colectivo, del “interés social”.

 

Sin embargo, hay una abierta verdad que todos conocemos pero parece no importar mucho a los venezolanos, a pesar de que ella demuestra una clara hipocresía, incongruencia y contradicción por parte de la élite del PSUV. Constantemente me pregunto, ¿qué tan iguales somos los ciudadanos de este país en comparación con los funcionarios del Estado en altos y medianos cargos públicos? De la anterior surgen muchas otras preguntas y ejemplos, tomemos algunos.

 

La seguridad. ¿Cuánta seguridad les brinda el Estado a sus ciudadanos, en comparación con la que el Gobierno les da a sus altos funcionarios? Puede pensarse que es medio lógico, y que eso pasa en todos los gobiernos del mundo, que los presidentes, ministros, legisladores, jueces de alta jerarquía, etc., cuenten con importantes sistemas de protección. No obstante, resulta una contradicción que en Venezuela las cifras de muertos a causa de la inseguridad se comparan con las de países en guerra, mientras que constantemente vemos en la capital grandes caravanas de autos súper blindados con numerosos escoltas para la protección de altos y medianos funcionarios. ¿Es eso igualdad? ¿Qué tan seguro se siente usted, estimado lector, en comparación con la seguridad que podemos imaginar que gozan los hijos e hijas del Presidente y los ministros?

 

Las divisas y los viajes. Este es un ejemplo que verdaderamente indigna. El tema del control de cambio y las posibilidades de los venezolanos para viajar, importar o estudiar en el exterior, aspecto que cada vez es más crítico. Sin embargo, nos preguntamos ¿de cuántos dólares anuales disfrutan Maduro, Cilia Flores o Rafael Ramírez para viajar por el mundo? ¿Se conformarán los miembros de la élite del PSUV con sólo tres mil dólares anuales para sus viajes? ¿Por qué si ellos pueden viajar tanto, con dinero de todos los venezolanos, nosotros no podemos ni siquiera comprar con nuestro dinero todos los dólares que queramos, al precio que se nos antoje, para gastarlos en dónde y cómo queramos?

 

La alimentación, serivicios y suministros básicos. Actualmente en el país escasean muchísimos alimentos y bienes básicos. Entre ellos destacan: la leche, harina, el aceite, el café, la mantequilla, el papel higiénico, toallas sanitarias, etc. También se nos va mucho la luz o el agua, sobre todo en los sectores más rurales y más necesitados, alejados de la capital. ¿En La Casona, en Miraflores o en La Viñeta?

 

Podríamos seguir con ejemplos de todo tipo. Sin embargo, no es nuestra intención extendernos demasiado. Es suficientemente obvio y evidente la cantidad de lujos y privilegios de los cuales gozan los líderes “socialistas”; ni hablemos del ejercicio de otros aspectos, como los derechos constitucionales más básicos de los que disponen ampliamente los funcionarios del alto gobierno y que al ciudadano de a pie le cuesta un esfuerzo considerable poder ejercer (por ejemplo: poder acceder a la propiedad sobre un bien inmueble o expresarse libremente y llevarle un mensaje a un número considerable de compatriotas). Mucho menos hablemos de los líderes de la oposición, quienes no es que son ignorados (como la población), sino que son discriminados abiertamente y con alevosía.

 

¿Hasta cuándo tanta hipocresía socialista?

 

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