Repuestos para el corazón

Por Jorge Flores Riofrio

@FloresRiofrio

 

 

 

Vendo repuestos. Consigo válvulas, correas, sensores, esteperas, bujías, antenas, tripoides y, sin ganas de promocionarme, consigo lo que sea. Sin embargo, leyendo las noticias, protagonizadas por la corrupción y el homicidio me pregunté qué pasaría si busco entre la listas de los proveedores y les ofrezco un gran negocio de miles de millones ¿Será que consigo repuestos para el corazón?

 

Pues, si se accidenta el carro, se camina, si se pincha un caucho, se busca una grúa, pero a este país, que pareciera que se le hubiese fundido el motor ¿cómo se le puede poner andar cuando la pieza más importante se tapó? Diera el poco dinero que tengo, mis ideas y mi tiempo por conseguir, donde sea, un repuesto para el corazón. Pues si no enciende la nación, poniendo nuevo pistones que nos hagan mover a más velocidad, seguiremos varados en este camino oscuro, siendo atracados por charleros en corbata, mecánicos de masa con espíritu de brujos, que prometen tener la solución y nos tiran como aceite en el embudo.

 

Hoy, vemos cómo nos desangran, quitándonos los puertos seguros y dejándonos a la deriva, contemplando cómo se enrojece nuestro futuro, cómo se pintan las calles de rojo, no de socialismo, no de comunismo, ni de pasión, sino con la gasolina del porvenir, que corre en venas jóvenes como las mías. A decir verdad, a veces somos tan indiferentes conformándonos con ser solo sobrevivientes, y ¡no quiero que suene que pido guarimba! lo que quiero es que se hagan la misma pregunta conmigo ¿Dónde es la cola para comprar repuestos para el corazón?

 

Conozco en dónde no se hace cola, en donde te dan como promoción la paz que tú necesitas. Confía en mí, soy amigo del dueño, su repuesto en forma de cruz te da la garantía de que los espíritus cansados y las almas atormentadas por la angustia y el miedo por fin encuentran paz. Te lo digo no como vendedor, ni publicista, ni promotor, sino como a quien ya se le regaló y quiere compartir contigo el único repuesto para el corazón: la salvación.

 

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