Homosexualidad y democracia

Por Jorge Flores Riofrio

@floresriofrio

 

 

 

La humanidad está en una constante definición de sí misma. Las visiones sobre el mundo cambian, así como las concepciones de identidad personal y colectiva, algo que genera un conflicto entre los que exigen los nuevos conceptos como un derecho y los que se resisten al cambio de lo establecido. Hoy en día ese conflicto, ese tema que tiene antagonismos radicales y que puede transformar, lo que conocemos como sociedad humana, es lo referente a la diversidad sexual.

 

El asunto del derecho a escoger la orientación sexual, desde mi punto de vista no es lo conflictivo del tema, sino los derechos exigidos por quienes defienden, un nuevo modelo de familia, puesto que la manera en que plantea su lucha, pareciera comparar, la ausencia de reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo, con la esclavitud que fue duramente combatida en el siglo XIX. Dos luchas fundamentalmente distintas, que tienen como principal diferencia, que la primera de ellas, no pone en riesgo el primer y más básico derecho de todos, la vida.

 

No es para mí preciso, estancarme en establecer si la homosexualidad es natural o no, ni concentrarme en argumentos en contra de las parejas del mismo sexo, sino en nombrar las cosas como son, y desde mi punto de vista, respetando la posición de cada quien, el derecho al reconocimiento de las parejas homosexuales, como figuras iguales a los matrimonios convencionales, no puede jamás ser tomado como una lucha, igual, ni siquiera cercana, a lo que son los derechos fundamentales del ser humano.

 

Al darle el reconocimiento a los matrimonios homosexuales, que en algunos países como Inglaterra, España o Argentina, es igual al de las parejas tradicionalmente concebidas, se distorsiona lo que somos los seres humanos, ya que se le da un carácter a los gustos sexuales, por encima de los valores que sustentan una familia sana, valores que al estar ausentes, traen las horribles consecuencias sociales, que vemos en nuestras ciudades, delincuencia, prostitución, adicción a las drogas y pare de contar. Entre las múltiples causas de la descomposición de la sociedad, se encuentra entre las principales, la sobre estimación al sexo y el abandono a la importancia de la familia.

 

Desde más o menos los años 50, el mundo empezó a convertir al sexo en una especie de dios (parecido como lo hicieron algunos pueblos antiguos) dejando a un lado valores familiares como la fidelidad. Aunque no habido época en que el adulterio no estuviera presente en los matrimonios, en especial el de los hombres, la desintegración de las familias era muchísimo menor, puesto que la sociedad influía, para que la responsabilidad prevaleciera por encima del deseo.

 

La emancipación de la mujer, el descubrimiento de su libertad sexual y su autonomía, necesarias sin duda, trajeron desarrollo a los países donde fue ocurriendo, sin embargo también conllevó, a que ya las esposas, no estaban dispuestas a aguantar los abusos de los esposos, así como las solteras, dejaron de ver al matrimonio, como el único camino para sentirse plenas, algo que a la larga, hizo que las familias perdieran el significado que tenían hasta ese tiempo. ¿Las consecuencias? Aumentó en occidente los niveles de delincuencia común y de violencia.

 

Lo que quiero decir con esto, es que el asunto no radica en las libertades, sino en los valores familiares, son estos los que hacen que el ser humano, puede concebirse como un individuo interdependiente. Si no existen familias con valores fuertes, como el amor de los unos por los otros, traducidos en verdadero interés por el bienestar de sus semejantes, no existe ningún derecho que no se pueda romper y se pone en jaque nuestra democracia, puesto que si esta carece de la valoración al bien común, es inútil, estéril y sin sentido.

 

El no valorar la familia y todo lo que se necesita para sustentarla, es el principal defecto de nuestra democracia, puesto que aquellos padres que dejan sus hogares, para satisfacer sus deseos egoístas, las madres que se dedican a buscar maneras de llenar sus vacios, sacrificando la conexión con sus hijos, los matrimonios que no luchan por seguir, porque se rindieron y eligen experimentar otras relaciones, sin importar las consecuencias, aquellos que embarazan mujeres, casi como un deporte, para dejarlas solas y desamparadas, llevarán sus actitudes egoístas, a casi todos los ámbitos ciudadanos. Quienes renuncian a la familia, atentan contra la Republica y lo que queremos para Venezuela.

 

Según Jean Jacob Rousseau, quien inspiro a los padres de la patria a libertar la América Española, el primer Estado es la familia, así que la manera en que la valoramos, en que la constituimos y la defendamos, será una visión de cómo viviéremos como nación. Si dejamos a un lado los valores familiares ¿Qué nos hace creer que será diferente con los valores nacionales? No existe una mayor prueba de que realmente se valora el bien común, que manteniendo sanas y constituidas nuestras familias.

 

Sobre los derechos de las parejas del mismo sexo, tomando en cuenta que la fortaleza de nuestra democracia y de nuestra nación se encuentra en la familia ¿Cómo la fortalecerán? ¿En realidad se valorará más el bien común? ¿No pondrán en riesgo el pilar de nuestra sociedad? Preguntas que es bueno hacerse ahora que este tema está en la palestra pública.

 

Para mi nuestra legislación debería fortalecer el valor a las familias tradicionales, seguir velando por la libertad de cada quien a elegir que orientación tener con su sexualidad, pero no colocar la homosexualidad, con un carácter superior a lo que es el núcleo de la sociedad. La preferencia sexual, nunca fue el centro de la familia, sino mas bien la sinergia que se genera entre hombre y mujer, como formadores de ciudadanos de bien. El matrimonio es más que el gusto sexual.

 

Sin ánimos de ofender, ni pretendiendo ser un moralista, poner la homosexualidad, como un argumento para crear legalmente un nuevo tipo de familia, es como pretender que es sano para el país, que las personas lleven una vida polígama, las personas son libres de hacerlo, pero le hacen daño a la nación, tan solo hay que revisar los antecedentes de gran parte de los delincuentes, la mayoría son hijos de promiscuos, que abandonaron sus familias.

 

Los derechos se proclaman, para defender las libertades y capacidades naturales del ser humano, las leyes se crean, para darle orden a la sociedad, que permita el desarrollo sano de los individuos que la conforman. El derecho individual y las leyes colectivas, deben complementarse, nunca contradecirse, así que cabe preguntarnos ¿En que ayuda a la humanidad el matrimonio homosexual?

 

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