Una vez más, Venezuela

Por Jilmir Valera

@Jilmir_Valera

 

 

 

Hablemos de los 60. Hagamos un ejercicio de esos sabrosos que nos ponen a reencontrarnos con nuestro pasado, nuestros antepasados y hasta con nosotros mismos, en el recordar de la música, los tiempos, las series, las noticias del momento y por supuesto, esos hechos históricos que quedaron marcados para siempre.

 

Al parecer, los años 60 fue el surgimiento de grandes personajes. A nivel mundial, el hoy en día Santo Juan VI se estrenaba como nuevo sucesor de Pedro en la Santa Sede, Martín Luther King en Estados Unidos luchaba por los derechos civiles de las personas de color y por su parte, Rómulo Betancourt en Venezuela, ponía el sello democrático que jamás será olvidado.

 

En 1963, mientras Venezuela era gobernada por el llamado “padre de la democracia” en Estados Unidos de América se escuchaba uno de los discursos más populares y alabados por los amantes de la retórica como lo fue “I have a dream”, en traducción: Yo tengo un sueño. Dicho discurso está basado en la lucha por los derechos civiles de las personas de color muy vulnerados en esa época.

 

Pues es así como parece sorprendente que dichos personajes ha servido de inspiración a tantos inicios de luchas surgidas luego de dicha década y hoy, me inspiro por uno de ellos y lo utilizo para remarcar el deseo de lucha pero sobre todo la firmeza de la fuerza, la fe y la esperanza que mantenemos y debemos mantener los venezolanos

 

El creer que la situación del país está cerca de mejorar es el sueño de cada uno de nosotros que a diario se nos hace más cuesta arriba creer. Día tras día vemos como las decisiones del totalitario ejecutivo van demostrando su naturaleza y su énfasis en el no mejoro de dicha situación. A diario vemos como las libertades se oprimen, la justicia es más injusta y sin sentido, los medios callan y son censurados, las protestas en cualquier zona del país crecen y la seguridad nacional es el mejor recuerdo de los ciudadanos.

 

En Venezuela, estamos viviendo uno de los momentos históricos más difíciles; la voluntad popular es cada vez más perseguida y reprimida, los derechos de las personas son más vulnerados y las respuestas por parte de los representantes son cada vez más escasas. El país necesita la responsabilidad de verdaderos líderes que enfoquen su trabajo y empeño en buscar una verdadera solución a los problemas del día a día de los venezolanos, a las persecuciones y detenciones políticas y a la censura de los medios de comunicación. Necesitamos representaciones que den respuesta, alejados de hacerse los sordos, ciegos o mudos ante los zarpazos del régimen y que ante ellos, se les haga fácil hacer cualquier reclamo.

 

Como dijo Martín Luther King en su discurso antes mencionado: “Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia.”

Es por esto que le toca a la ciudadanía dejar en evidencia el descontento ante el abuso de poder. No dejar que los brazos de ese «hombre nuevo» creado en la «fantoche» revolución bolivariana, nos abracen y asfixien para así ellos tener libertad plena de realizar todos sus actos. Somos un país rico en cultura democrática y ya es hora de expresar nuestra amplia sed de la misma, siendo esta la única manera de conseguir La Mejor Venezuela.

Basta de sentencias absurdas, interpretaciones partidistas, de violación de derechos humanos, de audiencias estelares, compra de medios, salidas de programas, censura, escasez, desidia y necesidad. Y es con esto que me atrevo a citar nuevamente a Luther King: “Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado”, porque al igual que él en 1963, Venezuela 51 años después, luego de padecer un injusto e irresponsable régimen, también tiene un sueño, El sueño de reconquistar la justicia y la seguridad nacional y nos rehusamos a pensar que la justicia se haya olvidado de su tan necesitada Venezuela, pues el banco de la justicia jamás quebrará mientras la humanidad lo necesite.

 

No permitamos que este régimen totalitario e injusto nos tumbe nuestro incansable sueño de libertad y democracia. Venezuela está lejos de Cuba y recordemos que la Paz, el Bienestar y el Progreso están en nuestras manos.

 

Hoy Venezuela dice “I have a dream” y la responsabilidad de hacerlo realidad es tarea de ¡TODOS!

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