La siembra de Hugo Chávez ha dado unos frutos venenosos
“La siembra”

chavez, maduro

Pensé titular estas letras “La siembra de Chávez o la destrucción de un país”. Pero lo dejé en “La siembra”.

La muerte de Chávez es, como todo asunto de esta revolución, muy desconcertante: nadie sabe muy bien cómo fue la vaina. No está claro ni cuándo murió. ¡No está claro dónde se encuentran sus restos! Ni siquiera si está enterrado. Dicen que un muñeco de cera es venerado en el Cuartel de la Montaña. ¿A eso le llaman “la siembra”?

La siembra de Hugo Chávez ha dado unos frutos venenosos. Unos frutos caracterizados en la destrucción de la vida civilizada de los venezolanos. La siembra de Chávez fue el entierro de una nación. Cementerios industriales a lo largo y ancho del territorio, la actividad económica, los alimentos, medicinas, seguridad ciudadana y jurídica, los repuestos, la paz, el desarrollo, son hoy fantasmas del pasado que pululan gritando ¡tenemos patria! Siembra de colas de desespero. Frutos de muerte, germen maligno. Florecer de miseria y dolor.

De la huerta de la siembra de Chávez, germinó Nicolás Maduro y otras especies peculiares. Especies antidemocráticas, de corte totalitario. Estas especies nos han traído miseria y sufrimiento. Y estas mismas especies hoy celebran tres años de la peste que son y llevan siendo desde antes. Como toda peste, han enfermado lo que les circunda: nuestras vidas.

Estas especies han desaparecido las semillas de los alimentos de la tierra fértil de Venezuela. Estas semillas, mejor, la siembra y cultivo de estas semillas son la en realidad necesitamos. Sin desfile ni marcha militar. Y sin diputados disfrazados de militares, léase: Diosdado Cabello.

La siembra de Chávez resultó en que su germen, Nicolás Maduro, se olvide de la vida productiva de la comunidad, para advertirnos que hagamos la siembra de alimentos en nuestros hogares. Siembra de vegetales en potecitos y botellas de plástico, ¡Siembra de cachamas en los pipotes de agua potable! Conuco urbano. ¿CDSM?

Daniel Ortega, el lunático Daniel Ortega, ha dicho que Chávez es la reencarnación de Bolívar. Yo digo: Chávez fue, en tiempo pretérito, la reencarnación de alguno como Trasímaco. La reencarnación del atraso, de lo primitivo, de la ignorancia… La reencarnación del tercermundismo.

Ahora nos toca a los venezolanos enterrar y desterrar del poder a la peste roja. Los remedios han sido prescritos. Renuncia, revocatorio, enmienda… Nicolás: te ayudo a sembrar tu renuncia. Hasta te hago la maleta.

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Guayoyo en Letras