Te mueres de lo chévere que es

Por Andrés Abreu Urdaneta

@andresabreu

aabreu3110@gmail.com

 

 

 

Recientemente fueron publicados los resultados de la encuesta Gallup sobre los países más inseguros del mundo. Venezuela figura como el país más inseguro del mundo según este estudio, ocupando el segundo lugar en homicidios luego de Honduras. El estudio muestra que solo 19% de los venezolanos se siente seguro al caminar de noche por su vecindario, el 74% desconfía de la policía, y el 22% confesó haber sido víctima o conocer a alguien que ha sido víctima de un robo en el último año.

 

La encuesta Gallup fue realizada entre 2009 y 2013 a 1000 adultos de cada país y cuenta con un nivel de confianza de 95% y un margen de error de 2,1 a 5,6 puntos.

 

Para los venezolanos no es necesario saber los resultados de una encuesta para saber que se vive en una de las naciones más inseguras de la región y del mundo. Basta con salir a la calle para entender que esa “sensación de inseguridad” va mucho más allá de una sensación, se trata de una realidad.

 

En Venezuela se ha vuelto dolorosamente cotidiano escuchar historias como “A fulano le robaron el teléfono”, “La semana pasada me robaron esperando el autobús”, “Mataron al primo de un amigo”, entre muchísimas otras anécdotas relacionadas con la delincuencia y la inseguridad que diariamente vivimos. También es dolorosamente normal conocer historias de personas que abandonan nuestro país debido a los altos índices de inseguridad. “A Pedro lo robaron y se fue, ahora está viviendo en Australia” se ha convertido en nuestro pan de cada día.

 

Recientemente, el ministro de interior, justicia y paz, Miguel Rodríguez Torres ofreció unas importantes declaraciones en donde afirmaba que gracias al patrullaje inteligente se ha reducido en 52,3% el secuestro, en 30,5% el hurto de vehículos, el robo de vehículos en 11,8% y en 21,2% la tasa de homicidios. Todo esto en las primeras 31 semanas del 2014. También proporcionó cifras de reducción de todos estos delitos en el año 2013.

 

Por otro lado, el Observatorio Venezolano de Violencia muestra lo contrario, que las muertes violentas siguen aumentando. El último informe, perteneciente al año 2013, refleja que 24.763 personas murieron en circunstancias violentas durante el año pasado. De igual forma, la Organización de Naciones Unidas establece que el índice de homicidios en nuestro país es de 53,7 muertes por cada 100.000 habitantes.

 

Entonces, ¿Realmente han bajado los índices delictivos tal y como indica el ministro Rodríguez Torres? Recordemos que desde 2003 es imposible acceder a estadísticas oficiales, según afirma el Observatorio Venezolano de Violencia. Por su parte, representantes del gobierno culpan a los medios de la incertidumbre y la “paranoia” que vive el venezolano día tras día. ¿Es culpa de los medios de comunicación reflejar la verdad, o parte de ella?

 

Cerca de 15 cuerpos descuartizados han sido encontrados en lo que va de 2014, ¿Es normal eso? No creo que sea normal lo que se ha vivido en los últimos meses, no creo que sea normal encontrar en la calle un bolso con partes humanas adentro. Definitivamente no es normal.

 

Dicen que el venezolano se acostumbra a todo, y creo que así es. Nos hemos acostumbrado a vivir en un país inseguro, nos hemos acostumbrado al “avísame cuando llegues”, “mejor quédate que ya es tarde”, “mejor nos reunimos en mi casa, saben que ayer mataron a alguien ahí en Las Mercedes saliendo de un local”. ¿Es esto normal? Aunque pueda parecer que si, no lo es. Venezuela no es un país normal.

 

La esperanza de vida en Venezuela es, en teoría, de 74,49 años (en 2012), esperanza de vida que no parece ser más que una cifra en un papel. Diariamente la inseguridad ataca a personas de todas las edades, siendo los jóvenes los más afectados, las víctimas de homicidio son, en su mayoría, personas jóvenes. La esperanza de vida en Venezuela es inexistente.

 

Vivo en un país donde las madres rezan a Dios todos los días que sus hijos lleguen a casa, en donde después de las 10 de la noche (o incluso antes) ya “es mejor que te quedes en casa de tu amigo, no te vengas a esta hora”, donde la vida vale menos que un teléfono celular o que un reproductor de música.

 

Vivo en un país en donde ser joven es un riesgo, un país que nos ha robado la juventud, en donde el gobierno se burla en mi cara con unas cifras mientras que desde la tarde del viernes hasta la mañana del sábado fueron asesinadas 18 personas, solo en Caracas, y la oposición me dice que espere hasta 2019 cuando no sé siquiera si llegue vivo a ese año.

 

¿Eso es un país normal, un destino chévere? Venezuela, te mueres de lo chévere que es.

 

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