Barriología

Por Andrés F. Guevara B.

@AndresFGuevaraB

 

 

 

Venezuela enfrenta las protestas más trascendentales de su historia moderna. Nunca como ahora los ciudadanos habían expresado su descontento y malestar por tantas miserias. Miserias que –hay que repetirlo hasta la saciedad– son causadas por la implantación del socialismo en el país y el continuo desconocimiento de la libertad como forma de gobierno.

 

A pesar del evidente clamor ciudadano, hay quienes insisten en desestimar las protestas partiendo de la premisa de que estas solo representan los intereses de las clases media y rica del país, y que solo integrando a los sectores populares y más desfavorecidos es que se podrá construir un gran movimiento social sobre el cual se articule la sustitución definitiva de quienes hoy gobiernan a Venezuela.

 

Curiosamente, desde sus inicios, el gobierno venezolano tiene entre su repertorio de argumentos insignes la idea de que su base de apoyo es el pueblo, lo popular, los ciudadanos que viven en las condiciones más desfavorables. Más allá de la propaganda gubernamental, preocupa que un sector considerable de quienes adversan al gobierno secunde esta premisa y observe a los sectores populares con un enorme complejo de minusvalía.

 

Abordar el tema de la pobreza es complejo e indudablemente trasciende los humildes alcances que de este escrito. A nuestro entender, sin embargo, existe un denominador común en la mayoría de los estudiosos de la pobreza: parten de la premisa de una presunta superioridad moral para intentar comprender al “pobre” y su circunstancia.

 

Una dirigencia política que aborde al “pobre” como un ratón de laboratorio no merece respeto. Porque el “pobre” antes que “pobre” es un individuo y como tal tiene que ser tratado y entendido. Y todo individuo, por su propia naturaleza, tiene una inclinación esencial hacia la libertad y un rechazo ferviente hacia la esclavitud.

 

Todo hombre obedece a su propia integridad y construye su mundo basándose en sus valores, y es sobre estos que precisamente decide su camino de vida. Intentar sobreponer un criterio valorativo ajeno e interpretar la vida de otros es un gesto de soberbia y arrogancia.

 

Se olvida, además, un aspecto característico del sistema que nos rige: en socialismo, salvo los vasallos privilegiados ligados al gobierno, el resto de la población sucumbe en la pobreza, sin importar cuál sea su presunto origen social. Muestra de ello es el deterioro y la escasez generalizada de casi cualquier producto o servicio en cualquier parte del país, incluyendo a las otrora zonas conocidas como “ricas” y “clase media”.

 

No puede caerse en la trampa discursiva de menospreciar las iniciativas políticas que provengan de las clases media y rica que todavía sobreviven en el país, como tampoco puede partirse del absurdo de creer que los sectores populares permanecen del todo indiferentes ante las protestas que cobran vida en Venezuela.

 

Es imperativo recordar, sin embargo, la abominable represión a la cual han estado sometidas las manifestaciones de descontento. A mayor cantidad de control del Estado y sus grupos afines, menor es la libertad y el poder de decisión, y mayores son los riesgos de protestar. No es casual que las zonas con más sectores populares tengan una considerable presencia militar y de grupos armados afines al gobierno.

 

No hay que perder de perspectiva, sin embargo, que la chispa de todo este movimiento la iniciaron los estudiantes. Ellos, de alguna manera, simbolizan una aspiración que conecta a todas las clases: educación y superación. Sin importar cuál sea su origen y su destino.

 

Esa gesta estudiantil nos recuerda las palabras que el prócer Francisco Isnardi escribió sobre los hombres que protagonizaron el 19 de abril de 1810: “(…) han sido los agentes que han dirigido vuestra conducta para dar al mundo el primer ejemplo de un pueblo libre, sin los horrores de la anarquía, ni los crímenes de las pasiones revolucionarias”. Pocos, en un momento. Insignificantes, para algunos. Pero lo suficientemente fuertes para defender sus convicciones hasta el final y transformar el destino de toda una nación.

 

(Visited 75 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras