Recuperar nuestra esencia

Estas líneas son producto de un gran insomnio. Insomnio que padece la ciudadanía venezolana en pleno tras intentar ver una luz al final de un oscuro túnel que, pareciera cada día más lejana y a su vez tan cercana. Falta de sueño tras intentar comprender las actuaciones, estupideces, intereses y desgracias que se siguen viendo en Venezuela por parte de los que aún creen ser líderes de la oposición venezolana y pretenden, en algún momento, gobernar a Venezuela.

La receta castrense fue casi perfecta. Se instauró un régimen totalitario no solo por el adoctrinamiento y creación de quien fuera Hugo Chávez, no, no solo es eso. Fue perfecto porque en la acera de enfrente estaban los «liderazgos» guabinosos de siempre. Los mismos que dejaron perder la democracia por las ansias de perpetuarse en el poder vistiendo del color de su partido al país en pleno, sin importar las consecuencias ni el rechazo que esto generaba. Fidel, tuvo en Venezuela, el perfecto personaje totalitario y, peor aún, la perfecta oposición a un régimen como éste.

Una oposición que no se opone. Un bando contrario que, como el salitre a la madera, lo carcomen las ganas de recuperar el poder y un sin fin de intereses. Y, aquí entra el verdadero motivo de estas líneas, ese sector de la sociedad que en el pasado nos ha regalado tanto, su gesta siempre ha sido llena de valentía y heroísmo sin importarles nada pero, el mismo ácaro de la madera tocó a esta camada y, ahora, todos caemos y nos vemos cómo lo mismo. Me refiero a los estudiantes venezolanos. 

Sí, ese heroico movimiento estudiantil del cual todos nos sentimos orgullosos. Esos liderazgos emergentes desde los campus universitarios que van siempre en la búsqueda de futuro y mejoras sociales para todo aquel que pertenece al gremio y demás ciudadanos. Ese mismo grupo, que ahora, por responder fielmente a líneas de los partidos, que a buena hora pudieron captarlos para su militancia y ellos, cómo buen ciudadano aceptaron y lo hacen con agrado, dejaron a un lado esa esencia suspicaz, esa fuerza natural, ese ímpetu de juventud que tantos triunfos nos ha traído en el recuento de nuestra historia. 

Así lo hizo, por hablar más cercano, en 2007, cuando estudiantes que se convirtieron en militantes políticos y hoy, son representantes y pertenecen al liderazgo político nacional, en su momento, no dejaron de lado su postura universitaria, sus exigencias y plan de ruta, sus ganas de conquistar la libertad, en fin, no dejaron de lado su esencia. 

En 2014, mucho se pudo haber logrado. Más cosas que reivindicaran los derechos de los venezolanos y les rindiera honor a la memoria de los fallecidos y los miles de presos y perseguidos. Pero no, el mundo político clásico se apoderó a buen modo de los liderazgos emergentes del momento y, éstos con la mirada fija en 2007, dejaron a un lado lo que ellos jamás hicieron: sus exigencias, su plan de ruta, sus ganas de conquistar la libertad, en fin, dejaron de lado su esencia.

Mis líneas son para recordar la grandeza que hay en las tan vacías aulas de clases venezolanas. Para que la juventud de mí país recuerde su fuerza y la recobre. Piense en su espíritu y lo libere. Vea sus hazañas y conquiste nuevas. Mida su fuerza y recupere su esencia. Hermanos, es tradición de la ciudadanía venezolana confiar en su iglesia y sus estudiantes antes que en los propios partidos políticos que, hoy en día, con el dolor que expresar estás palabras me genera (por ser venezolano constante en la construcción de la mejor Venezuela y fiel creyente de la Voluntad Popular) tan desprestigiados se encuentran ante la opinión pública venezolana. 

Es momento hermanos de no ver esto como críticas ni como guerra 2.0, como promoción a la antipolítica y no militancia porque son principios que no responden a las tradiciones de la ciudadanía. Es momento de verlo como la preocupación de uno más de ustedes que, se asfixia a su lado y solo busca generar conciencia en la colectividad que puede tener en sus manos la solución a toda esta desgracia. 

Es cierto, ya no tenemos la misma fuerza gracias al exilio pero vean algo, la efervescencia de los gremios venezolanos y el caos en el cual nos sumergen cada día más, son los indicios fundamentales de que si recuperamos nuestra esencia para no perderla jamás, es quizás el 2018 el año del surgimiento de una nueva Generación. 

Hermanos, evitemos el insomnio y, seamos ciudadanos a la altura de lo que se nos presenta. Esos que demandó Castro Leiva en 1999. Esos que hay en cada uno de nosotros. Esos, que esencialmente, les duele Venezuela. 

Jilmir Valera
Últimas entradas de Jilmir Valera (ver todo)
(Visited 557 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras