Pina: “tanzt, tanzt sonst sind wir verloren“

Por Silvia Mendoza

@dark_swan

 

 

 

«Dance, Dance. Otherwise We Are Lost”
«Bailen, bailen. O estamos perdidos»

 

Pina Bausch fue una fuerza de la naturaleza. Una mujer sumamente delgada, de apariencia frágil y etérea, pero dueña de una fuerza interior y física impresionante. Lo notabas al verla bailar, moverse, respirar. Cada movimiento suyo era una ágil poesía, flotaba en el aire, en los brazos de los bailarines, en el espacio; veías su fuerza en sus tendones y en sus músculos al reflejarse en su blanquísima piel. Sus coreografías reflejaban exactamente eso y sus bailarines, de todas las edades y nacionalidades, eran pequeños y grandes reflejos de esa fuerza que como un ciclón barría los escenarios en cada presentación. Pina murió en el 2009 a los 69 años, luego de una larga y aclamadísima carrera como bailarina y coreógrafa. Por aquellos años finales de la década pasada, el cineasta alemán Wim Wenders y ella habían hablado de hacer un film donde se retratase su manera de trabajar, sus presentaciones, su método, sus bailarines, su ciudad, en fin, toda Pina. El proceso de producción se puso en marcha, pero todo eso cambió en junio de 2009, cuando la Bausch cerró los ojos para siempre. En varias entrevistas posteriores hechas a Wenders, el director decía que no quería continuar con el proyecto; sin embargo,  los bailarines de la compañía lo habían alentado a seguir, esta vez, haciendo no un film sobre Pina, sino PARA Pina. Gracias a Dios para nosotros los amantes de la danza y el cine, Wenders siguió las sugerencias de los integrantes de la Tanztheater Wuppertal, la compañía de danza creada por Pina en 1973  y en el 2011 vio la luz PINA, maravilloso documental en 3D presentado fuera de competencia en la Berlinale 2011, y nominada a los premios Oscar del 2012 como Mejor Documental. Wim Wenders, cineasta, amante de las artes, de la música (algo de lo que fuimos testigos con anterioridad al ver su excelente “Buena Vista Social Club”) y mago de ocasión, hizo un film MARAVILLOSO que resulta un paraíso visual, auditivo y cien por ciento sensorial (especialmente si se tiene la oportunidad de verlo en 3D) para el que lo ve.

 

Pina es danza y teatro; el estilo artístico de la Bausch en esencia lo vemos en el film de Wenders.  Ella y el director escogieron las obras Le Sacre du Printemps, Café Mueller, Kontakthof y Vollmond  para llevar el peso de la película. Todas son ejecutadas por sus queridos bailarines, suerte de familia dancística en la cual todos y cada uno de los integrantes de su compañía, venidos de los más diversos confines del mundo, bailan y actúan tanto en escenarios como en sets y locaciones. Cada una de estas escenas es un festín visual lleno de colores y texturas acompañadas por cortas entrevistas a los bailarines en las cuales estos hablan de Pina como maestra y amiga; comentan  sus propias experiencias en la compañía, los consejos que ella les daba, los regaños, las anécdotas, etc. Wenders captura la esencia coreográfica y cruda humanidad de la Bausch de tal manera que puedes oler la arena y el sudor de los danzarines en Le Sacre de Printemps, sentir el agua fría caer en tu piel al ver Vollmond, percibir la lucha de emociones de los danzantes en Kontakthof, ser testigo de la perfecta sincronización humana en Café Müller. Los colores, el vestuario, los semblantes de los bailarines, los ángulos de cámara, todo forma una composición maravillosa y extremadamente coordinada, conjuntada, casi como una gran obra dancística general. Nada es dejado de lado, muchos elementos convergen y divergen al mismo tiempo y aún así, todo fluye, como el agua que cae en Vollmond. Cada escena viene acompañada de un solo ejecutado por el/la bailarín/bailarina que luego, en otra toma alterna, habla y recuerda a Pina con amor y admiración. A veces, las entrevistas son con voz en off, y sólo vemos al bailarín o bailarina, mientras sonríen o permanecen serenos. Todos lo hacen en varios idiomas (algo que me encantó), lo cual le da un sabor universal al documental y trasluce aún más ese espíritu de globalidad que tenía la Bausch en sus obras, y en su idea primaria para fundar su compañía: la universalidad del arte, de la danza, del teatro. Alemán, francés, español, portugués, inglés, eslovaco, ruso… lenguas que nos muestran una pequeña parte de las Naciones Unidas del universo artístico de Pina Bausch.

 

En la película también vemos que el Tanztheater Wuppertal no es sólo una compañía de baile sino una familia. Vemos, entre otras historias, a una jovencita contar que sus padres, dos bailarines de la compañía, se conocieron ahí, tuvieron su romance, ahí se casaron y ahí la tuvieron a ella, que ahora baila junto a ellos en la compañía. Pina era la fuerza unificadora de todo; y cada una de las entrevistas dadas por sus danzarines nos asoma un poco a la vida y al espíritu de esta mujer que respiraba ARTE, DANZA por los cuatro costados.

 

Ya que hablo de danza, la música, un recurso tan importante y vital en la misma tiene en PINA un sitial de honor, cada obra coreográfica mostrada en el film tiene una pieza musical determinada. La banda sonora escogida por Wim Wenders para el fondo musical del documental es de excelente calidad; especialmente me maravilló escuchar la hermosa “Luna de Margarita” de nuestro amado Simón Díaz como uno de los temas principales de las obras, que baila un brasileño. La pieza “Lillies in the Valley”, de Jun Miyake, es hipnotizante y divina, un marco perfecto para el trailer y para algunas piezas del film. PINA es un documental en el cual verán un poco menos de dos horas de danza, música y entrevistas; la edición es muy buena y no permite que el espectador se canse aún cuando el paso es algo lento (mas no aburrido), especialmente en las escenas de las obras y entrevistas. Las locaciones escogidas pertenecen a los mismos espacios de la Tanztheater Wuppertal, y a diversos sitios de la ciudad alemana homónima, sede de la compañía. Este film lo disfrutarían muy especialmente aquellos amantes de la danza, la música y el teatro; sin embargo, cualquier cinéfilo, ya sea seguidor del género, de Wenders o no, pasará 106 minutos viendo una película de primerísima calidad. Es realmente, como dice Wenders en los créditos, un film PARA Pina, un hermoso homenaje a una artista maravillosa cuyo legado no dejará de existir.

 

(Visited 162 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras