¿Hasta cuándo insistir?

Has escuchado esa frase de “si no se dio es por algo” o “no se dio porque te corresponde algo mejor” “Esa persona no te convenía” ¿Es así? ¿Es mejor después de insistir? ¿Cuándo dejar de hacerlo?

Otros dicen que “cuando uno quiere algo lucha hasta más no poder”. Sin embargo, esa lucha en ocasiones debería tener un fin, ¿no crees?

Este tema es más complejo de lo que imaginamos porque encontrar ese punto donde dejar de insistir es complicado ¿Y si justo abandonamos cuando realmente estábamos cerca de conseguirlo? Muchas historias de personas exitosas revelan experiencias de este tipo, historias de insistencia como una suerte de historia sin fin hasta que en un momento ¡Bingo! ¡Se da!

En este punto creo conveniente hacer un análisis del tipo de situaciones que nos pueden llevar a insistir, comencemos por el terreno amoroso, de relaciones con otros. Las relaciones no son unidireccionales, requieren de por lo menos dos personas y si una de ellas no quiere o no puede tener una relación contigo ¿vale la pena seguir intentando?

Si se trata de amar a quien no te ama el insistir es un tremendo acto de irrespeto dirigido a tu mismo así como una total carencia de dignidad. Pero, y si la otra persona te ama pero  no puede estar contigo en una relación que deseas por distintas razones ¿allí vale la pena insistir?; en este segundo caso está en juego tu recurso mas valioso, tu tiempo de modo que te devuelvo la pregunta ¿Estás dispuesto a esperar indefinidamente incluso aunque nunca se logre? ¿Estás dispuesto a cerrar de esta manera tu vida a otras posibilidades que pueden estar disponibles para ti?

En el campo laboral/ profesional tiene mucho que ver el nivel de confianza que tengas en ti y cuánto te apasiona lo que deseas conseguir, es precisamente esa pasión la que no solo te impulsa a continuar sino que además estimula tu creatividad para encontrar formas distintas de llevarla a cabo; si no es en ese lugar es en otro; es esa fuerza para cambiar de forma sin modificar el objetivo.

Cada giro contrario a nuestros planes puede ser interpretado como lo desees, si lo ves como una frustración o derrota viene el desánimo, la falta de confianza y el deseo de abandonar a diferencia de si lo ves como una prueba menos a superar porque te dispones a aprender de ella.

Es entonces una línea fina la que existe entre insistir o desistir, son muchos los factores que deben considerarse, pero por favor asegúrate que no sea el miedo, la inflexibilidad o una baja tolerancia a la frustración la que te detenga. Súmale la necesidad de asumir responsabilidad personal porque cuando atribuyes al exterior la imposibilidad de realizar tus proyectos estás sin duda minimizándote y colocándote un grillete que no te permitirá avanzar. ¿Por qué otros lo han logrado y yo no?, incluso  en las peores circunstancias siempre hay alternativas cuando comprendes que dependen de ti.

Desde este espacio mi recomendación es la perseverancia, el continuar, el hacer de los fracasos u obstáculos impulsos para hacerlo mejor, hacerlo diferente. Tener la flexibilidad de modificar los planes porque más que abandonar eso que deseas es probablemente tomar otra forma de lograrlo porque el actual no es ventajoso. Y, muy importante, no generalizar los fallos a otras situaciones por venir en la vida porque si aprendes de cada error entonces habrás aprendido y no tendrás necesidad de repetir la lección.

Que sea la pasión y nunca la obsesión la que te dirija y, cuando veas que eso que haces te hace daño a ti o a otros allí se presenta la oportunidad y necesidad de reflexionar sobre lo que estamos haciendo; ten presente que hay una diferencia importante entre la pasión y la obsesión y es que la primera impulsa y la segunda hace daño a ti y/o a otros.

Para finalizar te invito a asegúrate que el sueño que persigues es el tuyo y no el de otro.

“Las cosas difíciles requieren un largo tiempo, las cosas imposibles un poco más “ André A. Jackson.

Liliana Castiglione
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