A Maduro tampoco lo quieren en Chile

Por Luis Guillermo Valera

@guilloescritor

 

 

 

Los ánimos se caldearon apenas se supo que Nicolás Maduro asistiría a la toma de posición de la Presidenta de Chile Michelle Bachelet. Grupos de venezolanos y chilenos protestaron en el país austral apenas se supo de la participación del Jefe de Estado a la ceremonia.

 

Se había confirmado la presencia Maduro para una serie de eventos protocolares antes de después de la investidura de Bachelet. Pero a última hora canceló su viaje, y en su lugar mandó al Canciller Elías Jagua: “El presidente Nicolás Maduro está enfrentando un intento de derrocamiento”, fue la razón que dio Jagua para justificar la ausencia del mandatario.

 

«Estuve evaluando mucho ese viaje y teníamos las dos alternativas: ir o no ir, y después, en la madrugada, viendo mucha información que manejábamos, yo decidí no ir», indicó Maduro en la inauguración de su programa radial ‘En contacto con Maduro’. “Fue una decisión basada en la sensatez para que todo saliera bien y yo le deseo desde aquí a la presidenta chilena toda la suerte del mundo”.

 

Aunque el Gobierno se empecine en negarlo, la situación del país es en extremo delicada. Ya va un mes desde que iniciaron las protestas estudiantiles, las cuales ya han cobrado el saldo de 28 muertos (entre ellos Gisella Rubilar, chilena de 47 años), más de mil heridos y cientos de detenidos. Las tensiones internas han causado la preocupación de varios países de la región. Tal situación no es muy conveniente para viajar al exterior y dejar el gobierno acéfalo.

 

En medio de los diversos eventos protocolares, de haber asistido, Maduro se hubiera tenido que reunirse con Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos y otros dignatarios que pudieran hacer cuestionamientos incomodos.

 

De haber ido a Chile, Maduro habría tenido que enfrentarse a los medios de comunicación internacionales y sus preguntas sobre la inflación, la escasez, la inseguridad, la violación a los derechos humanos y los muertos en la protestas, algo imposible para los medios de comunicación maniatados de Venezuela.

 

Y tampoco es que la presidenta Bachelet le haya extrañado por allá: Fue más bien un alivio que Maduro no hubiera asistido. Lo menos que querría era que la atención negativa que acarrea consigo empañara su acto de asunción a la presidencia.

 

Más si tomamos en cuenta que Michelle Bachelet fue victima del régimen militar de Augusto Pinochet. ¿Qué mensaje habría dado de tener entre los asistentes a la cabeza de un gobierno cuestionado por torturas a manifestantes y violación del estado de derecho?

 

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