Régimen Antisocial

Al autobús se suben unos muchachos, cantan con fuerza. La letra habla sobre la compasión, solidaridad, necesidad humana, injusticia social, carestía, dolor. Arte protesta. Hay un reclamo en cada palabra. La muerte, el hambre, desempleo, acechan en la calle. La oscuridad arropa la vida de los ciudadanos. Al sistema no le interesa el bienestar de la sociedad. La élite XXI solo piensa en sí. Es un asunto únicamente de ejercer el poder, el disfrute de las prebendas, la usurpación. No hay afecto por la humanidad. El núcleo que les moviliza es de coacción, control, parálisis, sometimiento del otro y así asegurar la perversidad de sus fines. En este devenir la diversidad ecológica igualmente ha sido castigada.

La ferocidad desarrollada no tiene límites, busca tocar la fibra íntima, introducirse en el ser, limitarlo, apoderarse de su pensamiento y accionar. Dos ejemplos, entre tantos, podemos señalar:

  1. La exhumación de los restos del Libertador más allá de toda consideración científica, antropológica, forense, lleva implícito el mensaje de la apropiación, la marca de hasta dónde se puede introducir quien ejerce el yugo. A Simón Bolívar que es una figura de suma importancia para la sociedad se le revisaron los huesos y además se transmitió por televisión todo el procedimiento de desnudez de su intimidad. ¿Hubo acaso en este acto profanador esoterismo también? Esto habla de que cualquier ciudadano está expuesto al escrutinio intenso del modelo político imperante. Si se le hace al prócer principal, se le hace al caminante de la cotidianidad.
  2. La presencia de una cantidad exagerada de “enfermeras y médicos” cubanos trabajando en centros de salud y sobre todo en atención primaria o primer nivel de contacto con la comunidad va más allá, despierta suspicacia. El proceso salud-enfermedad implica ir a lo entrañable del individuo. Allí se recoge información clave. Tocar la corporalidad, preguntar particularidades, acercarse al quehacer personal y familiar, ir al hogar, es conocer la interioridad privada.    Tener esa información privilegiada cuando hay fines ideológicos opresivos garantiza el subyugar. Otro elemento clave a saber, ¿son realmente del área de la salud todos? ¿Cuál fue el criterio de selección? ¿Fueron especialmente escogidos por aquella tiranía por su afinidad exclusiva con el orden político establecido? Cabe destacar, que no es un asunto de nacionalidad. Bienvenido quien viene con buena fe a laborar y a vivir al país. Lo que angustia en este caso específico es el plan oculto. Inquieta, más aún, cuando en Venezuela existen excelentes profesionales del área con alto nivel académico egresados de escuelas de medicina en nuestras universidades las cuales tienen reconocimiento mundial. Felonía y entreguismo por parte de la jerarquía «revolucionaria» nacional se conjuga en este hecho.

Un análisis semejante se puede realizar con referencia a la escasez de alimentos, implantación del carnet de la patria, cierre de empresas, invasión de la propiedad privada, problemática de servicios (agua, electricidad, internet, aseo), dinámica educativa, organismos de la administración pública, milicias en cualquiera de sus expresiones, asociaciones internacionales, medios de comunicación del sistema.

Conozco tu vida y además tengo potestad para averiguar sobre las causas y razones de tu muerte. El cuerpo en el ahora y en el después me pertenece. Te manejo en lo terrenal, también puedo investigar tú más allá.  Mi dominio es absoluto.  Eso es precisamente el control social dictatorial. Incluye, las pretensiones metafísicas. Eso es el Totalitarismo.

Buscamos explicaciones racionales, nos preguntamos, ¿qué hay en la mente de estas personas que actúan con tanta crueldad?  Nos urge comprender. Revisamos el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM IV) y la Guía de consulta de los criterios de diagnóstico del DSM-5: “La característica esencial del trastorno antisocial de la personalidad es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás (…) el engaño y la manipulación son características centrales del trastorno antisocial (…) desprecian los deseos, derechos o sentimientos de los demás. Frecuentemente, engañan y manipulan con tal de conseguir provecho o placer personales (…) Pueden mentir repetidamente (…) estafar a otros (…) Estas personas pueden culpar, mostrar una completa indiferencia. En general, no dan ninguna compensación ni resarcen a nadie por su comportamiento.  Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad frecuentemente carecen de empatía y tienden a ser insensibles, cínicos y a menospreciar los sentimientos, derechos y penalidades de los demás. Pueden tener un concepto de sí mismos engreído y arrogante (…)”.

Esta conducta la observamos en el colectivo que se encuentra en el centro del poder nacional, su proceder es devastador. Se cubren con propagandas utilizando el disfraz de benevolencia para esconder la gran farsa de la historia. Se trata de una jerarquía palaciega lujuriosa, abyecta e impúdica absolutamente indiferente a la alteridad.

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