William Vahey y su largo historial como pederasta

Por Karlis Herrera

@vkat18

 

 

 

El profesor estadounidense William James Vahey, es recientemente conocido por los atroces abusos sexuales a menores de edad durante sus 32 años como profesor, en 9 países diferentes, incluida Venezuela.

 

Entre el año 2002 y 2009, trabajó como docente en la Escuela de Campo Alegre ubicada en Las Mercedes, en Miranda. Fue coordinador del departamento de Ciencias Sociales, y dictó clases de Historia y Geografía en la escuela media (entre 6° y 8° grado), además, fue entrenador del equipo de softbol y básquetbol.

 

Vahey, como muchos pedófilos y pederastas, tenía una personalidad atrayente y carismática, que lo ayudaba a ganarse la confianza de sus alumnos. Los niños lo adoraban, en especial porque en sus clases solía regalarles chucherías.

 

Al pertenecer al grupo de comisionados de alumnos deportistas de Campo Alegre, estaba entre los profesores que acompañaban a los estudiantes a los torneos intercolegiales alrededor del país. Vahey, aprovechaba este tipo de eventos para abusar de los niños, les regalaba galletas que contenían pastillas para dormir y así ultrajarlos luego de que los comprimidos surtieran su efecto. La dosis era tan alta que los niños al despertar no recordaban nada.

 

Uno de los incidentes más resaltantes en Venezuela, ocurrió en el 2007 en Valencia, durante los acostumbrados torneos intercolegiales. Una madrugada uno de los estudiantes de Campo Alegre, se despertó con el cuerpo entumecido y solo pudo arrastrarse hasta la cama de uno de sus compañeros.

 

Los profesores que viajaban con los alumnos, ayudaron al muchacho hasta componerse, y culparon del extraño incidente a los gases emitidos por el aire acondicionado, que pudo haber surtido un efecto similar a la anestesia. El incidente solo quedo como una anécdota curiosa, pero nadie le dio mayor importancia.

 

En noviembre del 2013 el lado oscuro de Vahey sale a luz pública, luego de que una ex empleada doméstica, se apoderara de la tarjeta de memoria de su computadora; 5 meses después, al percatarse que contenía pornografía infantil decide entregar la información a la directora del colegio donde trabajaba Vahey. En ese momento él se encontraba en Nicaragua e impartía clases en el Colegio Americano de Managua.

 

Para cuando el colegio denunció al profesor con las autoridades, ya era demasiado tarde porque Vahey había huido a Minnesota, Estados Unidos, para suicidarse el 21 de Marzo en un hotel.

 

Hace dos meses los representantes de la Escuela de Campo Alegre, se enteraron de que uno de sus ex profesores había abusado sexualmente de decenas de niños en los diversos países donde había impartido clases. Y fue en ese momento, que aquellos pequeños detalles del profesor como: su especial inclinación hacia los varones, su incapacidad para relacionarse de la misma forma con personas de su edad, y aquel extraño incidente en Valencia, tomaron sentido.

 

El FBI en colaboración con el Colegio de Campo Alegre, abrió una investigación para tratar de localizar a las posibles víctimas. En la página web, la agencia estadounidense pide la cooperación de las personas para identificar a los jóvenes, pero la realidad es que muchos ex alumnos del profesor temen encontrarse en esas fotografías.

 

Las señales de que algo no andaba bien siempre estuvieron a la vista, pero la pasividad de las personas que llegaron a cohabitar con William Vahey, determinaron, de alguna forma, el destino de decenas de niños indefensos. ¿Por qué nadie investigó más a fondo sobre lo que paso aquel día en Valencia?, ¿Por qué los compañeros de trabajo del profesor, que ya habían notado actitudes extrañas por parte de Vahey no se quejaron ante los directivos del colegio?, y, ¿A caso fue correcta la actitud del colegio, de esperar a que los medios dieran la información cuando había menores de edad involucrados? Vahey, era simplemente la personificación de lo que toda madre teme.

 

Hubo miles de indicios que pudieron encender las alarmas, pero eso no ocurrió. Vahey estuvo en Irán, el Líbano, España, Grecia, Arabia Saudita, Indonesia, Venezuela, Reino Unido y Nicaragua haciendo de las suyas por 32 años sin ser detectado por las autoridades.

 

En síntesis, la idea no es volvernos paranoicos, pero sí mejorar el procedimiento de contratación, ser más inquisitivos con la información curricular, personal y laboral que se exige, y en el caso de detectar alguna actitud fuera de lo normal denunciarlo a tiempo.

 

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