Los 12 Sukhois SU–30: independencia tecnológica y Soberanía de la Nación
Por Luis Ramos
@luisramos1977
Hace pocos días la opinión pública supo de la lamentable perdida de dos jóvenes oficiales, quienes en cumplimiento de sus deberes militares, y en resguardo de la soberanía nacional, fallecieron mientras pilotaban un avión combate de los conocidos modelos Sukhoi SU 30. También se supo que el señor Presidente anunció que serían adquiridos nuevas aeronaves del mismo modelo del avión que maniobraron los pilotos fallecidos.
Inmediatamente se escucharon voces de protesta, las cuales en general manifestaban que este era un gasto innecesario, que Venezuela no requería tales sistemas de armas, y que lo más lógicos era sólo sustituir el avión siniestrado, y usar ese dinero para otras necesidades apremiantes de la nación, tales como salud educación, seguridad, entre otros.
Negar las necesidades del país es querer tapar el sol con un dedo, sería un sin sentido, sin embargo hay dos aspectos que tomar en cuenta, lo primero que hay que preguntarse es, ¿sí en muchos de los casos que nos quejamos, quizás el gobierno asigna suficiente dinero, pero el dinero o los recursos no llegan por alguna razón?. Lo segundo es que Venezuela es un país muy rico, aunque muchos venezolanos se sientan muy pobres, y requerimos de sistemas de armas, y una fuerza armada para resguardar nuestras riquezas.
Pero, si hay algo muy cierto, ese dinero que se está invirtiendo en armas extranjeras podría invertirse en desarrollar sistemas de armas propios, con la diferencia de que los dólares tan escasos se quedarían aquí, produciéndose investigación de alto nivel, además de empleos. Aunque esto pueda sonar fantasioso, ya tuve la oportunidad de proponerlo hace un año, en un foro sobre ciencia y tecnología que se realizó en las instalaciones de la Escuela de Oficiales Técnicos de Boca de Rio, Estado Aragua, foro al que tuve el honor de ser invitado en mi condición de Investigador PEII, y Profesor Universitario.
En el foro tuve oportunidad de mostrar con números, como los EUA ha llegado a ser un imperio, más por la investigación científica aplicada a aspectos militares, como verdadera causa de su hegemonía, que por las armas en sí mismas. Les expliqué a nuestros jóvenes cadetes que, del presupuesto Obama para 2015, se tenía previsto dos veces más presupuesto para investigación científica militar, que para la investigación en salud.
Al final de mi exposición les hablé de algunos de los aviones de combate más modernos, haciendo énfasis en sus procesos de desarrollo y fabricación, les indiqué que un proyecto de esa envergadura requiere de muchos recursos, tanto humanos, financieros, como de investigación. Les expliqué que esos aviones no fueron hechos en pocos días, ni por gente más capaces o inteligentes que nosotros los venezolanos, y que por el contrario, los aviones mencionados duraron un promedio de 20 años para su puesta en funcionamiento, más o menos el promedio de edad de los jóvenes allí presentes.
Cerré mi exposición diciéndoles que pensaran en la independencia tecnológica militar, y que esto se logrará cuando desarrollemos nuestros sistemas de armas propios, sin depender de ningún aliado circunstancial, para lo cual deberían tomar en cuenta a nuestras universidades y centros de investigación.
Hoy retomo lo dicho en aquel momento, creo firmemente que la soberanía del país se debe defender y el gobierno tiene que hacer las inversiones necesarias, sin embargo necesario es trabajar en nuestra independencia científica y tecnológica militar también, no sólo es comprar armas. Para alcanzar esa independencia las mejores aliadas son nuestras universidades, en donde suficientes profesores e ingenieros hay. Un alto nivel de investigación aplicada se lograría dotando suficientemente los laboratorios, financiar investigación, y en fin produciendo conocimiento científico para el desarrollo de sistemas de armas propios, invirtiendo el dinero aquí, en vez de dárselo a alguien que hoy es aliado, mañana no sabemos.
