Reconstrucción de conceptos y valores

Por Julián Fejure

@JulianFejure

 

 

 

Suena irónico pensar que vivimos en uno de los países más felices del mundo, el número 20 según The Earth Institute, de la Universidad de Columbia, cuyo presidente es Jeffrey Sachs, pero la realidad que se vive dentro de Venezuela no es tan alegre como muchas personas alrededor del mundo pueden llegar a creer.

 

Si revisamos el concepto de felicidad según el diccionario de la Real Academia Española se afirma que la misma es “el estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien”, sin embargo, en un país como Venezuela, que cerró el 2013 con una inflación de 56,2% y donde los precios en su mayoría son inaccesibles para los ciudadanos de a pie ¿de qué posesión podría hablarse? Si esto no fuera suficiente, es importante hacer notar que la tasa de homicidios al cerrar el año 2013 fue de 25.000 homicidios a pesar de todo el despliegue de un conocido plan de seguridad denominado Plan Patria Segura, pero que al parecer no ha surtido el efecto esperado por el gobierno, entonces ¿e que felicidad habla el Earth Institute? ¿Será que creen que los venezolanos sonríen al enterarse de la muerte de un familiar, cuando les roban los vehículos, carteras o cualquier otra pertenencia?

 

A propósito de este tema que parece haber perdido vigencia pero que ante los ojos del mundo entero todavía da mucho de qué hablar por la doble moral incluida en los temas que afectan a la nación suramericana sería muy conveniente invitar tanto al Sr. Maduro, Presidente de Venezuela, y al Sr. Sachs para revisar conceptos y visiones respecto de la felicidad, sobre todo la que viven cada uno de los venezolanos los 365 días del año durante las 24 horas. Sería una excelente idea reunir a estos dos ciudadanos para que nos expliquen dónde y cómo ven la felicidad en Venezuela.

 

Si escuchamos el discurso cargado de violencia, ofensas y adjetivos calificativos negativos del Presidente Maduro, quien afirma que cada una de sus obras son basadas en la frase de más amor para el pueblo y luego hacemos una sencilla encuesta en el pueblo respecto a qué tan felices se sienten podrán escucharse quejas por muertes, asesinatos, ausencia de alimentos, espera en largas colas para comprar harina pan, leche, azúcar, la falta de empleo y que el dinero no alcanza para cubrir las necesidades básicas. He allí donde habría que preguntarle al Presidente de cual FELICIDAD SUPREMA y MÁS AMOR PARA EL PUEBLO se está hablando. Al mismo tiempo el Sr. Sachs debe responder bajo qué estándares se define y se mide la felicidad de su estudio en países como Venezuela.

 

Cabe acotar que otro aspecto de importancia social que ha desaparecido en Venezuela es el respeto hacia los valores sociales y morales debido a la misma violencia verbal y física presentes en las calles de las distintas ciudades del país.

 

No es posible que en estos tiempos donde existen sociedades tan avanzadas pareciera que la venezolana ha ido involucionando de mal hacia peor. La tolerancia hacia los demás, el respeto hacia los infantes y ancianos, las normas de cortesía, nuestro vocabulario, la agresividad con la que vivimos ha aumentado a niveles altísimos. Atrás quedó esa época en la que los jóvenes cedían puestos a ancianos o mujeres con niños, en donde al preguntar una dirección se dirigían a los demás con buenos modales, en donde se utilizaba el usted como artículo imborrable al responder a los adultos porque si no eso era regaño seguro, da mucho dolor ver como esta sociedad se fractura cada vez más.

 

Es intolerable ver como mujeres se halan por los cabellos para conseguir un kilo de leche que seguramente al llegar a casa no durará ni una semana, da dolor ver como se insulta a un abuelo por cruzar con lentitud una calle o el rayado peatonal, da asco escuchar hablar a muchos jóvenes de un país que posee valores invertidos y donde pareciera que muchos padres hacen como los piratas, se tapan un ojo para no ver algo que está latente y que si no se corrige a tiempo seguirá transmitiéndose de generación en generación timbrado como un tatuaje, seguirá ampliándose el concepto del peor país para vivir en sociedad más que por el gobierno por una parte de su población pero que lamentablemente se generaliza a nivel mundial.

 

Empecemos por casa a rescatar y fomentar los valores que se han ido perdiendo con el tiempo para cultivar en nuestros hijos un modelo de sociedad mucho más visionaria, mucho más completa, mucho más tolerante, mucho más educada y sobre todo profundamente llena de AMOR, ese amor sincero, verdadero alejado de políticas, colores, religión o preferencias sexuales que harán que la reconstrucción de este país tan hermoso que se escribe con V de victoria sea un éxito.

 

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