¿La resiliencia es felicidad?

Para responder esta pregunta primero deberíamos acordar que entendemos por resiliencia y que entendemos por felicidad.

Cuando hablamos de resiliencia nos referimos a esa capacidad o habilidad para enfrentarnos a situaciones adversas y poderlas superar, e incluso salir transformados de ellas y, cuando hablamos de felicidad nos referimos a ese estado interior de coherencia, de bienestar,  de aceptación personal, de confianza en el proceso de la vida  con sus momentos positivos y negativos , es decir, felicidad no es euforia, esos son momentos, felicidad es un estado interno y cada quien la experimenta de un modo personal.

Muchos hemos escuchado sobre la importancia de ser felices y tener pensamientos positivos, incluso la necesidad de andar en una onda positiva pase lo que pase pero ¿esto es sano? ¿Esto es real? ¿Podemos negar el dolor? Negar la experiencia de situaciones dolorosas puede ser más dañino que positivo. El dolor debe ser enfrentado, asumido, transitado y transformado. 

Desde esta perspectiva considero que la resiliencia tiene mucho  que ver con el poder lograr esa coherencia interior, esa aceptación y fluidez que nos permite estar en un estado de felicidad a pesar que nos toque vivir momentos dolorosos como separaciones, muertes, enfermedades, abandonos, es a través de esa capacidad que podemos vivir el dolor pero hacer uso de nuestros recursos internos para enfrentarlos y superarlos de la manera que nos sea posible.

Superar no es olvidar, es transformar la experiencia pudiendo cambiar nosotros con ella y poder verla luego sin el sufrimiento asociado. Hay que cultivar la resiliencia para ser felices, aceptando todos los aspectos de la vida, tanto los positivos como los negativos”, comenzando por aceptarte a ti mismo.

¿Qué se requiere para desarrollar la resiliencia?

Aceptación y amor propio: todo parte contigo, que seas capaz de conocerte, reconocer en ti tus cualidades y debilidades y aun así amarte y considerarte como un ser único, valioso y capaz. Obviamente que desde la creencia del no puedo no podrás enfrentar las adversidades de la vida porque no te sentirás capaz.

Relaciones Interpersonales de calidad:  somos seres interdependientes y diversos estudios avalan la importancia de las relaciones con nuestro bienestar, relaciones que nada tienen que ver con la cantidad sino con la calidad de las mismas, aprender a relacionarnos con personas nutritivas en lugar de tóxicas, personas que sumen, que sean capaz de darnos soporte y nosotros a ellas.

Desarrollar pensamiento lateral: que se refiere a la capacidad de resolver problemas de manera creativa usando puntos de vista que son capaces de traspasar las barreras de la lógica, porque mucho tiene que ver con la superación esa capacidad de encontrar nuevos caminos u opciones distintas.

Sentido del humor: Saber mantener el sentido del humor incluso en las circunstancias más críticas nos ayuda a mantenernos en pie, y no derrumbarnos. Tener sentido del humor no se refiere a no tomarse en serio las cosas importantes, se refiere al desarrollo de una actitud positiva y la capacidad de encontrar el lado jocoso a pesar de los problemas y la calamidades o infortunios de la vida.

Una vida con propósito: tener un propósito te marca un rumbo, le da sentido a la vida y desde allí tendrás sin duda las ganas y las fuerzas para enfrentar y superar obstáculos porque no se tratará de supervivencia sino de trascendencia.

Conciencia del presente: vivir el aquí y el ahora sin arrastrar las pesadas cadenas del pasado o la ansiedad que puede producir la incertidumbre del futuro te permite enfocarte en el momento que estás experimentando, de eso se trata, de un día a la vez, un momento a la vez.

Tolerancia a la frustración:  referida a la capacidad de poder afrontar los reveses, la obtención de resultados diferentes de los esperados desde la conciencia del aprendizaje y la corrección más que lamentarte por lo ocurrido una y otra vez que es lo que te lleva a anclarte en un fracaso sostenido. La vida es lo que sucede y muchas veces pasa y ya, no podemos controlar todo, esto hay que entenderlo.

La resiliencia entonces desde mi punto de vista si tiene que ver con el poder permanecer en un estado de bienestar, de aceptación y de fluidez con la vida y eso tiene que ver con la felicidad. 

Estoy consciente que en ocasiones no es tarea sencilla, que hay dificultades mayores que pueden causar mucho dolor y que incluso podemos llegar a pensar que no merecemos pero, a todos nos toca vivir en mayor o menor grado experiencias gratas y no gratas porque sencillamente forman parte de la vida, y cada una de estas experiencias nos forman, nos moldean y nos llevan a desarrollar habilidades donde transformamos a la par que somos transformados, cada quien a su ritmo y a su manera particular.

El ser más flexibles, comprensivos y abiertos a los cambios, el tener una actitud positiva y un adecuado manejo emocional nos hace más fuertes y decididos y nos permite encontrar vías para poder salir adelante fortalecidos.

Liliana Castiglione
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