El Presidente espera ayuda de Dios

Por Fanny Mora

@Fanny_Mora14

 

 

 

Después de una espera de varias semanas llenas de muchas expectativas, finalmente el Presidente Nicolás Maduro anunció las medidas económicas, pero sus declaraciones solo dejaron una sensación de confusión, hastío y desesperanza ante la creciente crisis económica y la escasez de productos en general. Con un discurso contradictorio en el que hablaba mucho pero decía poco, demostró el fracaso de la gira internacional y la penosa situación en la que se encuentra el gobierno para solucionar la crisis.

 

Los anuncios tan esperados, fueron el aumento del 15% del salario mínimo, aumentos en las becas estudiantiles, inversión en las misiones de vivienda e infraestructura, el debate del aumento de la gasolina y el más esperado de todos: el sistema cambiario, que ahora se manejará por tres sistemas, uno de 6,30 Bs para alimentos y medicinas, subastas de Sicad y el regreso de las bolsas públicas y privadas.

 

Las primeras medidas parecen estar dirigidas a mantener con esperanza a aquellos que aún tienen fe en el legado de Chávez, mientras el último anuncio en materia económica solo es un pañito de agua caliente que no ayudará en nada a solventar la inflación y la escasez, además, con tan poca información que dio el presidente al respecto, no se tiene seguridad de si el sistema volverá a cambiar. También, cabe acotar que el presidente olvidó hacer alguna mención sobre la permanente y creciente inseguridad, un tema importante que sigue siendo ignorado, sin tener solución.

 

El precio del petróleo seguirá en caída, lo cual traerá menos ingresos a la nación, sin contar con que Venezuela vende el petróleo a noventa días, es decir que hoy se está cobrando con los precios de octubre, pero en abril comenzará a manejarse con el precio de los 40 dólares por barril. Así que el país va a padecer su mayor estado de crisis, incluso peor a la que hoy se está sufriendo. Tal vez por eso, el presidente proclamó ante la Asamblea Nacional: “Son menos divisas, de 96 dólares el barril a 40, pero nunca nos faltará Dios. Dios proveerá”, como si Dios tuviera vela en este entierro.

 

Son preocupantes las acciones que está tomando el gobierno, prefieren aferrarse a un modelo que no funciona por soberbia y arrogancia, además continúan amenazando el sector privado, como si fueran sido estos los que tomaron todas las malas decisiones en materia económica en 15 años. Pero lo más preocupante, es que el presidente ceda la responsabilidad del restablecimiento de la crisis a Dios. Y si Dios, como deidad intangible que no maneja la materia, decide no interferir en el aumento del petróleo, porque le parece que Venezuela ya tuvo demasiado tiempo para aprovechar sus recursos. ¿Qué dirá el presidente? ¿Qué Dios es un burgués capitalista, manejado por el imperio y que está ayudando en la guerra económica contra Venezuela?

 

En 1936, Arturo Uslar Pietri profetizó la crisis que hoy sufre Venezuela, describió el futuro como si lo hubiera visto con sus propios ojos:

 

“hasta acercarse al sueño suicida de algunos ingenuos que ven como el ideal de la hacienda venezolana llegar a pagar la totalidad del Presupuesto con la sola renta de minas, lo que habría de traducir más simplemente así: llegar a hacer de Venezuela un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable.”

 

Quizás, si las generaciones siguientes fueran tomado en cuenta el llamado de Uslar Pietri, el país no se estuviera hundiendo en la zozobra. Quizás, si los presidentes de la cuarta, fueran puesto empeño en crear otras fuentes de ingresos que no fuera el petróleo, Venezuela no dependiera exclusivamente de éste. Quizás, si el gobierno de Hugo Chávez fuera aprovechado la extraordinaria bonanza, de los mejores precios del barril de petróleo en toda la historia de la nación, para invertir y modernizar en fuentes de desarrollo e ingreso, Venezuela no se encontrara en esta situación. Pero todo esto son solo suposiciones, conjeturas que se crean en la imaginación cuando hay que analizar el presente.

 

Queda en las manos del Presidente Nicolás Maduro y su gabinete, el analizar muy bien si sus decisiones son acertadas. Dios no proveerá, él solo está sentado en el cielo, observando con cotufas y lentes 3D, cómo termina esta película de drama, suspenso y terror.

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