Obsolescencia programada

Por Paola Sandoval

@PAOSandovalIM

 

 

 

Hace algunos días realizaba mis actividades cotidianas cuando vino a mí un pensamiento oscuro que me llenó de amargura. Sentí por un momento que estaba vieja, que ya lo que deseaba hacer no podría cumplirse como yo deseaba. Sentí un vacío absoluto. Sin embargo, al día siguiente no le di mayor importancia al episodio depresivo y me levanté con normalidad.

 

En el trayecto recordé brevemente los años anteriores en los cuales trabajé en una agencia de publicidad. El ambiente que se respira adentro es muy movido y estresante. Nunca se terminan de lograr los objetivos, jamás está listo un trabajo, siempre todo es “para ya” y lo que menos importa es el disfrute del momento y mucho menos la meditación del arte sino sacar el trabajo lo más pronto posible para continuar con los quinientos que están en cola. Como una máquina. A parte de toda esta situación, teníamos un personaje detestable en la gerencia. Un jefe cuya única misión en la vida era amargarnos la existencia. Haciéndonos sentir como cucarachas miserables. No éramos nunca suficientes para él ni para nadie. Su complejo y psicopatía hacían que nos torturara en unas juntas eternas cuyo fin era destruir nuestra psiquis, haciéndonos creer que nunca nada de lo que hiciéramos estaría a “su altura” lo cual generaba un sentimiento de insatisfacción absoluta. Increíble pensar cómo aguantamos tres años bajo esa horrible presión.  

 

Posteriormente esa noche hablé con una amiga acerca del significado de la obsolescencia programada. Una nueva modalidad de los aparatos electrónicos actuales los cuales tienen una fecha para caducar independientemente de cuánto los cuides o no. Se realiza esta sucia treta con el fin de mantener a los consumidores “siempre activos” ya que sin esta programación, las personas pasarían años sin cambiar un artefacto y los empresarios no ganarían el dinero deseado. 

 

A raíz de estas dos situaciones varias preguntas rondaron mi mente. Por ejemplo ¿Por qué somos tan infelices? ¿Por qué nos damos cuenta del verdadero sentido de la vida cuando ya nos quedan pocos años por vivir? ¿Por qué como jóvenes estamos cada vez más estresados generación tras generación? ¿Por qué nada nos satisface? ¿Por qué la idea del “fracaso” es una matriz constante? ¿Es acaso todo parte de una conspiración como opina un porcentaje de la población? ¿Es una condición neurológica? ¿Qué sucede?

 

No hace falta creer en el nuevo orden mundial para darnos cuenta de que el problema de la obsolescencia no solo se está aplicando a los artefactos. Nuestras mentes están siendo “programadas” cada vez más a través de los medios de comunicación para aprender esquemas mentales de acuerdo a la edad limitando nuestras actividades y productividad cuando bien sabemos que no todos debemos tener la vida decidida a los 20 años de edad y jubilarnos y “empantuflarnos” a los 60. Nos dicen inconscientemente cuando ya “estamos viejos”, cuando “deberíamos hacer tal cosa” y cuando ya “no se puede”. Y nosotros nos creemos toda esa mentira. Nos programan para morir antes de tiempo, como a los artefactos.

 

De la misma manera, nuestra vida se llena de angustia y desesperación cada vez más porque NUNCA vamos a estar satisfechos con lo que hacemos. Siempre va a haber una crítica de por medio y un pero. Y si no, probemos salir a la calle un día y hablar de alguien sin decir “pero esa persona debería estar haciendo…”

 

Si por ejemplo un escritor realiza nada más dos obras en su vida con las cuales gana dos premios y luego no quiere escribir más por equis razón, se le juzga y se le dice que se dañó, porque el sistema exige que siempre tiene que haber más. No es suficiente tener dos premios, debes tener MAS. Si alguien gana un buen sueldo, puede ahorrar dinero y ya no haya en qué más gastarlo, no importa, podría estar ganando MAS y no está haciendo nada por ello. Si una persona tiene un carro que le lleva y le trae, no importa, podría tener un MEJOR carro, y así pare Ud. de contar todas las infinitas ocasiones en el día en la que nuestro único pensamiento derivará siempre al tener siempre MAS.

 

Obviamente, al concentrarnos en todo esto, nuestra vida carece de sentido. Pasamos los días planificando un futuro que no sabemos si llegará, en el cual supuestamente tendremos mucho más de lo que tenemos ahora, más dinero, más reconocimiento, más(inserte aquí)…. Y no disfrutamos en lo absoluto de nuestro presente, hasta que la muerte nos sorprende tarde o temprano.

 

No hay que confundir deseo de superación y obtención de sabiduría con la cabalgata desesperada y maldita que nos obligan a dar los medios y las grandes corporaciones para obtener siempre mayores bienes, lujos, placeres y logros.

 

Quizás debería escribir un poco más, pero lo dejaré hasta aquí. 

 

(Visited 119 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras