Apocalipsis eléctrico

Finalmente ocurrió lo que los expertos en el área eléctrica vaticinaron durante muchos años, la crisis eléctrica llegó trayendo consigo una hecatombe energética. Durante 5 días los venezolanos estuvimos en la más absoluta oscuridad, cada uno de nosotros vivimos historias distintas durante esos amargos días, y cuando finalmente nos dieron una explicación sobre la falta de energía eléctrica está fue aún más asombrosa que todas las historias que podamos contar los venezolanos.  

Todo comenzó el jueves 07 de marzo de 2.019, eran aproximadamente las 5:00 p.m., cuando Venezuela entera quedó sin luz. Como muchos venezolanos pensé que sería algo de pocas horas, como había ocurrido en incontables oportunidades anteriores, pero que equivocado estaba. Las horas fueron pasando y la oscuridad se fue quedando. Durante esa noche llegué a pensar infinidad de cosas, mientras luchaba en contra del calor y de los mosquitos, pensé que se había iniciado una acción bélica en contra del país, que los dirigentes políticos se estaban enfrentando con algo más que palabras y retórica, y por fortuna no estuve en lo correcto.

Esos pensamientos surgieron a raíz de la desinformación existente sobre la falla eléctrica, las empresas de telefonía fija y celular perdieron señal, la batería de los dispositivos celulares no aguantaron su carga, nadie sabía lo que a ciencia cierta sucedía en el país, todo caía en el campo de las especulaciones.

La noche pasó y dio paso a la mañana del día viernes 08 de marzo de 2.019. Como muchos venezolanos me levanté muy temprano y salí a trabajar a pesar del cansancio del día anterior, de la incertidumbre y de la desinformación. La sorpresa fue aún mayor al saber que el apagón no solo fue dentro de mi urbanización, ni siquiera dentro del estado que habito, sino que fue a nivel nacional, 23 de 24 estados que conforman el país, incluyendo a Caracas, la capital, estaban sin electricidad, estaba completamente ausente el vital servicio público.  

Como inevitable consecuencia por la falta de energía eléctrica, la falta de agua potable comenzó a darse muy pronto. Durante esas primeras 24 horas los venezolanos estuvimos sin luz y sin agua, y así perduramos por más de 100 horas.

La denominada viveza criolla también se presentó, en los pocos centros comerciales que abrieron sus puertas debido a que cuentan con plantas eléctricas, llegaron muchas personas a cargar sus equipos celulares y electrónicos, allí se presentaron situaciones en donde personas inescrupulosas que buscan un beneficio propio a costa de la tragedia ajena tomaban los tomacorrientes para sí, instalaron una regleta y pedían montos en dólares para permitir que las personas recarga en sus teléfonos celulares, también vendían bolsas de hielo en moneda extranjera, a precios realmente exorbitantes. Afortunadamente esas situaciones fueron pocas, y fueron rechazadas rápidamente por la mayoría de las personas.

También la solidaridad se presentó, y ella estuvo con nosotros hasta incluso después de restituido el servicio eléctrico. Personas que regalaron carne, pollo o pescado con el fin de evitar que se les dañase, personas que permitieron a otros tomar un poco de agua de sus tanques, personas que daban un plato de comida al que lo necesitase, esas muestras de solidaridad las pude ver en carne propia.

Los días transcurrieron, las horas pasaron, la solución no llegaba, el apagón se nos hacía eterno, hasta que finalmente el servicio fue restituido. Allí fue que logramos escuchar las excusas más inverosímiles jamás antes dadas, escuchamos que el apagón fue causado por una guerra eléctrica, y por un ataque cibernético a los sistemas de la represa del Gurí. Al escuchar eso, en lo personal me sentí como en una película de Arnold Schwarzenegger, Terminator, pensé que nos atacó Skynet, y ni cuenta nos dimos. También llegué a imaginarme a Tormenta, un personaje de los X-Men, quien fue interpretado por Halle Berry, luchando en la represa del Gurí contra los villanos provenientes del imperio, lo cierto es que las excusas dadas por los funcionarios del gobierno son más parecidas a historias de ciencia ficción que a la realidad.

El apagón nacional fue algo cierto, muchas vidas se perdieron, muchos daños materiales fueron causados, mucho temor fue infundido, por ello las excusas no caben en este ámbito, lo que corresponde es trabajar para que eso no vuelva a suceder. La inversión y el mantenimiento debe ser el norte del sistema eléctrico para que simplemente no vuelva a ocurrir un apocalipsis eléctrico.        

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Guayoyo en Letras