Cadivi y la clase media

Por Ricardo del Bufalo

 @RDelBufalo

 

 

 


Nos deprimió la noticia. Nos desgració el fin de semana y hasta el año entero. Pensábamos en viajar y desconectarnos aunque sea unos días de este rollo. Pero Marco Torres nos engañó. Nos dijo que los dólares de viajero no serían recortados y ahora mira. Y nosotros creímos en ti, Marco Torres. Nosotros, la clase media.

 

Primero el Defensor del Pueblo nos dijo que no era prioridad para el Estado estudiar idiomas sino postgrados (porque para el defensor, antes que el pueblo está el puesto). Luego nos dijeron los otros defensores del Estado que no es prioridad del Estado subsidiar nuestros viajes. ¡Como si Cadivi fuera una beca! Nos dijeron que Cadivi era un subsidio, que era el Mercal de la clase media. Nos quisieron engañar. ¡Un control de cambio que hace ilegal el libre mercado no es ningún subsidio, es una cárcel!

 

El Estado no debería tener el monopolio de los dólares, eso hay que dejarlo claro. Ya que es ilegal comprar dólares en el banco o en las casas de cambio, estamos obligados a comprarle dólares a Cadivi. No estamos “escogiendo” comprar dólares “subsidiados”, estamos aceptándole al Estado una oferta que no podemos rechazar, para decirlo con El Padrino. Porque eso es Cadivi: una mafia que nos hace jugar su juego.

 

“Entonces compra en Simadi”, nos dicen los defensores del Estado. ¿Simadi? ¿Qué es eso? Simadi es un mito más grande que El Dorado. Y si admitiéramos que existe, nos encontraríamos con que el sueldo mínimo (6.000 bolívares) equivale a 30 dólares mensuales, es decir, 1 dólar diario. Y según el Banco Mundial, querido Estado y querido defensor del Estado, una persona que gana por debajo de 1,25 dólares diarios es pobre. Y según la CEPAL, un organismo que le encanta a este gobierno para mostrar sus avances, la pobreza no se mide por el ingreso, sino por el costo de comprar una canasta básica. Aquí está el costo para los que se quieren deprimir.

 

Pero rescatemos la conciencia política. El tema de fondo, cuando hablamos de Cadivi, es ideológico. Cadivi nos revela si nosotros, la clase media, creemos que el mercado debe ser libre o controlado por el Estado. Si creemos en el libre mercado, creemos en el capitalismo, en el flujo y acumulación del capital, en la propiedad privada. Si creemos en el mercado controlado por el Estado, creemos en el socialismo o capitalismo de Estado, en la estatización de la banca y de la propiedad.

 

Si nos oponemos al socialismo, no podemos exigirle al Estado que nos venda un “cupo” específico de dólares. Si nos oponemos al socialismo, debemos exigir libre mercado. Se puede ser de oposición y tener ideales de izquierda, pero no se puede ser de oposición y creer en el socialismo o capitalismo de Estado. La lucha política comienza por cambiar la ideología. El Estado tiene que alejarse de la vida privada. Ese tiene que ser un valor del nuevo venezolano que sobreviva al post-chavismo.

                                                                                                    

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