El fuego de la miseria

Por Norma Pérez

@normaperez9

 

 

 

Venezuela cada día que pasa se hunde más en la miseria, y aunque a algunos les cueste ver que vamos de mal en peor, los acontecimientos que ocurren en el país demuestran que así es como estamos. Y es que el que no se da cuenta es sencillamente porque no va a los supermercados o no espera por horas a su hijo con el temor de que suene el teléfono con una mala noticia.  

 

La situación es tan triste que, no conforme con lo anterior, estamos a punto de quedarnos sin periódicos en los que leer cuántos muertos, robos y medidas económicas anunciaron el día anterior. Todos los días un diario anuncia la fecha en la cual se le acabará el papel. Todos los días van bajando el volumen de páginas y todos los días contamos con un diario menos.

 

Algunos pensarán que no importa si no hay periódicos porque tienen la televisión, la radio o la internet. A esos les pregunto: ¿dónde quedó el derecho a estar informado; el derecho a leer las noticias dónde quieras? Es que últimamente no tenemos ni el placer de escoger porque sencillamente, desde hace meses, hay que conformarse con lo que haya.

 

A pesar de todo, lo que más tristeza me da es que cuando exigen las divisas para comprar papel, veo en las concentraciones a periodistas con miedo a quedarse sin trabajo, a estudiantes con miedo a quedarse sin futuro, pero no veo al ciudadano exigiendo su periódico. Quizás no luchan porque no es la cervecita de los viernes, la harina, la leche. Como dicen algunos ¿qué tanto? es solo un diario. 

 

Pero no es solo un diario. Es el lugar de trabajo de muchos, el futuro de otros, la fuente de información del que se niega a leer en una computadora porque no sabe, no tiene una o porque no dispone del tiempo para hacerlo. La cuestión no es que los venezolanos nos estemos quedando sin el Últimas Noticias, El Nacional, El Tiempo, El Impulso; es que nos estamos quedando sin una fuente de trabajo, sin un medio informativo y, sobre todo, sin el derecho de estar informado.

 

A este paso no me extrañaría que mañana nos quedemos sin venezolanos, sin país, porque cada vez más escucho a mis amigos decir “es que ya no siento a este país como mío”, “es que si esta es la Venezuela que me merezco, pues no la quiero”.

 

Hoy son más las cosas que perdemos, que desaparecen, los amigos que despedimos, y la desesperación y el miedo que sentimos, que la ganas de seguir en un país que, desde hace tiempo, dejó de ser nuestro. Lamentablemente, Venezuela pertenece a la inseguridad, al miedo, la apatía, al dolor, la pérdida y al fuego que destruye todo dejando solo miseria.

 

Espero que los periódicos no sean otros de esos productos que, con el paso del tiempo, dejen de verse y en algún punto ya no recordamos, porque hace tiempo no vemos ni su sombra. Espero que las nuevas generaciones tengan el placer, al menos, de saber cómo es un periódico, que los periodistas que trabajan en los diarios con crisis de papel no se queden sin trabajo, y espero que los venezolanos reaccionen ante la destrucción que deja el fuego de la miseria.

 

 

Primera foto cortesía de @surdaneta

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