Vencer el miedo

Por Fabiana Crisci

@fabicrisci17

 

 

 

Desde hace varios meses Venezuela vive una de las crisis más fuertes y graves de los últimos tiempos. La situación política, social y económica que enfrenta el país, sin duda alguna, se le ha ido de las manos a los gobernantes; los niveles de escasez, delincuencia e inflación se acercan a los más altos del mundo.

 

La realidad que hoy vive el país es absolutamente insostenible y parece no tener marcha atrás, pues cada vez empeora más. Si bien hace un año había quienes podían taparse los ojos ante la situación, los problemas que hoy enfrentamos nos tocan a todos: escasez de comida y medicinas.

 

Los primeros días del año se pudo notar con mucha más fuerza la gravísima escasez de alimentos y productos en los supermercados; largas colas y casi ningún productos en los anaqueles. Los venezolanos publicaron fotografías de los anaqueles vacíos a fin de denunciar la escasez y desabastecimiento en el país utilizando el hashtag #AnaquelesVaciosEnVenezuela.  Tan evidente e innegable es la situación que el hashtag se convirtió en una de las 10 primeras tendencias mundiales en Twitter, y los supermercados prohibieron tomar fotografías en sus pasillos.

 

Si bien los supermercados están en su derecho como propiedad privada, entrar en esa discusión sería una trampa, ya que es claro el objetivo de esta nueva norma. Esta prohibición, que nunca ha existido, no es más que una forma de censurar y ocultar la realidad, atentando directamente con el libre ejercicio del periodismo y contra los derechos de los ciudadanos a estar informados.

 

Artículos de la Constitución, del Código de Ética del Periodista y de la Ley del Ejercicio del Periodista velan por los derechos a la información y la promoción de contenido de interés para el pueblo. La prohibición de no tomar fotos en los anaqueles, no dar información a los medios de comunicación y prohibir la entrada a los establecimientos parece ser una decisión tomada desde lo más alto del Ejecutivo, que no logra tapar con un dedo la realidad que se les está viniendo encima.

 

La única forma que consigue el Gobierno para esconder la difícil situación en la que está sumido el país es censurar y amedrentar, prohibir, negar y dar excusas. Sin embargo, paralelo a la realidad fantasma que ellos intentan mostrar está lo tangible: un país que se cae a pedazos.

 

Con lo ocurrido en los supermercados, quedó demostrado que la valentía de los ciudadanos es más fuerte que cualquier presión política. El arma más poderosa que tiene el Gobierno es el miedo y la censura, y en la medida que los ciudadanos seamos capaces de vencer el miedo nos convertiremos en una ola imposible de detener.

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