Manuel y la quinta pata

Por Alfredo Yánez Mondragón

@incisos

 

 

 

Especulaciones hay para regalar. Un país acostumbrado al rumor, al análisis de barra y a la repetición interesada no podía esperar menos que una carga de elucubraciones respecto al regreso de Manuel Rosales a Venezuela y toda clase de negociados con algunas partículas de lo que alguna vez quiso ser gobierno.

 

Cada quien es dueño de establecer sus propias conclusiones respecto al tiempo dispuesto por el exgobernador del Zulia para su anuncio y regreso. Más allá de las argumentaciones, valederas o no, Rosales volvió y la respuesta de lo que alguna vez quiso ser gobierno, fue exactamente igual a lo esperado.

 

Por supuesto que nos límites para que cada uno intente buscarle la quinta pata a un gato que se resiste a morir, pero más allá de las elucubraciones propias de un país polarizado y seguidor de propuestas de malicia, lo que ha quedado patente es la intencionalidad macabra de un régimen que tiene muy claro que a los disidentes no se les debe dar ni agua.

 

Creerse cuentos de camino, es precisamente jugar al juego de un grupete que alguna vez quiso ser gobierno, y que intenta –con negociado o no- hacerse ver como fuerte y todopoderoso.

 

Rosales, como líder, corrió la misma suerte de todo aquel que malinterpretó la angustia y desesperación de un pueblo, y por tanto no debe verse como un hombre seguido por masas, sino como un venezolano perseguido que en un intento por recuperar algo de lo que alguna vez “tuvo” vino a probar suerte.

 

Si negoció o no, es algo que resulta secundario, porque si para algo ha servido esta decisión de Manuel Rosales, es para apuntillar un poco más las verdades de una cúpula que solo sabe de represión, de castigo a la disidencia, y de “muestras ejemplarizantes”.

 

No creo que quienes insisten en la búsqueda de la quinta pata sean muy felices con sus análisis de barra, lo que sí creo es que esta demostración de ser “todopoderoso” suma mucho, a la hora del descontento, a la hora de descubrir las verdades de ese grupete, que alguna vez quiso ser gobierno.