Venezuela desgarrada

Por Arelis Garrido

@ArelisGarridoG

 

 

 

Todo comenzó aquel 12 de febrero de 2014. Culminaba una marcha apoteósica, multitudinaria, llena de jóvenes estudiantes que transmitían entusiasmo, ganas de luchar por su país, de protestar por su futuro, un futuro incierto que les espera en manos de estos gobernantes que han sepultado toda oportunidad de éxito para este segmento vital en cualquier sociedad del mundo. Ya en el punto de llegada, en las inmediaciones del Ministerio Público, los estudiantes y la sociedad civil que los acompañaba pasaron como dos horas esperando ser atendidos. Su petición era que las autoridades les recibieran un documento, que contenía una serie de aspectos que solicitaban a esa Fiscalía, principalmente la liberación de sus compañeros detenidos en otras protestas estudiantiles. Al final, no fueron atendidos y manifestaron que marcharían al día siguiente. Cuando ya se disponían a retirarse, se desató una represión brutal hacia los manifestantes por parte de organismos de seguridad del Estado. Utilizaron toda su maquinaria, toda su dotación de armamento de innovación, adquiridos a lo largo de estos quince años de gobierno, con dinero de todos los venezolanos. Asesinaron vilmente al Estudiante Bassil Alejandro Dacosta. Lo que desató, desde ese momento hasta el día de hoy, una furia incontenible en los estudiantes de todo el país. Originándose innumerables protestas pacíficas, con saldo hasta esta fecha, 08 de mayo, de 41 muertes, y centenares de heridos, provocadas por la represión gubernamental, y hasta 2500 detenciones de manifestantes en el país. Una lucha desigual, pues, protestas pacíficas, de ideas, son reprimidas con balas, lacrimógenas, perdigones, metras, ballenas, entre otros.

 

Jamás pensé que desde esa fecha se iba a desatar toda una represión oficial en contra de la juventud venezolana que marcha para exponer sus desacuerdos y que protesta por un futuro mejor.

 

Estoy segura que nada los detendrá en su lucha por conseguir mejoras para este país, en materia de seguridad, empleo, vivienda, abastecimiento de alimentos, entre otros. Que van a luchar para que no se vulneren los derechos civiles y, por supuesto, para evitar a toda costa la presunta injerencia de Cuba en la política de Venezuela.

 

He llorado por estas muertes de jóvenes incesantemente provocadas por la represión gubernamental y sé que, igualmente, lo han hecho millones de madres afectadas por esta situación. Aparte del dolor que he sentido por esas madres que han perdido a sus hijos en estas protestas, les juro que me ha causado un gran dolor en mi alma ver como algunos venezolanos también, fanáticos del régimen chavista, disfrutan de estas muertes. Nunca imaginé que iba a presenciar este hecho abominable. Se le desgarra a uno el alma y se queda sin aliento. Venezolanos todos, tenemos que volver a encontrarnos. Tenemos que unirnos en una sola Venezuela. Estoy segura que más tarde que temprano, todos los venezolanos unidos acudiremos a apoyar a nuestros jóvenes para rescatar a este hermoso país.

 

Pensemos que en estos quince años vivimos una pesadilla y que nos vamos a despertar viendo a este país florecer, con sus niños hermosos y protegidos por sus padres, con una juventud alegre y entusiasta queriendo profundamente a su país y con unos gobernantes aplaudiendo y dándole protección a esos jóvenes que no quieren irse de su país porque lo aman demasiado.

 

VENEZUELA es un país inmensamente rico en recursos naturales y humanos, ¡a defenderla pues!

 

¡Dios nos guiará!

 

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