Dairo Piñeres, la vida en 15 minutos

Por Mónica Duarte

@M0n1k1ta

 

 

 

Durante un mes continuo el teatro Urban Cuple del CCCT fue escenario de un festival de teatro no convencional: el Microteatro. Piezas que con unos 15 minutos de duración se presentaban intercalas por 15 minutos de música en vivo y bebidas amenas en un espacio común. 18 obras teatrales disponibles simultáneamente en pequeñas salas con pequeños elencos que atraía la gente por su estilo de feria cultural, pero que propiciaba el acercamiento íntimo entre los actores y el público. Esta puesta en escena, nueva en Venezuela, se repetirá en septiembre y se tiene prevista instaurarla en el tiempo como una referencia nacional de teatro breve y de buen talento actoral.

 

Esta propuesta llega a Venezuela de manos de Dairo Piñeres, con quien Guayoyo en Letras se pudo tomar un café y conocer más del “Teatro de ¼” y de estas 18 formas de representar la vida en capsulas intensas e íntimas.

 

 

 

Guayoyo en Letras: ¿Cómo surge la idea de hacer este Festival de Microteatro?

Dairo Piñeres: Esto es un evento que se ha hecho en Miami, España, México, Argentina y Colombia. Como Microteatro tiene 5 años.Yo la vi en Miami, donde se hace en 7 containers, entran unos 15 espectadores y adentro se hace la obra. Luego lo vimos en Bogotá, allá se llama “Un cuarto para las 7, shots de teatro” es una casa que se llama “Casa Ensamble” que tiene Alejandra Borrero, y en esa casa habían 7 cuartos y ellas los transformó. Se presentan todo el año continuo. Ahí me gustó más que lo de Miami, porque había grupos musicales, había mucha gente y me encantó la experiencia de la música en vivo, el que fuera como un café. Para allá fuimos Robert Chacón, el gerente general de Urban Cuple y Malala Dubuc que es la gerente de exposiciones. Al llegar los 3 decidimos que queríamos hacerlo, pero ya.

 

G.L.: ¿Y eso fue hace cuánto?

D.P.: Nosotros viajamos en Marzo, llegamos de Bogotá y lo hicimos en un mes y medio. ¿Cuál es la dinámica? En todos los países lo que hacen es una convocatoria a los dramaturgos, y lo hacen por tema. Y los dramaturgos escriben drama, tragedia, comedia, lo que sea sobre el tema. Como nosotros no tenemos tema, al hacer esa convocatoria llamamos fue a los directores y cada uno se encargó de su proyecto. La idea es que puedas ver varias obras de 15 minutos. Nosotros tenemos 18 que es bastante ambicioso y grande, y para verlas todas tienes que ir 3 días.

 

G.L.: ¿Y al llegar al Urban Cuple como comienza la experiencia?

D.P.: Al llegar te entregan como un folleto, un programa de mano con todas las obras dispuestas por color y la gente selecciona lo que quiera ver. Y también hay unos chicos que se llaman “ficheros” y ellos saben todo sobre las obras, tú le preguntas sobre la que quieres ver y te explican de qué va, de qué director es, que actores trabajan, cuál es la línea del montaje. Esos son los mecanismos para enterarte. Claro, debes caer en la dinámica que no es conocida.

 

G.L.: ¿Es nueva la experiencia en Venezuela?

D.P.: Es totalmente nueva. Pero debes entrar en esa dinámica que es algo nueva, pero en un 90% todo el mundo lo ha disfrutado. La gente sale diciendo como Disneylandia, sobre todo para la gente que le gusta el teatro, porque tienes muy buenas propuestas. Porque ves obras y obras, y la reflexión te va cayendo luego de que ves una obra y esperas por la otra. Es una constante aventura.

 

G.L.: ¿En ese espacio de 15 minutos tú puedes interactuar con los actores?

D.P.: No, tú entras a la sala, ves la obra y te retiras. Hay un espacio donde puedes tomar, escuchar música en vivo.

 

G.L.: ¿Hacia qué público está dirigido el Festiva?

D.P.: Público adulto, pero todo tipo de público, incluso jóvenes, yo diría que desde los 16 puedes disfrutar de las obras. Claro, cada obra les gusta más a unas personas que a otras, pero cada una tiene su público. Nosotros en Venezuela tenemos público para todo, lo difícil es llamarlo, la publicidad, que la gente se entere que eso está ahí. Por ejemplo, nosotros comenzamos y luego de 2 semanas nos dimos cuenta que los miércoles y los jueves venía poca gente y empezamos a hacer un 2×1, compras una entrada y otra persona pasa gratis, entonces se ha llenado esos días de puros chamos. La entrada cuesta 100 bolívares pero ver las 7 te cuesta 700, y a lo mejor no lo tienes a la mano. Claro, no está caro, porque en Miami la entrada te cuesta 5 dólares y en Bogotá 10.000 pesos, al cambio es 300 bolívares. Pero fue algo que surgió al momento por los comentarios de la gente.

 

G.L.: ¿Y con quién están produciendo el proyecto?

D.P.: Esta es una producción que patrocinamos nosotros, una producción sumamente cara, pero que la hicimos nosotros, porque ahora la empresa privada ni la empresa pública están apoyando muchas cosas. Entonces es como independiente.

 

G.L.: ¿Y cómo fue la adaptación del espacio?

D.P.: Hicimos las divisiones con paneles de feria, que hacen que cada sala sea un cuadrado. Les pusimos puertas para que asemejara un cuarto encerrado. Claro, tenemos problemas con el sonido que se filtra. No es perturbador, porque una vez que entras te capta la atención la obra. Pero en Bogotá pasaba lo mismo. Y, también está que el espacio es muy grande. Incluso uno de los directores, Miguel Isa, se enamoró de un espacio donde había una lámpara grandísima y no estaba estipulado para una sala entonces tuvimos que adaptarlo para lo que él quería en “Cabaret Baccarat”.

 

G.L.: ¿Hay una sala entonces para cada obra?

D.P.: Sí, están todas disponibles al mismo tiempo. Pero solo hay oportunidad de ver 7 diarias porque hay 7 horarios y es lo que te da el tiempo, desde las 8:15pm hasta las 11:15pm. El espacio es súper grande y lo decoramos súper teatral, cada piso de un color diferente. Por sala caben 25 a 30 espectadores dependiendo de la disposición. Algunas no tienen silla y la gente se sienta en el suelo, otras que tienen una sala bifrontal.

 

G.L.: ¿Tienen pensado repetir esta experiencia en un espacio menos convencional?

D.P.: Por ahora, nos gusta el espacio porque es grande y da para mucho. Queremos repetirlo, pero el problema del espacio que tenemos ahora es que no puede ser continuo, es decir, que fuese una propuesta que durara todo el año. Como pasa en Miami que cualquier época que vayas encuentras Microteatro. Aquí hay una agenda porque el espacio lo usan para otras cosas. Si lo seguimos haciendo en allí serían unas 4 veces al año.

 

G.L.: ¿Entonces ya tienes proyectado hacerlo por temporadas?

D.P.: Sí, mientras conseguimos un espacio donde hacerlo continuo. Por eso en Miami, Colombia y España lo hacen por tema, porque cada mes varía y te vas preparando para cada uno. Y claro, si pasa que es continuo reduciríamos el número de salas porque si no se agotaría.

 

G.L.: ¿Hay algo que hayas encontrado imprescindible para poder repetir la experiencia?

D.P.: Primero el aporte humano, que el equipo artístico esté dispuesto a hacerlo, los directores, actores, dramaturgos. Porque además los actores están 7 veces haciendo la misma obra y es un reto titánico. Y segundo, la música en vivo, lo que se logró no se puede acabar porque eso da un ambiente que disfruta mucho el público. Tendría que ser la misma dinámica y que sea un ambiente seguro.

 

G.L.: ¿Cómo eligieron a los músicos?

D.P.: Realmente fue muy fácil, contactamos a José Luis Ventura que nos hizo la curaduría musical. Lo contratamos, le dijimos que queríamos música todos los días y nos trajo una propuesta de 20 grupos. Uno diferente por cada día. Tiene un programa por género musical, los domingos de cantautor, los viernes música venezolana, jueves pop y rock, los miércoles es música brasilera y sábados es Jazz latino. Todo muy variado, han ido desde una banda de 10 músicos hasta un cuatrista, Hector Quintero, sólo con su cuatro y animó a todo el espacio.

 

G.L.: ¿Qué es lo más difícil de coordinar todo el proyecto?

D.P.: Que todos empiecen y terminen a la hora. A veces se extienden por la dinámica, hay públicos activos que dan pie a que duren más. También es una logística con los músicos para que no duren más, con los anfitriones, los ficheros. No puedes llegar tarde a las salas. El primer día la gente se reía y no creía que a los 15 minutos comenzaba un grupo musical y había que terminar. Cuando arrancamos el evento yo fui dictador, coordinando todo con un cronómetro y habían grupos que no terminaron a tiempo. Entonces hay que tener el engranaje y entendimiento del sistema.

 

G.L.: ¿cómo son los temas de las obras?

D.P.: Hay de todo, hay monólogos. No hay grandes elencos, el que más tiene son 3 personas. Pero hay muchos tiempos, de las que más me ha gustado a mí está “Walt & Dalí” un encuentro entre Salvador Dalí y Walt Disney porque ellos iban a hacer una película que no se dio, y es maravillosa la historia que crean de eso en 15 minutos. Hay una obra como “El Sauna” donde están todos fuertes y la gente entra como en un sauna pero también tiene su reflexión. Está “Metamorfósis” de Carlos Díaz que es la historia de un asesino en serie. Y el tener a los actores cerca emociona mucho a la gente.

 

G.L.: ¿Cuál es la historia que más ha atraído espectadores?

D.P.: Metamorfosis, Nosotros y El Sauna digamos que son las que más han atraído.

 

G.L.: ¿Y la que más ha sorprendido?

D.P.: Metamorfosis.

 

G.L.: ¿Qué es lo que más te ha costado?

D.P.: Yo soy director de teatro y luego profesor de dirección y actuación, pero como productor nunca había trabajado. Y lo más difícil ha sido tratar de complacer a todo el mundo: directores, actores, público, estamos hablando de unas mil personas por día. Y al intentar complacer a todos te agotas, eso me pasó al principio, pero luego comprendes que el éxito no está en complacer todo el mundo.

 

G.L.: ¿Y lo que más has disfrutado?

D.P.: Compartir con la gente, con otros directores, con el público, escuchar lo que les gusta, como aprecian el teatro. Es como mi sueldo, recibir eso es maravilloso.

 

G.L.: ¿cómo ves el futuro del teatro en Venezuela?

D.P.: Yo creo en Venezuela hay mucho talento, gente dispuesta a trabajar a pesar de lo político. Aquí el protagonismo es de los venezolanos, los verdaderos dueños del país somos nosotros. En el teatro nos hemos dado cuenta que hay mucha gente con talento y mucha gente que esperaba esto. Pero necesitamos el apoyo del estado y de la empresa privada, eso es con todo el país, pero la cultura es parte del alimento del hombre y estamos siendo los grandes olvidados.

 

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Guayoyo en Letras