Venezuela: Bonanza obsequiada a Cuba

Por Nakary Molina

@Naky_molina

 

 

 

A lo largo de 15 años se ha percibido el constante traspaso de dinero a través de distintos convenios y proyectos

 

Venezuela, un país abundante en fortuna tanto agrícola, paisajista, cultural, como petrolera ha sido la cajita perfecta de regalo para una nación que fracasó de forma extrema e indudable bajo el sistema comunista de los hermanos Castro.

 

El crudo abundante, espeso, rico en oportunidades (que parecía inagotable) del que se jacta el venezolano y es motivo de admiración por otros países, siempre ha sido el principal objetivo de los estratégicos pactos entre Cuba y Venezuela. La mina de petróleo de la que se enamoró Fidel Castro, hace muchos años, y a la que logro conquistar cual muchachita -muy bien dotada- de pueblo que cree promesas y entrega su más preciado bien sin tener nada a cambio, es hoy la típica chica utilizada por años que no quiere aceptar que solo se la están aprovechando . Sin embargo, conquistar a la chica bien dotada no fue tan sencillo. En 1959 Fidel, se encontró con el Sr. Rómulo Betancourt, el entonces administrador de aquella fortuna. Rómulo, un político de lentes que siempre acostumbraba llevar una pipa, le negó sabiamente la regalía del crudo al cubano.

 

Años después de aquella reunión que resultó infructuosa para Castro, apareció un barinés nacido bajo los recios y calurosos llanos que sí estaba interesado en establecer relaciones con los cubanos. Hugo Chávez, un hombre con ideales extremo-comunistas y revolucionarios, al parecer veía productivo donar abiertamente gran parte de la mayor bonanza petrolífera existente en las fértiles tierras venezolanas.

 

El mandatario que duraría 15 largos, acontecidos, y polémicos años en el poder ¡y qué poder! Llevó por el sendero hostil de la sequía y el desaprovechamiento a la economía del país. Una economía basta y suficientemente diversa tanto en agricultura y ganadería como en otros rubros, para que la nación fuese en la actualidad una de las innovadoras, brillantes y más resaltantes potencias del mundo. Por el contrario, Venezuela se ha convertido en uno de los países con la más agresiva y fuerte inflación, que acompañada de la grave escasez obligan a la población a hacer interminables y humillantes colas por horas para adquirir algunos de los productos que son necesarios, es ahora uno de los destinos turísticos cada día menos elegido por su lamentable y altísima tasa de inseguridad que impunemente sigue cobrando inocentes vidas a diario. Es hoy un paraje agotador y lleno de imposibilidades para sus habitantes.

 

Camuflados entre misiones de atención médica, educativa, alimentación y vivienda, los residentes venezolanos ven irse volando como los pájaros que van hacia territorio cubano, alrededor de 10.000 millones de dólares al año. Mientras que día a día, aquí se levantan tempranito los ciudadanos para enfrentarse al que era un paraíso que se está convirtiendo en el desolado prestamista de los cubanos.

 

El ofrecimiento absurdo de recursos a La Habana, ha sido tan descomunal que no ha tenido beneficios rescatables ni siquiera en materia migratoria, pues los venezolanos, sobre todo los jóvenes con sed de un futuro mejor, soñado, sustentable y repleto de oportunidades, parten a distintos destinos huyendo de la catástrofe económica que construyó el fallecido ex Presidente Chávez, dando todo lo que ni siquiera era suyo a Cuba y los dictatoriales hermanos Castro.

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