Edmund Kemper y la fantasía de asesinar a su madre
Cuando nos referimos a asesinos en serie, lo primero que pensamos es en seres que nacieron así sin razón alguna. Sin embargo, varias personas opinan que los asesinos son seres muy inteligentes ubicados en circunstancias poco favorables, lo cual hace que la energía creativa se canalice hacia obras nefastas. ¿Cuál es la verdad? No se sabe, y continúan las investigaciones. A continuación analicemos el caso de Edmund Kemper, el cual tuvo desde temprana edad una gran fantasía: asesinar a su propia madre.
La relación con su madre y sus extrañas conductas infantiles
Edmund Kemper es hijo de Clarnell y Edmund Kemper Jr. Su madre se había casado ya dos veces y sumó un tercer divorcio al separarse de su padre. Para el joven significó un duro golpe, porque la identificación que tenía con su padre era enorme. Sin embargo, con su madre había muchos problemas. Esta le proporcionaba muchos abusos emocionales y lo encerraba en el sótano de la casa desde pequeño.
A raíz de este encierro se dispararon conductas extrañas en Edmund y este comenzó a realizar extraños rituales con las muñecas de sus hermanas, a las cuales les quitaba la cabeza y simulaba sus ejecuciones y sus muertes. Durante su estadía en la escuela, algunos maestros determinaron que Edmund tenía una gran inteligencia y una poderosa imaginación. Sin embargo, desde los 10 años empezó a mostrar conductas preocupantes.
Como todo niño que está entrando en la pubertad, Kemper comenzó a fantasear con mujeres. Sin embargo, dichas fantasías venían cargadas de violencia y de muerte. A partir de esta edad Kemper también comenzó a torturar animales, en su mayoría gatos.
Un asesinato inicial a modo de “experiencia juvenil”
Edmund Kemper es uno de los asesinos más conocidos en Estados Unidos por lo nefasto de su legado. Nació en 1948 en California y también se le conoce como El Asesino de las Colegialas. Durante la década de 1970 causó terror y fue condenado a cadena perpetua.
Ya a los 15 años Edmund mató a su propia abuela a tiros y a su abuelo posteriormente. Dijo “Solamente quería experimentar qué se siente matar a tu abuela, y maté a mi abuelo porque sabía que se iba a enfadar al llegar”.
Por su edad, fue llevado al hospital psiquiátrico Atascadero y ahí comenzó a hacerse amigo de los psicólogos puesto que destacaba por su gran inteligencia. Se ganó demasiada confianza de su doctor, el cual le permitía acceder a las pruebas psicológicas que se les aplicaban a otros pacientes. Años más tarde salió del hospital libre y se fue a vivir a California con su madre.
Pero este era solo el principio de lo nefasto
Después de ser liberado de su primer gran asesinato, comenzó a trabajar en el Departamento de Obras Públicas tranquilamente. Sin embargo, durante esta época comenzó a liquidar a estudiantes que encontraba en la autopista y a las cuales les daba la cola. No solamente se conformaba con matarlas, sino que también les practicaba necrofilia y desmembraba los cuerpos. Luego arrojaba los trozos en barrancos diversos y en campos, e incluso llegó a enterrar una de las cabezas de las víctimas en el jardín de su propia madre, “echando broma”.
En total, asesino a 6 estudiantes de la Universidad de California. Sin embargo, su mayor fantasía desde joven era asesinar a su propia madre. Por ello, en abril de 1973 entró y la golpeó varias veces con un martillo de zapatero mientras estaba durmiendo. Luego la decapitó y violó el cuerpo sin cabeza. La cabeza la utilizó como diana y luego agarró las cuerdas vocales y las trituró en la cocina. Ante este último suceso, en su declaración, Kemper señaló que “así no seguiría maldiciendo y gritándole como venía haciéndolo por años”.
Como si esto no fuera suficiente, se comió algunos de sus órganos y durmió cuatro noches con el resto del cuerpo. Al pasar estos días, invitó a una amiga de su madre a la casa y, al llegar, la estranguló. Una vez consagrada su mayor fantasía, condujo en su coche y llamó por teléfono a la policía para confesar que él era el asesino de las colegialas que habían venido buscando por años. Durante su juicio se le declaró culpable de 8 asesinatos y se le dio cadena perpetua, por lo cual continúa recluido en la Prisión Estatal de Vacaville.
Un psicópata a sangre fría con increíbles declaraciones
Entre la lista principal de sus víctimas podemos encontrar a Maude Hughey Kemper, Edmund Kemper, Mary Anne Pesce, Anita Luchessa, Aiko Koo, Cindy Schall, Rosalind Thorpe, Alice Liu, Clarnell Strandberg y Sally Hallet. Todas las víctimas tenían entre 19 y 72 años de edad y fueron liquidadas entre 1964 y 1972.
A raíz de sus nefastas hazañas, así como de su frialdad, Edmund Kemper ha sido entrevistado múltiples veces en la cárcel, a fin de analizar sus conductas y su pasado. Entre los entrevistadores se encuentra el célebre doctor Michael Stone, el cual realiza la serie índice de maldad y analiza el nivel de maldad acumulado en los diversos casos de asesinos en serie. Cabe destacar que Michael lo ubicó en el grado más alto de su escala, el número 22.
Durante los juicios, Kemper dio la siguiente declaración: “… Soy americano y maté chicas americanas. Soy un ser humano y maté seres humanos. Y lo hice en mi sociedad…” Aquí puedes observar una entrevista realizada dentro del marco del documental Asesinato: sin razón aparente.
Cuando se le entrevista, se le puede ver calmado y dando respuestas frías, con gran orden y aparente cordura. También se atreve a ir más allá de la respuesta básica y busca siempre justificar sus conductas criminales con los abusos que sufrió de pequeño.
Análisis psicológico de Edmund Kemper
Claramente Edmund Kemper tenía una serie de rasgos psicopáticos que ya se definían desde los 10 años de edad aproximadamente. Entre estos podríamos observar la incapacidad para adaptarse a ciertas normas sociales, la deshonestidad al justificar los atroces actos que realizaba con animales y la falta de remordimiento. Por ende, muchos psiquiatras le adjudican un trastorno antisocial de la personalidad definido. El trastorno disocial comienza a acentuarse a la edad de 15 cuando comete su primer asesinato; el de sus abuelos.
Entre otros rasgos tenemos la carencia de empatía, el comportamiento violento, la incapacidad de tener relaciones duraderas y también la fantasía persistente de tener que hacerle daño a una mujer para poder estar con ella. Cabe destacar que uno de los rasgos que parecen insignificantes es el del gran tamaño de Edmund, el cual llegó a los 205 cm de estatura. Esto lo acomplejó y lo hizo sentir diferente en cierta manera, cosa que se puede comprobar en algunas declaraciones.
Una serie de Netflix en donde sale Kemper
En Netflix existe una serie llamada MINDHUNTER, la cual está dirigida por Joe Penhall y David Fincher. Busca analizar a los criminales perturbados y está basada en un proyecto real del FBI. Dentro de esta serie podemos ver la actuación de Cameron Britton, el cual hace las veces de Ed Kemper. Si quieres ahondar más en este caso, puedes ver esta serie para encontrar otros aportes.
Sin duda, en la mente de Edmund Kemper se rompieron las barreras que llevan a los seres humanos a realizar actos extremadamente nefastos, llegando a asesinar a su propia madre. La infancia que tuvo, en la cual se le expuso la violencia, se le aisló y rechazó, sumado a un coeficiente intelectual alto, sin duda colaboró a que se despertaran las emociones más obscuras de su psiquis.
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