Derrota política, victoria electoral

Por Alfredo Yánez Mondragón

@incisos

 

 

 

Desde hace mucho se habló de la necesidad de propinar una derrota política al actual régimen de desgobierno, que permitiera dar soporte a una victoria electoral de los factores que hoy aparecen como alternativa de poder. Esa derrota política se dio. Está viva en la conciencia de los venezolanos, que se preparan para dar la primera victoria electoral, de verdad, en 15 años.

 

No resultó una derrota sencilla, ni tampoco se dio de manera fulminante. La victoria política se consiguió en la sumatoria de disímiles esfuerzos. Hubo quienes apostaron por el desgaste, desnudando sin ambages la verdad de un régimen corrupto, ineficiente e incapaz.

 

Otros apostaron por una agenda internacional sin fisuras, en la que cada rincón del mundo fue conociendo la verdad, y en muchos casos sintiendo el peso de esas verdades en sus propias espaldas.

 

Otros cedieron al chantaje del régimen, sentándose en su misma mesa, jugando con sus mismas cartas, para también dejar al descubierto la doble cara, el doble discurso, la inmoralidad y la desvergüenza de quienes dicen gobernar.

 

También, como clave de esta derrota política, se presentaron las innegables rencillas internas, las fisuras propias entre aquellos que sintiéndose herederos de una fortuna populista, la dilapidaron a fuerza de improvisación, mezclada con ambición y necesidad de “liberarse”.

 

En el proceso, el pueblo, ese grupo inmenso que en momentos lo es todo y a ratos es nada, vio todo, vivió todo, padeció todo.

 

El pueblo, ese que se mueve por las emociones y se entrega en sentimiento, se sintió traicionado. Y he allí la victoria política, he allí que de poco servirán esas promesas de último momento, o amenazas de bravucones. Ya el sentimiento nacional palpita en los corazones, ya la fibra del pueblo fue tocada.

 

¡Claro! Esa fibra está movida por la traición, por la mentira, por la falsedad. Aun no llega quien llene el vacío. No hay aún en el corazón un motivo para volver a creer: Sin embargo, los tiempos de las nuevas oportunidades al traidor, terminaron. Su tiempo pasó, el voto de confianza expiró.

 

Es el primer paso en concreto de la victoria política, labrada en cada escenario previo, descrita en las acciones de calle, matizada con los abusos del poder, y desmoronada con la inocultable verdad de los delitos internos y externos, que a cuenta gotas se están dando a conocer.

 

Lo que ocurra el 6D, y sobre todo luego de esa fecha, será consecuencia de esta derrota política que todos, cada uno desde su posición logró propinar a los derrotados de hoy, esos que carecen de discurso e imagen, esos que creen vivir del recuerdo de una voz de ultratumba, diluida en el tiempo.

 

La primera victoria electoral, de verdad, se acerca. Falta saber si están dadas las condiciones para que luego de ella; se concrete, ya no la derrota marcada de los que solo se esfuerzan por sobrevivir entre mafias, sino la victoria políticas de los que han trabajado, desde distintos órdenes para constituirse en auténtica alternativa de poder.

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