No hay nada más fuerte que una idea
Por Isabel Ramírez
@IsaRamirez16
Indudablemente, el régimen le tiene terror a los estudiantes. No es casualidad que los ataques siempre sean en su contra. Esta semana especialmente, las entidades conformadas por ellos se vieron fuertemente embestidas. Universidades incendiadas y atacadas vilmente por colectivos que solo responden a las ordenes del gobierno y el caso más vergonzoso, la aprehensión de 243 estudiantes cuyo “crimen” fue acampar en las calles.
La actuación de la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana el pasado jueves en contra de los campamentos estudiantiles ubicados en Caracas fue solo una muestra de la cobardía del régimen, al atacar en horas de la madrugada mientras los estudiantes estaban desprevenidos. Esto solo demuestra la poca capacidad que tiene el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de cumplir con sus obligaciones de defender al país, ya que su única forma de atacar es por la espalda.
Parece que la peor arma, a la que más miedo le tiene este gobierno, es al saber. No por algo existe un bloqueo mediático 
controlado por el régimen. Los que tienen el poder de regular las comunicaciones, tienen la capacidad de controlar la verdad y transformar la realidad. Así no dejan cabos sueltos para evitar el libre pensamiento y evitar que el pueblo forme su propio criterio.
Cada vez más se reduce la distancia entre aquella Policía Nacional de Pérez Jiménez y los títeres policiales del régimen de hoy. Algo tan simple como expresar nuestras ideas en una cartulina puede ser considerado un acto subversivo.
Al contrario del gobierno, aquí la gente se armó de valentía. Ellos están armados de pies a cabeza, mientras que las únicas armas de los estudiantes son sus ideales. Están cansados de ser pisoteados y es por eso que luchan cada vez más por defenderlos. Las ideas están más fuertes que nunca y es por eso que el gobierno responde con armas. Lo que ellos aun no han logrado entender es que los ideales son a prueba de balas.
De ahora en adelante, absténgase de llevar cuadernos y libros en sus morrales, armas terriblemente mortales para aquellas mentes incapaces de pensar libremente, no vaya a ser que sea tildado de conspirador y traidor a la patria.
