#REPORTAJE Santeros en Venezuela son blanco de discriminación

Por Laura Andreína Rodríguez y Miguelángel Vásquez

@islarv / @mickstape_

larodriguez@guayoyoenletras.com

 

 

 

Representantes de otros cultos consideran a la santería como una práctica pseudoreligiosa

En Venezuela, la libertad de fe y culto está garantizada por el Estado en el artículo 59 de la Carta Magna del país. Sin embargo, la desinformación alimenta prejuicios que dan lugar al rechazo de las religiones cristianas, principalmente, y las reservas de otras monoteístas como el judaísmo y el islamismo frente a una expresión religiosa que va ganando cada vez más adeptos: la santería.

 

“Hay un auge de la santería, hay un renacer de estos cultos sincréticos, muy primitivos, muy básicos por las mismas necesidades que han ido surgiendo», expresó Himiob Almandoz, miembro de la New England Society of Jungian Analysts y profesor de historia de la psiquiatría en la Universidad Central de Venezuela, para la versión web del diario regional La Verdad.

 

“El pueblo venezolano y todos los pueblos en general tienen una cosa que es el pensamiento mágico religioso, que es un pensamiento muy primitivo, muy básico; no por eso menos importante, a lo cual se recurre sobre todo en momentos de crisis, como la crisis que estamos viviendo desde el punto económico, político y social», agregó.

 

Aunado a ello, el énfasis de la santería en la solución de conflictos cotidianos y su gran variedad de dioses para cada uno de los aspectos de la vida pudieran ser también los atractivos principales que la convierten en una opción atractiva para muchos.

 

Según informaciones de registros religiosos, el 19 de diciembre de 1970 Domingo Gómez y Onelia Raimundo colocaron la bandera Yoruba en nuestro país, realizando la primera coronación de un santo: Juana Gómez. No obstante, no fue sino hasta cuatro décadas después que la UNESCO la reconoce como religión.

 

A pesar de ello, religiosos como el Padre Pedro Guerra, párroco en El Marqués, un anciano de los Testigos de Jehová de una zona del este de Caracas cuyo nombre no quiso suministrar por no poder dar declaraciones a periodistas y a cual llamaremos Víctor, el rabino Dr. Abraham Levy de la asociación israelita de Venezuela y el Sheij Rouhollah Kiyaei, representante de los musulmanes chiitas en el país, opinan que la santería no es más que una práctica pseudo religiosa pero no la consideran una religión.

 

Estudios reflejados en un trabajo de grado al respecto por Melisa Salas y Tibisay Zea de la Escuela de Artes de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), reflejaron que existe un grupo significativo de personas en el área Metropolitana de Caracas que, aun admitiendo no conocer mucho sobre el tema, rechaza abiertamente la santería y la relaciona, casi inmediatamente, con la magia negra, hechicería y brujería. Esto da cuenta de una gran desinformación que deriva en una incomprensión respecto al tema.

 

Alexander Vicuña, nacido en el catolicismo y practicante de la religión Yoruba desde hace más de ocho años, comenta que la religión por la cual se ha sentido más atacado ha sido por la evangélica. “Una vez hubo una evangélica, en Maracay, cuando yo me inicié, que me criticó feo. Trabajaba frente a mí, vio el ildé de Orula (brazalete de cuencas amarillas y verdes) y se puso a decir cosas feas e hizo un escándalo, que si era del diablo y eso”, recordó.

 

“Yo, en el metro, vi a un evangélico que vio a un yabó y le decía de demonio pa’ bajo ¿hasta cuándo, Señor? Ya basta con lo que tenemos en la política como para tener esa intolerancia religiosa”, agregó.

 

Por su parte, Milce Mora, iniciada en la santería desde hace cuatro años, asegura también que “aquellos que más discriminan son los evangélicos, los testigos de Jehová y los cristianos”. “Además, a muchos curas no les gusta la presencia de santeros en las iglesias”.

 

“Sin embargo, la religión santera guarda mucho sincretismo con la religión católica. El santo católico y el santo yoruba nacen en la misma fecha. Los santos católicos fueron humanos antes de ser santos; lo mismo pasa con los santos yoruba. Hay muchos parecidos entre las dos religiones”, sentencia Mora.

 

La similitud entre el catolicismo y la santería a la que Vicuña y Mora apuntan, está relacionada con el hecho de que la santería es una religión sincrética surgida en Cuba que mezcla el catolicismo traído por los españoles y los ritos a los dioses del panteón yoruba venerados por los esclavos traídos de África.

 

El sociólogo Manuel Alegría explica que esa mezcla se dio cuando la raza Yoruba del pueblo de Benín, en África, fue esclavizada por los españoles y luego traídos a Cuba. Los españoles oprimían su espiritualidad, los obligaban a arrodillarse ante el Santísimo Sacramento del Altar y a la Virgen María en sus advocaciones. Ellos hicieron una especie de fusión y aceptaron exteriormente la religión católica pero internamente seguían adorando sus cultos, buscaron elementos característicos de estas santidades que los vincularan a cada Orisha en el que ellos creían. Por eso es que dicen que la Caridad del Cobre es Ochún y Santa Bárbara, Changó, por ejemplo.

 

“Nosotros en ningún momento renunciamos a ser católicos. Simplemente cambiamos ciertas cosas porque hemos recibido el beneficio por parte de la santería. Pero todo santero hace la comunión, todos son bautizados”, dice Milce Mora. “Lo que nos diferencia del resto de las religiones es que nosotros aceptamos a todo el mundo. Para nosotros hay un solo Dios, llámese como se llame”.

Los rituales

En la santería se realizan rituales de carácter ceremonial. Tanto en la iniciación en la religión, como en los siguientes rituales de “limpieza”, se suelen encontrar algunas prácticas con las cuales no comulgan muchas personas.

 

“La gente que conoce la religión Yoruba se enamora de la religión porque es una de las más hermosas que hay. Las mujeres se impresionan por el solo hecho de ver la sangre, de ver un animal muerto, pero el sacrificio del animal va mucho más allá; es la adoración del Orisha, de la naturaleza.”, comenta Alexander Vicuña.

 

“Mucha gente critica que los santeros trabajemos con animales. El sacrificio con animales tiene su razón de ser: de repente nosotros matamos una gallina, pero eso no es porque nosotros la queramos matar, o porque seamos unos asesinos de animales. La sangre de los animales se usa para limpieza. Tenemos animales con los  que alimentamos a los Orishas (santos), pues ellos se alimentan de la sangre, es como un traspaso de energía. Luego de que uno alimenta al Orisha, uno se puede comer el animal, no hay problema con eso”, aclara Milce Mora.

 

“Otras religiones dicen que esto es una religión satánica, del diablo, porque aquí se matan animales. Se basan en la biblia, que dice que no se adorarán imágenes y que no se harán sacrificios, porque el único sacrificio es el de nuestro señor Jesucristo. Pero cuando tú lees el génesis empiezas a ver que ahí se hacen sacrificios, incluso se intentó un sacrificio humano con el hijo de Abraham, ahí había sacrificios de palomas en el Santísimo, que lo hacía un sacerdote especial. Entonces, ahí hay, a priori, un antecedente que yo pienso que viene mucho más arraigado a lo que es la religión Yoruba.”, expresa Vicuña.

 

Sin embargo, el Padre Pedro Guerra se refiere a estas actividades como “magia negra”. Por su parte, el Sheij Rouhollah Kiyaei confiesa saber muy poco de estos sacrificios pero que, en caso de que sean “como dicen por ahí”, no estarían bien vistos dentro del islamismo. Según él, es más apropiada la oración y el ayuno, por ejemplo. Víctor, el anciano de una comunidad Testigo de Jehová, dice que los sacrificios de animales terminaron con la muerte de Jesucristo, pues eran para limpiar nuestros pecados pero, “al morir, ese ser perfecto, por nosotros”, ya no es necesario y no tienen ningún efecto para Dios.

 

“Hasta donde yo sé, ellos consultan a los muertos. La biblia dice que los muertos están en el polvo. Entonces, no es real que le hablan a los muertos. Pueden hablar con satanás y sus demonios que sí existen y hacen creer al humano que tiene poder. El mismo satanás puede hacerle ver lo que el muerto pensaba, decía o le gustaba y los engañan pero no viene de Dios”, agrega el anciano Víctor.

 

En ocasiones, la santería se ha visto involucrada en situaciones que comprometen la opinión pública. En enero del 2013, la Asociación Venezolana de Voluntarios por los Animales anunció que en el parque zoológico de El Pinar fue encontrado mutilado un cunaguaro que, al parecer, estaba siendo utilizado para ritos de santería.

 

Asimismo, en lo que va de año, se han hecho públicas denuncias sobre animales muertos en el embalse de agua de La Mariposa y en zonas aledañas. Respecto a esto, Vicuña comenta que es necesario un trabajo de autocrítica por parte de los practicantes de la santería y una necesidad de ética religiosa y responsabilidad social.

 

“Si vamos a hacer uso de la naturaleza hay que hacer un uso responsable de ella, porque si no se lo puede cobrar, y el mismo Orisha también. Si yo voy a hacer las cosas tengo que hacerlas bien y no dejar aristas o ventanas abiertas para que la gente hable mal de la religión.”, señala.

 

“Eso pasa en todos lados, tú vas a la iglesia católica y tú no sabes quién es el que cumple, tú vas a los Testigos de Jehová y ellos sí están como más controlados pero, en general todos somos humanos; todos tenemos actitudes, virtudes, defectos y cada vez vamos aprendiendo más de la vida. Cada vez que hay desconocimiento, hay malas prácticas; hay que estudiar, hay que investigar cómo se hace esto, por qué se hace aquello.”, agrega al respecto.

 

Este tipo de prácticas tampoco han sido bien vistas por vecinos, e incluso son el sustento de prejuicios que se generalizan en la sociedad, afectando el desenvolvimiento de los santeros en su vida social. “A mí todo eso me da mucho miedo”, dice Yelitza Rangel, conserje de las Residencias El Centro de la Urbanización los Chorros, donde hace cinco años vivían unos santeros que tuvieron problemas con la comunidad por los rituales que practicaban en las áreas comunes.

 

“Ellos estuvieron aquí como por tres años. Los botaron por los escándalos que armaban en la madrugada”, asegura Rangel. “Eso era un humero y tambor toda la noche, no se podía dormir así. Hasta llegué a conseguirme gallinas y rabipelados muertos en el patio”.

 

Milce Mora, al igual que Vicuña, considera que este rechazo a los rituales es por “el desconocimiento general sobre las prácticas” y porque circula información en la que “se ha inventado más de lo normal”. “Los más radicales son los evangélicos y los testigos de Jehová. Me ha pasado que en el metro, estando de Yabó (cuando los santeros son iniciados y deben permanecer un año vestidos de blanco), que enseguida se paran estos sujetos y te empiezan a hablar del demonio, de que ellos son los que van a entrar al cielo, que ese es el único camino”, relata Mora.

 

Esta desinformación puede generar malinterpretaciones y, en consecuencia, conflictos. Víctor, Testigos de Jehová, relata que se sintió ofendido cuando una cajera de una panadería, claramente identificada como santera por vestir de blanco y tener los brazaletes característicos de la religión, se negó a recibir de sus manos el pago por lo que había comprado. El malentendido se pudo haber generado por el desconocimiento de Víctor sobre el hecho de que los santeros, al ir de Yabó, no pueden recibir nada directamente de las manos de otra persona.

 

Aunque los medios de comunicación deberían informar y educar a la población sobre los diferentes cultos religiosos y expresiones culturales, “han posicionado prejuicios en el imaginario colectivo”, asevera el Sheij Rouhollah Kiyaei. “Por ejemplo, en occidente, existe cierta idea del islam generada por los medios con películas, noticias falsas y escándalos que, al escuchar nombrar la palabra islam, lo relacionan con terrorismo, machismo y maltrato.”

 

En búsqueda de protección

“Agobiados por la galopante violencia en el país, los venezolanos están volcándose cada vez más al espiritismo y a seres inmateriales para que “intercedan» por ellos y les “libre de todo mal”. Quienes tienen familiares en la cárcel piden para que los suyos no mueran asesinados dentro de los penales.”, apunta un reportaje publicado en el diario regional La Verdad.

 

Empero, religiosos niegan que seres inmateriales y espíritus tengan poderes para cuidar de la vida de alguna persona. “Ni siquiera Dios te garantiza cuidarte en la tierra, te garantiza la vida eterna en el nuevo orden si vives con él para él. Si ni él puede hacerlo, ¿van a poder los demonios o espíritus malignos?”, comenta el anciano Víctor.

 

Incluso, Milce Mora, siendo Yoruba, admite que la santería ha crecido sobre todo por moda, o por el deseo de tener un escudo protector. “Yo me hago santo porque estoy metido en un lío y a mí no me van a matar, piensan algunos. Tú puedes hacerte santo, pero eso no es un chaleco blindado”, concluye.

 

 

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