¿Humor o pesadilla?

Por Norma Pérez

@normaperez9

 

 

 

Hoy es un día normal, de esos en los que salgo de casa a la universidad pidiéndole a Dios que no me roben en el camino o que no tenga que presenciar alguna de las cosas que antes eran atípicas, pero que ahora son normales.

 

Luego de mi jornada de clases me dirijo al metro con unas amigas, algo distraída y rogando no tener que lidiar con los típicos retrasos del metro. Mientras caminamos por Plaza Venezuela, siento que alguien me jala del cabello y grita repetidas veces: “dame tu pelo”, cuando volteo aturdida del jalón, veo a un señor, medio gordo, con una camisa blanca y con una tijera, enorme y afilada, de podar grama.

 

Asustada, aturdida y en shock, pienso de inmediato en las pirañas. Con miedo sin saber que hacer me echo a un lado de la cera con una de mis amigas, mientras tanto el extraño hombre agarra a mi otra amiga y le dice: “tranquilita y cooperando dame tu cabello”.

 

Mi amiga, asustada, camina rápidamente, sin embargo el hombre la persigue, abriendo y cerrando constantemente la tijera. Después de unos segundos, la tiene en contra de la pared, le cierra la tijera a pocos centímetros de la cara y le pide su cabello. Mientras veo a mi amiga en shock le grito al señor que la suelte, que la deje en paz pero este no me escucha, al contrario cierra y abre la tijera más rápido, y más cerca de su cara.

 

Pasan segundos, minutos, ya ni sé, el hombre ve a mi amiga desesperada, pálida del susto, a nosotras angustiadas y en ese momento es que decide parar de “jugar” y decirnos: bueno, miren a la cámara y se echa a reír. La gente alrededor se ríe, nos mira, mientras mi amiga sale corriendo hacia el subterráneo.

 

Mi otra amiga y yo salimos corriendo detrás de ella, queriendo llegar rápido al trabajo y olvidar aquel horrible episodio que para nosotras no fue nada divertido. Al llegar al trabajo sufro una crisis de nervios, no paro de llorar y mi amiga tampoco, con la tensión baja y el corazón latiéndome a mil llamo a mi mamá para tratar de asimilar la pesadilla que vivimos.

 

Dos semanas después de lo que vivimos tuvimos que revivir el suceso al vernos en televisión y en un canal de YouTube, porque aquel episodio era cortesía del programa “Tas pillao” del canal de televisión nacional Televen.

 

Con lágrimas escuchamos las palabras de burla de la presentadora y su gran sonrisa al presentar el segmento: “si no has tenido tiempo de ir a la peluquería, no te preocupes, porque nuestro barbero pícaro te deja sin cabello de un solo tijerazo (risas)”.

 

Como era de esperarse, quitaron la parte donde el hombre acosaba a mi amiga con la tijera y solo dejaron que lo hace ver la situación como una broma inocente.

 

Ahora yo me pregunto: ¿Por qué no lo dejaron completo y mostraron la parte en la que mi amiga sale corriendo alterada?, ¿así se divierte el venezolano?, ¿qué pasaba si mi amiga era esquizofrénica, sufría del corazón o reaccionaba de otra manera? ¿qué pasaba si el hombre la cortaba con la tijera?. Supongo que nada, porque al menos debemos dar gracias de estar vivas y que no haya pasado a mayores.

 

Como estudiante de Comunicación Social me da vergüenza que eso sea lo que transmite la televisión venezolana, me da tristeza ver como unas personas te asustan y te humillan en televisión porque creen que eso es “divertido”. Mi amiga ha sido víctima dos veces de atraco y gracias a esta gente ahora tiene otra mala experiencia que contar.

 

Pero supongo que solo importa tener altos números de rating, porque nunca nos ofrecieron una disculpa o nos pidieron permiso para usar nuestra imagen. Nos agredieron, atacaron y nos causaron daños psicológicos, con el único fin de tener altos números y “divertir” a sus televidentes.

 

En fin, por esta y otras cosas es que las personas tienen miedo de salir, de la persona que le pide la hora, del niño que pide en la feria de los centros comerciales. Y no los culpo, porque vivimos bajo la sombra del miedo.

 

(Visited 94 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras