La urgencia de mirar hacia adentro

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Para crear una metafísica latinoamericana propongo traer a Platón y a Aristóteles y mostrarles la Gran Sabana. Solo allá, frente a los tepuyes, podrán latinoamericanizarse, hacerse partícipes de la naturaleza del continente, enamorarse perdidamente de sus propios orígenes. Probablemente los filósofos se preguntarán qué relación tiene el hombre con la tierra y cómo los cambios del entorno transforman el ser de las personas que son partícipes de los constantes movimientos. Y en las relaciones cambiantes incluirán, de seguro, la Historia y la Política, al observar que forman parte de nuestras grandes obsesiones y demonios.

Imagino la escena para fundamentar la idea del ser latinoamericano. Existimos. Somos reales. Personas humanas particulares y cambiantes. Compartimos la esencia fundamental que nos une como personajes de un continente, y que nos separa como nacionalidades. Es imposible alejar la idea Venezolanidad de la idea Latinoamericanidad, y sin embargo, no son exactamente la misma esencia. Participamos, entonces, de dos características al mismo tiempo. Y aunque en el resto del mundo se pueda identificar a los demás hombres de la misma forma, Italiano-Europeo o Congolés-Africano; cada habitante de este continente sabe que es diferente de los demás, una otredad especial y única. La violenta realidad maravillosa lo demuestra día tras día, soñamos con los ojos abiertos.

Hace algunos días, leyendo sobre Antropología Filosófica, me encontré con esta reflexión de Risieri Frondizi,

«La necesidad de autoconocimiento se agudiza en los momentos de crisis, sea personal o de una época histórica. La crisis implica una duda sobre la legitimidad de los supuestos que sostienen una forma habitual de vida. (…) Toda crisis profunda afecta nuestra propia concepción del ser humano»

No pude dejar de pensar en América Latina, proyectada esta vez sobre Venezuela.  Al considerar nuestra crisis (hay que hacerla nuestra, de todos, comprometernos con ella para superarla) como el punto de quiebre final para un nuevo estado de las cosas, la interrogación primaria¿qué va a suceder en Venezuela? invierte el sentido: hay que preguntarnos qué ha hecho la crisis con el ser venezolano, hacia dónde lo ha llevado, qué encontramos en la Historia como parte del porvenir.El análisis es arduo, la pregunta difícil de contestar.

El problema no es saber qué va a pasar en el país sino qué ha hecho la crisis con el ser venezolano, ese que participa de las dos características. Lo que le está sucediendo a cada venezolano en este instante contribuye a una variación en la idea inmutable de latinoamericanidad. En este momento de nuestra vida como país, somos un símbolo de advertencia para el continente, una alarma contra los totalitarismos paternalistas futuros. El tiempo dirá si nuestras contracciones estomacales producidas por el hambre han sonado lo suficientemente alto como para avisar a los demás países las secuelas de la ausencia democrática.

 No hay que olvidar que los cambios que la crisis política ha provocado en nosotros serán la consecuencia de los actos que cometamos en el futuro. En el futuro de todos. Cada crisis, cuando llega, requiere una vuelta hacia adentro: un mirar hacia al devenir, al cambio producido por la Historia y sus azares.

El hombre es un pasado partícipe del futuro. Nuestra esencia ha sido modificada por la crisis, el futuro ya ha cambiado. La angustia de tener que poner los pies en la tierra podría convertirnos en seres estériles, aminorados por lo terrible de la duda. Es momento de una urgente filosofía de la venezolanidad. Conmovernos por los hechos políticos como una forma de autoconocimiento. No podemos dejar de lado la controversia constante sobre qué somos, en qué nos hemos convertido. La realidad modifica constantemente las esencias, nos cambia, y en esa transformación, más allá, puede haber jardines o hienas esperando por nosotros. Conocernos, interrogarnos, es una forma de vislumbrar el porvenir.

Preguntas del pasado:

¿Cómo afectó el socialismo nuestra concepción de la historia, nuestros actos?

¿Cómo afectó la nueva pobreza la consciencia económica?

Preguntas necesarias para el futuro:

¿Cómo afectará el socialismo nuestra concepción de la historia, nuestros actos?

¿Cómo afectará la nueva pobreza la consciencia económica?

Preguntarnos será, para nosotros, salvación y pérdida; esperanza y crisis sobre crisis: Latinoamérica es el continente de los hombres que abrazan el pasado y olvidan el futuro.

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