¿Te sientes culpable?

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Sentir culpa es algo así como adquirir una deuda con algo o alguien cuya duración dependerá del tiempo en que decidamos darle cabida en nuestra vida; ahora bien, la culpa no es mala de por si en el sentido que nos alerta de nuestros errores y de esta manera tenemos la oportunidad de enmendar pero, cuando esta culpa nos comienza a atormentar, nos lleva a castigarnos constantemente y nos hunde es hora de tomar cartas en el asunto.

Vivir sumergido en culpa no es otra cosa que quedar atrapado en los “debería ser” perdiendo así toda libertad incluso la de poder equivocarse.

En ocasiones esta culpa proviene de acusaciones del exterior, ¿qué hago entonces si otros me culpan?, pues decidir, tal cual, eres tu quien decides el poder que le atribuyes a los demás y por ello es su decisión culparte así como es la tuya asumir esa culpa en tu interior tal como expresa San Bernardo de Claraval (monje y reformador francés) “La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento”

Muchas veces arrastrados estas cadenas de la culpa desde nuestra más temprana infancia al punto de ir por la vida con miedo a fallar y con una sensación de no merecimiento pero así ¿quién podría cumplir sus sueños?, entonces ¿qué hacer?

  1. ¿Te equivocaste? Pues discúlpate, enmienda si puedes hacerlo y sigue adelante; es un episodio a superar, un aprendizaje a obtener, no una cadena a arrastrar.
  2. Acepta: lo hecho, hecho está, de que vale resistirse o agobiarse pensando en que pudo ser distinto, ocurrió tal cual y desde allí aprende, supera y suelta.
  3. No guardes nada para después, la vida es ahora y estás en tu derecho de disfrutarla, recuerda que el mañana es incierto, estrena eso que quieres estrenar, ve a ese concierto, inscríbete en ese curso que quieres hacer, lo mereces.
  4. Vive el presente, concéntrate en lo que sea que estés haciendo, es desde el ahora donde dejas ir los fantasmas que te aturden.
  5. Suelta el deseo de demostrarle cosas a los demás porque el compromiso es contigo.

Llegó la hora de declararte inocente, no venimos a este mundo con una guía de procedimientos, vinimos a aprender y eso conlleva cometer errores que repercuten en otros y en nosotros mismos, y si bien hay personas muy duras con otros ante sus equivocaciones, no les des el poder que su rigidez acabe con tu paz. Tienes derecho a errar, aprender y a ser feliz.

Liliana Castiglione
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